Un silencio abrumador los separaba. Rosé golpeaba el asiento copiloto con sus dedos, mientras JungKook se concentraba en la autopista que se abría a sus ojos.-Necesito parar. – le dijo él de pronto. Rosé lo miró de inmediato. Esperaba en realidad otro tipo de conversación. Algo mejor y más intenso. Tal vez que hablaran de los dos.
-¿Estás bien? – preguntó ella, deduciendo que era lo más inteligente que se le había ocurrido preguntarle. JungKook detuvo el auto, estacionándolo en un garaje cerca a una cafetería en medio de la autopista.
-Sí, sí... solo estoy cansado. – admitió él, sobándose los ojos. Había manejado tanto que pensó que se desmayaría en medio del camino.
Y volvieron a quedarse callados. JungKook rompió el hielo por segunda vez.
-¿Te molesta si nos quedamos a dormir aquí por hoy? – le preguntó. Quiso mirarla, pero sabía que se distraería con sus bonitos labios, sus ojos, su nariz... y todo lo que le gustaba. Apartó la vista hacia el parabrisas. ¿Cómo es que podían estar tan fríos después de a verse dicho que se amaban?
-No, está bien- negó ella.
-Vale. – JungKook abrió la puerta del automóvil e intentó salir.
-¿JungKook?
-¿Mnh? – dijo con una pierna fuera del auto.
-¿Te pasa algo conmigo? – le preguntó Rosé. Se miraron de nuevo, por unas exuberantes milésimas de segundo.
-¿Por qué lo dices?- pregunto sin mirarle.
-Por Nada...
-Estoy bien. – le afirmó JungKook. Esta vez si logró salir del auto, abrió la parte trasera del auto y sacó la maleta improvisada de Rosé. Ella también bajó del auto. De alguna manera se había cabreado por todo ese jodido berrinche que JungKook estaba haciendo y ni siquiera sabía por qué. Pero si él no quería hablarle, entonces ella tampoco lo haría. Tiró la puerta y se adentró a la cafetería. JungKook siguió sus pasos. Por detrás la vista era mejor aún. Todavía conservaba sus braguitas y sin nada encima. Solo la cazadora de cuero que le cubría hasta los principios del muslo. La miró de espaldas caminar... se moría por adherirse a ella y acariciar ese bonito culo que siempre había tenido y que él... había probado muchas veces. Se río. Rosé se volteó al escucharlo.
-¿Se puede saber de que te ríes?-pregunto cabreada.
-¿No puedo?- dijo levantado una ceja.
-Primero estás cabreado y ahora te ríes, quién te entiende Jeon JungKook. - Rosé lo ignoró y continuó su camino. Dentro, la cafetería se convirtió en un alboroto. Demasiada testosterona para una sola chica en lencería.
Un silbido se escuchó desde las mesas más lejanas.
-Oye guapa... - gritaron desde al fondo. - ¿has venido así para mi? – y los demás hombres rieron.
-Hola preciosa... - un hombre pasó por su lado, susurrándole al oído.
Y pudieron seguir gritando más halagos subidos de tono para ella, si es que no hubieran visto a JungKook detrás de ella. Entró y la cogió de las manos, tal vez bruscamente, apartándola de la mirada de todos esos hombres. Rosé trató de zafarse, pero él aumentó la fuerza en sus brazos.
-Quiero una habitación. – le dijo a la mujer de treinta años que atendía el lugar. Esta sacó una llave de entre sus bolsillos delanteros del traje, la extendió.
-Son treinta dólares, guapo. - Rosé soltó una risa exagerada al escuchar la voz ronca y masculina de esa mujer. Fue entonces cuando se percató que no tenía culo ni senos. Joder, era travesti. JungKook se incomodó. Y más por que Rosé se reía de la situación. Sacó de la billetera los treinta dólares que le había pedido.
-Ahí están. – le entregó.
-Duerme bien, campeón... – le dijo dándole las llaves mientras le sonreía sutilmente.
Rosé lo miró, aguantándose las carcajadas. JungKook la miró mal, avanzando justo detrás de ella hasta la habitación.
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SEDUCEME *HOT🔥* •|ROSÉKOOK|• 🐰🌹#3
Ficção AdolescenteNo hables. No respires. Él está cerca, y apunto de seducirte de nuevo. ____________________________________