~Tiró la bomba

763 58 27
                                    

HyungJin pov.

Estaba leyendo en el Gazebo mientras miraba de vez en cuando el lago que había a mis espaldas, los pájaros cantaban y los sapos se escuchaban algo lejos.
Esto era lo mejor, venir aquí a desayunar y leer era tan tranquilizante que te daba una paz única, rodeado de naturaleza y el agradable viento mañanero.

Acercándose escuché unos pasos pisar las ojas secas de otoño, pensé que era alguno de mis hermanos hasta que ese específico olor a café con chocolate y menta llegó a mis fosas nasales.

Miré en dirección de donde salías del laberinto y enseguida distingui ese cabello rojizo.

-Oh- me miró sonrojandose- Lo lamento... Me había perdido y como ya me dolían los pies solo seguí tu aroma, no quiero molestar, por favor sigue- hizo una reverencia y volvió por sus pasos.

-Si te duelen los pies no deberías seguir caminando, apuesto que te perderás de nuevo- hablé alto y claro.

El laberinto cubría 500 x 500 metros, hablamos de un cuadrado de 25 manzanas, era bastante grande y cada camino daba a un lugar distinto.

-N-No quiero molestar- Murmuró incómodo. Podía ver que se había recargado sobre su pié derecho ya que seguramente le dolía más el izquierdo.

-Ven aquí- apunté el sillón blanco que se enfrentaba al que yo estaba sentado.

Él a pasos lentos y con cautela subió los pequeños escalones para entrar al Gazebo y se sentó en el cómodo sillón soltando un suspiro.

-Ten- agarré una de las tacitas de porcelana que tenía ahí y le serví algo de té caliente, el viento estaba frío y él tenía la nariz roja- Tomalo lento, aquí hay algunos pastelitos- le acerqué la bandeja con muchos platitos con diferentes tipos de pasteles.

-Gracias- Murmuró tímido.

Dejé que comiera algo mientras yo continuaba con mi lectura, pero no podía concentrarme con el ruido que hacía al frotarse las piernas incómodo y se abrazaba a si mismo.

Solté un suspiro cansado que llamó su atención, lo miré, tenía sus mejillas algo abultadas por el postre que estaba comiendo y se veía muy tierno con esos ojitos de zorro y tanto su nariz como mejillas estaban rojas.

Me paré de mi sillón bajo su atenta mirada y de un cofre saqué una manta de pelitos, caminé a él y con cuidado lo rodee la manta tapando también su cabeza, dejando solo a la vista su rostro y me senté a su lado.

-Sube tus pies aquí- palmee mis piernas y él me miró sorprendido.

-¿M-Mis pies?- Su suave voz hacía que mi lobo cada vez se volviera más y más insistente con que aquel pequeño Omega era nuestro.

-Si, no puedo leer si haces tanto ruido con tus pies, es claro que te duelen mucho, vamos- insistí, él lentamente y avergonzado subió ambos pies a mi regazo y yo con suavidad saqué sus zapatillas y medias para comenzar a masajear sus adoloridos pies.

-¿Desde hace cuándo estas en el laberinto?- pregunté y él me miró pensativo.

-Ahm... Creo... Que salí de la casa a las 7:49- informó y yo miré la hora en mi reloj.

-Son las 8:32- él se encogió en su lugar cuando otro escalofrío cruzó por su pequeño cuerpo por el frío aire.

-Realmente me gustó el laberinto... Desde la casa se ve interminable, siempre quise estar en uno- murmuró entre los castañeos de sus dientes.

-Creo que es mejor que te lleve a la mansión, está enfriando mucho y puedes enfermar- terminé de hacerle masajes en sus pies que se veían menos rojos y coloqué sus medias y zapatillas en su lugar.

Te encontré \Hyunin\Omegaverse\StrayKids\Where stories live. Discover now