Capítulo 1

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Han pasado semanas, pero para Lena era como si hubiera pasado un día. Se despegó del portátil, cerrándolo delicadamente y giró su asiento, cansada. Miró su balcón, soltando un suspiro pesado de tanto trabajo. Se levantó con su copa de whisky, acercándose a la ventana, observando como las pequeñas nubes se juntaban y el cielo oscuro y la ciudad se volvía más taciturno. Brindó hacia el cristal y tomó un pequeño sorbo.

Pero allí estaba, como siempre, las palabras de su hermano haciendo añicos su corazón retumbando por su cabeza.

—Kara Danvers es Supergirl.

Si Lena pudiese medir en una escala del uno al diez el dolor que sintió tras escuchar aquello indudablemente sería el número de dos cifras elevado al cuadrado. Cuando se enteró, simplemente le envió un mensaje a Kara diciendo: "Lo sé, y es increíble que lo sepa por tu peor enemigo. Gracias por confiar en mí (ironía)". Kara no era tonta para saber a qué se refería Lena.

Cada día que pasaba, cada día evitaba a la periodista. Cualquier excusa era perfecta para evitar ver a su ex mejor amiga. Su trabajo, sus reuniones, sus viajes empresariales... Lo que sea por no escuchar sus excusas.

Siempre se repitió como podía ser tan estúpida de no darse cuenta de que unas gafas ocultaban su gran secreto. Ella siempre se decía que Kara Danvers y Supergirl eran tan, pero que tan diferentes, que no comprendía nada de lo que decía su hermano hasta que le enseñó los vídeos. La dulce y adorable Kara era la misma dura y mirada fría de Supergirl.

Se preguntaba cada dos por tres por qué Kara, después de tantos años, no confiaba en ella. Lena se miraba al espejo, preguntándose cada día que era lo malo que tenía ella. Lloraba sin parar, sin control alguno cada vez que llegaba a casa. Creía que les había demostrado a las dos, siendo la misma persona, lo suficientemente confiable que era ella, aunque hubiese algunos que otros intercambios de opiniones, pero que finalmente se resolvían al final de las misiones.

No solo estaba enfadada con ella, no. Alex, Nia, James, J'onn y todo su círculo de amigos a los que consideraba sus amigos también. Todos ellos les había defraudado al igual que Kara, aunque el dolor no se comparaba con el de la heroína.

Caminó hasta su asiento. Se sentó y se recostó con su whisky, cruzándose de piernas y bebiendo el último sobro. Intentó dejarlo, pero el alcohol era la única vía de escape de momento. Todavía no sabía que hacer. Sin embargo, ella no quería venganza. Por mucho dolor que sintiese y siendo una Luthor capaz de todo, ella no quería caer tan bajo como la rubia. Lo que sí tenía claro era una cosa: no quería a Kara Danvers en su vida. Lo que no sabía realmente era como aliviar y lidiar con todo aquel dolor consumido en su pecho.

Por supuesto, la heroína no se daba por vencida cuando aparecía cada dos por tres para verificar su estado e intentaba por todos los medios soltar algunas palabras, pero era inútil ya que Lena se despedía de ella dejando que hablase sola en el balcón de su oficina. Kara Danvers no tenía acceso a su despacho gracias a Jess y cerró la puerta del balcón de su ático.

Lena masajeó su cabeza, aunque no le dolía. Miró su mesa y visualizó de que ya no quedaba ninguna gota de alcohol de su caro whisky. Se dio cuenta de que después de la reunión llevó toda la tarde bebiendo. No estaba borracha ni se sentía mareada. Pensó que se estaba volviendo inmune al alcohol. No solo por la cantidad del bebido líquido que ingirió, sino que lo hizo también sin cenar. Sin embargo, si iba un poco achispada.

Cogió su teléfono. No se dio cuenta que era tan tarde hasta que visualizó la hora. Debatió internamente si debía o no ir a casa. No quería llegar y llorar como lo hacía todas las noches. Jess, por supuesto, se despidió hace una hora y ni se inmutó. Acabó la batalla cuando miró su agenda:

Enemigas con derecho / Supercorp AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora