Advertencia: Mención de sustancias ilegales y situaciones delicadas.
La chica de cabellos rojos no sabía cómo demonios iba a burlar la seguridad, sobretodo cuando aquel gorila protegía la entrada a la zona exclusiva del lugar. Ni siquiera sabía si la persona que buscaba todavía se encontraba ahí, ella esperaba que sí, pero era difícil saberlo. La pelirroja había escuchado fragmentos de una conversación que dos chicas mantenían cuando fue a la barra a buscar más bebidas, eso había sido hace más de dos horas. Ellos podían haberse ido del lugar antes de que todo se volviese un caos al correr el rumor de que se encontraban en ese lugar. Sin embargo, ella necesitaba intentarlo, tenía que hacerlo pues no tenía ni una maldita idea de qué harían si aquellas personas no estaban ahí.
No sabía que haría cuando se enfrentase al gorila, no tenía un plan, nada. Afortunadamente la vida le sonrió, el hombre se distrajo cuando un par de sujetos comenzaron con una pequeña disputa justo detrás de él. La chica aprovechó para escabullirse a sus espaldas, corriendo al instante y empezando a buscar frenéticamente aquellos rostros. No habían muchas personas en la zona exclusiva, pero las divisiones hacían todo más complicado.
-¡Hey, tú! -La voz gruesa y masculina se escuchó sobre la música. Ella volteó con pánico para ver al hombre mirarla con el ceño fruncido, comenzando a acercarse para poder sacarla.
Mierda. Maldijo antes de echar a correr nuevamente, no le importaba que las personas le vieran con molestia mientras empujaba los cuerpos que le estorbaban. Justo cuando estaba a punto de darse por vencida, observó aquellos cabellos rubios, casi blancos, a unos cuantos metros de ella.
-¡Michael! -Gritó al mismo tiempo que movía sus brazos para llamar la atención del mencionado, cinco cabezas giraron a verle y cuando estaba por acercarse a ellos, una mano callosa y grande le sujetó con fuerza del brazo.
-Vamos, chica, hagamos esto por las buenas. -Amenazó el hombre, dispuesto a sacarla de aquella zona. Abrió la boca para replicar, pero otra voz detrás de ella le impidió hacerlo.
-Ella está con nosotros. -La voz familiar de Michael le tranquilizó. El hombre rápidamente le soltó y después de un "disculpe las molestias" se fue a su lugar frente a la puerta. -Ven.
La mano del ojiverde en su espalda baja le hizo caminar a donde el resto le miraba con curiosidad, la chica no tardó en darse cuenta de que el pelinegro no se encontraba con ellos. No obstante, cualquiera de ellos era de gran ayuda.
-¿Estás bien, Lia? - Clifford le hizo sentarse en uno de los sofás de cuero negro alrededor de la mesa. - Pareces asustada. - Señaló, acuclillándose frente a ella para poderle ver mejor.
Entonces su temple se rompió, el miedo le hizo balbucear las palabras mientras trataba de explicarle a las personas que le miraban lo que había ocurrido. La pelirroja estaba tan concentrada que no se dio cuenta del momento en el que cierto morocho se colocó a lado de Michael.
Calum estaba coqueteando con una chica, o al menos estaba tratando de hacerlo, cuando escuchó un grito femenino llamándole a uno de sus mejores amigos. Al principio no le dio importancia, pero miró a la chica y algo en sus facciones le era familiar; se disculpó con la pelinegra frente a él y se acercó a sus amigos, la curiosidad inundando sus facciones. Entonces escuchó ese nombre. Conforme la pelirroja hablaba, el cuerpo de Calum se llenaba de tensión, rabia y una ola de preocupación comenzaba a ahogarle. Su instinto protector emergió a la superficie, tenía que tenerla entre sus brazos y asegurarse de que estaba bien.
-¿Dónde está? - Quiso saber, la ansiedad arrastrándose en su voz.
-En el baño de mujeres, Joshua está con ella. - Le respondió más tranquila la pelirroja. - Fue el lugar más seguro que encontramos y... - El móvil entre sus dedos sonó, en un segundo lo tenía desbloqueado para poder ver el mensaje de Joshua y las palabras de su amigo le hicieron levantarse abruptamente del sofá. El morocho se levantó a su par, la ansiedad haciéndole sentir enfermo pues la tez de la chica se volvió pálida. -Tenemos que ir. Ya.
Calum no necesitó que se lo dijeran dos veces, él iría hasta el mismísimo infierno para poder ayudarle. Luke les detuvo para entregarles dos antifaces a él y a Michael pues lo más importante era no llamar la atención. Hasta ese momento Lia fue consciente de que había dejado el suyo en el baño, la preocupación de hizo olvidar que en la parte baja del club todos usaban un antifaz como pre-celebración de Halloween. Lia agradeció aquel detalle, pues eso les serviría para que nadie reconociera y viera a dos miembros de 5 seconds of summer entrar al baño de mujeres y mucho menos salir con una chica drogada en brazos.
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5 Seconds Of Summer OS
FanfictionHistorias cortas sobre los chicos de 5 seconds of summer.