Capítulo 6

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El silencio inundaba toda la oficina de Lena y el atardecer resplandecía con un cielo naranja. Estaba muy concentrada en su portátil, revisando los beneficios obtenidos de la gala. No tuvo tiempo para revisarlo ya que estuvo todo los días liada con tener su casa impoluta y menos mal que Bruce le dedicó un poco de tiempo para tenerlo todo más o menos ordenado. Su hermana postiza era muy maniática con las migas y pelusillas, así que no tuvo más remedio que dedicarle tiempo a eso.

—Señorita Luthor —Jess se asomó por la puerta y la CEO levantó cabeza—, la señorita Arias está aquí junto a su pequeña.

—Déjalas pasar —respondió Lena contenta, levantándose de su silla y Jess asintió, abriendo la puerta para su amiga.

—¡Hola, Lena! —saludó la morena con alegría, dirigiéndose a Lena con los brazos abiertos al igual que ella.

—Hey, Sam —susurró mientras envolvió a la mujer en un suave abrazo, pero intenso—. Y tú, pero qué grande qué estás... —se dirigió a Ruby con una sonrisa.

—Hola tía Lena —le devolvió el abrazo con efusividad.

—Te veo de maravilla. ¿Qué tal está la CEO más sexy de National City? —bromeó Sam haciendo reír a Lena.

—Genial ahora que os tengo aquí —encaminó hacia el sofá, alzando la mano para que se sentara junto a ella—. ¿Y vosotras? Hacía mucho tiempo que no hablábamos con tanto trabajo. ¿Qué tal la vuelta a National City?

—Acabamos de arrasar una tienda de chucherías —comentó divertida haciendo que Ruby le diese un codazo, diciendo que ya no era una cría—. Venga, cuéntame, ¿qué has hecho estos días? —animó Sam con burla haciendo reír a la CEO.

—Pues la verdad yo es que no tengo mucho que comentar, aunque bueno... —ladeó los hombros hacia un lado junto a su cabeza y miró a la morena.

No tardó en hablar sobre el trabajo y lo que había conseguido en los últimos días. Sam se sorprendió ante la mención de Bruce y felicitó a la CEO por conseguir sus objetivos. Su amiga le habló de que su estancia en el otro lado de la ciudad fue una maravilla y no se arrepentía de nada, algo que alegró a la pelinegra. Ruby se fue de un lado a otro hasta que finalmente se apoderó del portátil de la pelinegra para ver vídeos de gatitos. Lena puso la excusa de que este mes fue loco y que no tenía tiempo para ella, que solo se dedicaba a su trabajo.

—Dejemos de hablar de trabajo —interrumpió Sam con una risa—, que he venido aquí para alegrarte, no para deprimirte.

—Tienes razón —asintió la CEO con una mueca y miró los ojos castaños.

—¿Cómo están los demás?

Y ahí estaba la pregunta. Deseó con todas sus fuerzas que no preguntara nada sobre la familia Danvers y sus amigos. No tuvo tiempo —o más bien no quiso— de contarle los pequeños roces que tuvieron últimamente, aunque tampoco sabría cómo explicárselo y todavía no estaba preparada para desahogarse.

¿Qué debería decir? ¿La verdad de que no se hablaba con nadie aun no sabiendo muy bien cómo o que simplemente no lo sabía después de tanto trabajo? Las palabras de su hermano nuevamente cruzaron por la mente de la CEO. Esa nueva presión en el pecho... Era todo tan doloroso aquella mentira. ¿Iba a mentirle a Sam como lo hizo ella?

Su mente divagaba en estos últimos días que pasó con Kara. Era todo tan irreal... Tenía que detener todo aquel fuego, quería echarle la culpa al alcohol, pero era consciente de todo. Ella solo tenía claro que estaba enfadada con Kara y no la quería en su vida. ¿Realmente no la quería después de tanta lujuria y deseo? ¿Después de sentirse tan querida? ¿O quizá era una ilusión?

Enemigas con derecho / Supercorp AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora