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Rápidamente pasó el fin de semana, entre risas y diversiones propias de la edad en la que se encontraban. Gun iba a casa de Toy a jugar con él a la consola cuando acababa de estudiar mientras que Oab había tenido una cita con Maprang que por lo que sabía no había ido demasiado bien, pero esperaba que pronto mejoraran las cosas entre ellos. Tae y Mint, según tenía entendido, habían ido todo el domingo de ruta a la montaña más alta de la Comunidad, por las fotos que le había enviado Mint podía decir que era un sitio impresionante para ir a visitar; debía apuntarlo para otra ocasión.

Su rutina comenzaba de nuevo, como cada lunes por la mañana. Se duchaba, se miraba durante varios minutos al espejo diciéndose frases motivadoras que en realidad no servían para una puta mierda, se vestía con lo primero que pillaba del armario y se colgaba la mochila a los hombros para salir y esperar a sus dos amigos para acompañarlos a la universidad en el tramo común que sus caminos tenían.

—Tíos, no me acuerdo ni de la mitad de las cosas que pasaron en la casa del Off ese... —comentó Oab.

Los tres iban caminando por una de las tantas calles de Tailandia en silencio, hasta que el más alto rompió el ambiente creado con ese comentario. Toy le empezó a hacer señas al de perilla para que dejara el tema, señalando con la cabeza a Gun que iba mirando al suelo, dándole el motivo para el silencio sobre ese tema, cosa que el pequeño captó sin saber muy bien el motivo de no hablar de eso.

Toy sabía perfectamente cómo era Gun, se conocían desde hacía muchísimo tiempo, y si Gun no quiso contarles nada de la noche anterior era porque no quería recordarla. Él, como su amigo, no iba a molestarlo, ni a agobiarlo por ello; y menos permitiría que otros, por mucho que fuera su amigo Oab, lo hicieran.

El de ojos rasgados aceleró el paso seguido a duras penas por sus amigos. Odiaba que si decía que no quería hablar de un tema siguieran hablando precisamente de eso. No habría más temas de conversación en todo el santo mundo, no, tenía que mencionarlo. Admitía que puede que estuviera exagerando, la noche no había ido tan mal y tampoco había sido tan horrible como imaginaba, pero no dejaría que eso se supiera. O al menos, no tan pronto.

Llegaron al cruce donde debían separarse para las distintas facultades. Estaba indicado con varias señales en forma de flecha con distintas indicaciones en fondo azul y letras blancas.

—Nos vemos después —se despedía Gun empezando a andar hacia su facultad sin esperar una respuesta a cambio.

Los chicos lo vieron alejarse lo suficiente como para que ya no los escuchara ni aunque hablaran muy alto y en ese momento Toy le dio un golpe en el brazo a Oab como venganza por lo que había hecho antes.

—¡Ah! —se quejó el pelinegro sobándose el brazo derecho ahora magullado—. ¿Se puede saber qué rayos te pasa?

—Si Gun no quiere hablar de algo sabes que no debemos atosigarlo. —Se cruzó de brazos empezando a andar—. Al final acabará enfadándose y no contándonos nada.

Eso era lo habitual. Gun acababa contándoles las cosas si le dejaban su espacio para que se calmara y no lo agobiaban intentando averiguar que le pasaba. Podía considerarse que eran unos malos amigos por no insistirle en lo que le pasaba, pero esa era la única manera que tenían para conseguir averiguarlo a largo plazo. Si se ponían a discutir y a molestar Gun nunca les diría nada.

—¡Pero si yo no hice nada!

De ese modo, camino a sus facultades de Informática y Comunicación Audiovisual, siguieron discutiendo sobre cosas que había y no habían hecho. Por supuesto, sus opiniones eran totalmente contrarias y nunca llegaron a una clara conclusión.

...

Si a Off le dieran un bath por cada vez que sus amigos lo metían en algún lío ahora mismo sería millonario. Tay y New siempre estaban molestándolo, con un cariño y afecto que a veces se pensaba que no merecía, aun así siempre estaban ahí. Amigos hasta el final.

¿Qué apostamos? -OffGun-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora