Evans.

Capítulo nueve.

El estadio estaba lleno de gente, pero Tom no tuvo que abrirse espacio entre ella ni mucho menos sufrir por ser empujado o apretado entre tantos cuerpos. Claro que no.

Harry había escrito que sólo tenía que ir a la segunda taquilla que parecería estar fuera de servicio. No había más en la pequeña nota que dejó pegada en el pase, pero Tom le hizo caso.

Justo cuando estuvo frente a la taquilla, la cara de una chica se hizo ver y le levantó la ceja.

—Tengo un pase VIP —murmuró Tom antes de que la joven sonriera.

—¿Tom Riddle? —preguntó. El nombrado asintió, mostrando su pase, la chica sólo le dio un vistazo y agarró la radio que tenía colgando en su cadera— El invitado llegó, lo llevaré al asiento.

Voces se escucharon en la radio, pero Tom no pudo distinguir nada. Momentos después, la chica lo estaba dirigiendo a un lugar apartado de todos los bultos de personas.

Entraron por una puerta de acceso restringido y la chica lo dirigió a un pequeño balcón cerca del escenario. Tom nunca había estado en un lugar parecido, pero, desde ahí, lograba ver con claridad todo el lugar y, por alguna razón, se encontraba solo aún cuando había cinco asientos más haciéndole compañía al suyo.

No le tomó importancia y esperó paciente. Treinta minutos después de las 10pm el escenario se llenó de humo y la música llenó el lugar. Se sorprendió al pensar en cuánta capacidad de volumen deberían tener la bocinas para que la música se escuchaba aún con tanto grito.

En algún punto de la canción, cuando Harry miró fijamente al balcón y lo miró, Tom pudo diferenciar el carnet a mano que él mismo le había regalado al menor.

Sonrió.

Harry llevaba parte de él a su concierto. A su vida.

Después de eso, Tom parecía haber entrado en un pequeño trance donde sólo podía ver y escuchar a Harry. Su pecho podía estallar de ternura al ver a su niño cantando y bailando mientras, en algunas ocasiones, lo miraba a los ojos.

Una mirada que delataba lo que realmente sentía y, de paso, dedicándole ese fragmento de canción.

No supo cuánto duró el concierto, pero las personas ya se estaban retirando después de que el azabache había anunciado la conclusión de éste.

Tom se levantó y, cuando miró atrás para poder salir, la puerta se abrió, mostrando a un Harry Evans (¿o debería decir Potter?) entrando a la habitación.

Sus miradas chocaron y, de un momento a otro, los dos caminaron hacia el contrario para encontrarse en un abrazo que luego se convirtió en un beso.

No habían durado mucho tiempo separados, pero debían admitir que se habían extrañado más de lo que hubiera pensado.

—Realmente lamento haber desconfiado de ti —susurró Harry una vez que se separaron.

Tom sólo negó.

—Perdón por no haber entendido tus preocupaciones.

Después de eso, simplemente se miraron y sonrieron con cariño.

—Te extrañé —murmuró Harry.

—Y yo a ti —contestó el mayor acomodando un pequeño mechón del contrario—. Aunque veo que estuviste muy ocupado.

El ojiverde bufó y se acurrucó en el pecho de su chico.

—Tuvimos que inventar una coreografía fácil y todo lo demás lo tuvimos que ensayar más veces en un día de las que estaba acostumbrado —informó el menor, Tom sonrió cuando vio el puchero infantil salir de los labios del menor—. No podía quejarme porque luego llegaba Albus y me regañaba por desaparecer.

—No debiste preocupar tanto a las personas que te quieren.

—Pero les decía que estaba bien y que no se preocuparan —chilló el menor—... Aunque creo que sí me pasé —miró a los ojos de Tom antes de sonreír—, mas no me arrepiento.

El silencio se abrió espacio mientras que los dos contemplaban a la persona frente a ellos. El silencio parecía hablar más de lo que las palabras eran capaces de expresar, y eso le gustaba a Harry, la tranquilidad que sentía al lado del ojiazul y la comodidad que nunca había sentido con otra persona.

Claro, tampoco mencionaba la calidez de su abrazo o las sonrisas tan adorables que le llegaba a dar, oh, pero no le digan que pensaba de esa manera porque el mayor se ofendería.

Por parte de Tom, las cosas no eran lo que pensó en un inicio, pero eso no significaba que fuera malo. Nada podía ser malo teniendo a Harry con él.

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Hola, personitas hermosas.

Tengan un lindo inicio de semana, les amos💛