5 Seconds Of Summer OS

7. Luke Hemmings & Michael Clifford (4/4)

Nota: Esta última parte me costó como no tienen idea, tuve un bloqueo y lo peor es que no podía hacer otro OS sabiendo que este seguía inconcluso. Disfruten.

Las calles de la ciudad se veían diferentes esta noche o tal vez era la situación lo que hacía que todo se viese así. Nuestros celulares no dejaban de vibrar dentro de nuestros bolsillos, pero nuestros dedos estaban entrelazados y demasiado cómodos en el calor de nuestras pieles como para siquiera tratar de tomarlos.

Michael mantenía su característica gorra cubriendo sus cabellos rubios en un intento por esconderse de ojos curiosos que pudiesen reconocerlo. Sin embargo, dudaba mucho que eso ayudase en algo porque su risa era algo que cualquiera podía identificar. Quería pensar que la suerte estaría de nuestro lado y que mañana no habría ningún artículo en el Internet sobre nosotros porque a pesar de la hora, parecía que la ciudad no quería dormir.

—Creo que ya estamos lo suficientemente lejos, así que, ¿qué sigue? – Quiso saber, deteniéndose a mitad de la calle. Las personas que transitaban nos comenzaron a evitar como si fuéramos una roca a mitad de un río, apenas mirándonos de reojo porque probablemente lucíamos como dos enormes desastres.

—Voy a pedir un Uber y vamos a ir a una fiesta donde no tendremos que escondernos. – Expliqué con una pequeña sonrisa traviesa bailando en la comisura de mis labios. Michael me miró por unos instantes un tanto confundido, pero terminó por encogerse de hombros, restándole importancia y confiando en mi juicio.

—¿Qué dices sobre comer algo antes de ir? –Sugirió haciendo un gesto hacia el restaurante a sus espaldas. — Realmente no creo que pueda soportar más alcohol sin tener algo sólido dentro de mi estómago. Recuerda que soy un borracho bastante barato y realmente no quiero que esta noche termine tan pronto cuando apenas acaba de comenzar.

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—¡Ahhh, no puedo creer que estés aquí! –A pesar de la música alta pude escuchar perfectamente el grito de Gabby. Le sonreí mientras le veía abrirse paso entre la gente.

Su cuerpo colisionó contra el mío en un abrazo, obligándome a soltar la mano de Michael en el proceso. Mi amiga nos observó con una ceja arqueada cuando no separamos, había algo brillando en sus ojos que me hizo sentir nerviosa, sin embargo, la mano del ojiverde entrelazándose nuevamente con la mía me calmó.

—No le digas a Matty que estamos aquí. –Fue lo primero que le pedí. La comprensión no tardó en reflejarse en sus facciones cuando se dio cuenta de lo que estábamos haciendo.

—¿Al menos le avisaste? –Se cruzó de brazos como si fuese una madre preocupada y casi sonreí al escuchar aquel pequeño tono de reproche arrastrándose en su voz. Ella y Matty podrán haber terminado, pero ambos seguían preocupándose por el otro. Asentí en respuesta a lo que terminó soltando un suspiro. — Entonces, vengan.

Gabby nos sonrió con diversión antes de dar media vuelta y arrastrarnos aún más al interior de la gran casa donde la fiesta se estaba desarrollando. Michael enrolló uno de sus brazos en mi cintura, acercándome a su cuerpo sin temor a que alguien tomase una foto de aquel gesto, pues de alguna manera se dio cuenta de que lo mentía al decir que lo que sucedía dentro de estas paredes, se quedaba ahí. No necesitábamos la atención de curiosos en nosotros cuando ni siquiera sabíamos qué demonios estábamos haciendo.

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—Creo que se ve mejor en ti que en mí. –Aduló cuando coloqué su gorra arruinada por el agua sobre mis cabellos mojados. De alguna manera habíamos terminado dentro de la piscina a pesar del frío de la noche, aunque no éramos los únicos locos, pues había un pequeño grupo de chicas en el otro extremo. —Te ves hermosa.