Capítulo 4

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Kongpop miró fijamente con anhelo y desesperación hacia Arthit, suspiró y volvió su vista hacia su libreta y siguió anotando los puntos de la clase.

Ha sido un mes desde que Arthit le habló. Kongpop sabía que era él quien trataba de ignorarlo, pero una pequeña parte de él creía que Arthit no lo dejaría, pero al final como todos los demás, perdió el interés en él.

Kongpop se siente vacío ahora, los primeros días de la universidad fueron una nueva experiencia para él. Siendo un huérfano le hizo realmente responsable de su vida, nunca tuvo otros pensamientos, su agenda del día era: estudios, trabajo y dormir, pero después de haber entrado a la universidad, otro sujeto le quitaba horas de sueño.

Él cual era Arthit, Arthit Rojnapath. El hijo del director de la universidad, una personalidad completamente opuesta a la suya. Ambos, Arthit y él, eran completamente opuestos y así Kongpop se enamoró de él.

Kongpop no sabía si era la naturaleza despreocupada de Arthit, o la sonrisa que siempre adornaba en sus labios y que a veces le daba la oportunidad de ver esos lindo hoyuelos.

Pero este mes, Kongpop se dio cuenta de su lugar en el corazón de Arthit. Podía ver como este no siguió intentando hablar con él o incluso seguirlo como en los primeros días. Este solo le sonreía suavemente cuando sus ojos se encontraban, solamente eso.

Kongpop no sabía si Arthit había descubierto que él era mudo y si esa era la razón por la cual le dejó de hablar.

A mediados del mes tuvieron un examen sorpresa en cada una de las clases y para Kongpop, no sabía si llamarlo suerte o mala suerte, en todos los exámenes tuvo la calificación máxima. Fue el único y por esa razón todos empezaron a notarlo. En una de las clases un profesor lo felicitó diciéndole que incluso si no podía hablar, él es un gran estudiante y que todos deberían aprender de él.

Kongpop de hecho se sorprendió por las palabras del profesor, fue por este que todos se enteraron que él era mudo. Afortunadamente, Arthit no estaba presente ese día y Kongpop pudo relajarse.

Su hermano Chai les había dicho a todos sobre su condición y les pidió no decirlo enfrente de otros porque esto le hacía sentir diferente, así que realmente se sorprendió. Estando rodeado de cientos de estudiantes sabía que Arthit de algún modo se enteraría, el chisme no era para nada muy raro en la universidad.

Pero Arthit nunca se acercó a él, ni le preguntó sobre eso, lo cual se le hizo curioso. Observó por días a Arthit, Kongpop sabía que, si Arthit escuchó algo de otros, le preguntaría antes de sacar alguna conclusión, era una de las cualidades de Arthit que le encantaba. Kongpop incluso empezó a creer que, como otros, Arthit debió haber perdido el interés en él.

La campana sonó sacando a Kongpop de sus pensamientos, no había escrito ni una sola palabra en su libreta. Él no era el tipo de persona que traía asuntos personales a la escuela, nunca había tenido ningún problema, pero los últimos días se sintió incómodo. Tal vez era porque vio a Arthit darse la vuelta tan pronto como lo vio el otro día. Eso hizo que su corazón se contraiga, sentía que se ahogaba.

—Kong.

Los ojos de Kongpop se agrandaron cuando escucho una voz familiar llamarlo, nunca se había sentido tan hermoso el sonido de su nombre, más si salía de esa boca. Kongpop movió su cabeza hacia dónde provenía el sonido para solamente sonreír cuando vio al dueño de la voz. Miró alrededor por si veía a alguien más, pero solamente era Arthit y él.

—No deberías sentarte aquí solo, haz estado sentándote solo durante los descansos. Vamos, salgamos y comamos algo–. Arthit estiró su mano cerca de Kongpop para tomarlo. Kongpop lo miró confundido, tomó su mochila rápidamente y se la puso sobre su hombro derecho antes de tomar la mano de Arthit, la cual no se había movido. Cuando sus pieles hicieron contacto, Kongpop pudo sentir sus mejillas arder lo que hizo a Arthit sonreír ampliamente mientras se reía.

El amor no se dice, se sienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora