Basada en la canción "La historia del taxi" - Ricardo Arjona.
Damian manejaba el auto ofreciendo servicios de Uber. No era un secreto que era uno de los más adinerados de Gotham, pero "Lamentablemente" le rompió una pierna a Tim y su padre lo castigó, no podía pedirle dinero ni para una emergencia. Él de verdad quería esa Katanna Árabe de edición limitada.
Por eso, ahora ofrecía sus servicio de Uber en su Lamborghini, no era mucho, pero era su única opción para obtener esa hermoso Katanna.
Su celular anunció que alguien necesitaba de sus servicios.
Condució hasta la calle en donde estaba la persona. Cuando la visualizó, quedó embobado al instante.
La mujer llevaba un hermoso vestido de lentejuelas morada y corto, un escote que mostraba el paraíso. Tenía unas piernas perfectamente contorneadas que llevaban directamente a sus anchas caderas que enamorarían a cualquiera, incluyéndolo.
Observó su rostro. Sus piel pálida contrataba con sus rojos y gruesos labios. Una gruesa lágrima rodó desde sus hermosos y exóticos ojos amatistas hasta su mejilla, cayendo por su mentón.
Se detuvo al lado de ella y la mujer se subió a su auto sollozando debes en cuando.
- Me llamo Rachel. - Mencionó la mujer cruzándose de piernas sensualmente. Él tragó saliva nervioso evitando mirar las perfectas piernas de ella.
La mujer le dijo la parada y comenzó a conducir hacía el centro de Gotham con las manos ligeramente temblorosas.
- ¿Por qué lloras? - Se atrevió a preguntar Damian observando el camino.
- Por un tipo. - Dijo limpiándose los restos de lágrimas. - Me ha engañado con al menos diez mujeres. - Agregó observando tristemente la ventana.
- Puedes contar conmigo si lo quieres es vengarte. - Respondió Damian observándola con una sonrisa altanera. - Estoy seguro que soy mejor que él. - Ella simplemente le sonrió haciendo que él también sonriera.
- Si quieres podemos ir a tu casa. - Dijo la chica de pronto. - Luego de un par de tequilas veremos qué es lo que pasa.
El color rojo hizo su aparición en las mejillas de Damian. Este le sonrió y cambió rápidamente el destino yendo a la dirección contraria.
Ahora iban a su departamento que estaba cerca de ahí. ¿Qué estaba pasando con él?
(...)
Tuvieron una sesión de besos y caricias que eran todo menos inocentes. Damian gozó cada segundo, al igual que ella.
Lograron olvidarse de todo a su alrededor, y apenas respiraban por los apasionados y salvajes besos.
Unos susurros sensuales al oído los llevaron a ambos hacia el bar en donde se encontraba el "Ex" De Rachel.
El camino se trató de guiños y sonrisas pícaras que ambos se dedicaban juguetonamente. Se detuvieron al frente del bar. Era caro, pero aún así de un perfil bajo, tanto que casi nadie conocía aquél lugar. Perfecto para llevar a una amante.
Ambos se bajaron. Damian la tomó posesivamente de la cintura y ella se dejó llevar por la reacción que tenía su cuerpo ante su toque apoyando su cabeza en el pecho del.
Y entre la poca gente y empleados, Damian logró ver a su hermano adoptivo el cual tomaba de la cintura a una pelirroja de ojos verdes y piel trigueña. No le tomó atención.
Su hermano siempre traía a sus amantes a lugares como este. Él era el único de la familia que lo sabía, y la verdad es que no le importaba lo que él hiciera.
- Ahí está. - Le susurró Rachel al oído apuntando a Dick con recelo.
Damian quedó perplejo por unos segundos, pero luego Dick desvió su mirada hacia ellos y sus ojos se abrieron ante la sorpresa.
Ambos hombres se veían sorprendidos mientras que las mujeres lanzaban cuchillos con las miradas. Una guerra de miradas que alguien debía interrumpir.
Entonces, Damian se giró hacia Rachel. Y la besó apasionadamente. Ella de inmediato respondió igual de apasionada, sonriendo entre besos.
Mientras hacían eso, Dick y la chica se retiraron de aquél lugar murmurando maldiciones enojados.
Desde ahí, Damian y Rachel se veían cada día a la misma hora y en el mismo lugar.
Y aunque le hayan levantado el castigo, él aún así siguió trabajando de Uber, por qué sabía que al final del día vería a su hermosa gema amatista.