Capítulo XXIII

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El día fue normal. Hasta el momento nadie las había molestado y aquello era bueno, o eso pensó la ojiverde, hasta que llegaron a la cafetería durante la hora del almuerzo. Llevaba la mochila en su espalda y hablaba con Lucy, intentando distraerla por si se encontraban con Verónica. Lauren no había parado de sonreír en todo el día.

—Nosotras buscamos la comida y ustedes dos cuiden la mesa—les dijo Dinah guiñándole a Lucy, se fue con Nora, dejándolas a ellas dos.

—Bueno ¿Sabías que, según Nora, Robert besa con lengua? — preguntó mientras se sentaban en una de las mesas, Lucy la miró alzando una ceja.

—Ya se lo que intentas hacer, Laur—dijo acomodando sus brazos sobre la mesa, Lauren abrió los ojos.

—¿Ah si? Porque hablo enserio, es la palabra de la pelirroja contra la nuestra.

—Descuida... yo aún no le he visto y cuando lo haga... igual la voy a ignorar—dijo bajando el rostro y Lauren la hizo alzarlo, sujetándola porla barbilla.

—Ambas sabemos que esa es una gran mentira—dijo viendo como  su amiga rodaba los ojos—. Ella es una idiota.

—Si, es una idiota—repitió Lucy, sonriendo.

Durante estos meses Lucy le había hablado sobre Verónica y habían tomado como terapia decir que era idiota, cada vez que se sintiera mal.

Hablaron durante un rato, hasta que sintió la voz de Austin en su oreja.

—Hola, rarita—saludó, rodeándole el cuello fuertemente con el
brazo, Lauren tosió varias veces—. ¿No te gustaría comer con nosotros?

—No... suéltame—dijo apretándole el brazo, pero Austin no lasoltaba.

—Déjala—Lucy le dijo levantándose y queriendo darle unacachetada.

—Vamos, Jauregui. Todos te esperan—agregó el chico, levantándose y arrastrando a Lauren con él, la ojiverde parecía necesitar con urgencia respirar mientras la llevaban a la mesa.

—¡Oye!—le gritó Lucy y los siguió.

—Aquí estamos—dijo Austin sentando a Lauren en la silla, junto a Luis, aun rodeando el cuello de la chica .

—¡Lauren, que sorpresa!—dijo Luis riendo, al ver el rostro púrpura de la ojiverde.

Lauren apenas si podía respirar e intentaba soltarse del brazo de Austin alrededor de su cuello.

Observó que justo frente a ella estaba sentada Camila, que la observaba con los ojos abiertos y una notable preocupación en ellos.

—Austin, déjala en paz—dijo observando con enojo a su novio, él se río cínicamente.

—Amor, ¿no te das cuenta de qué la rarita es una invitada mía? No le estoy haciendo nada.

Lauren no opinaba lo mismo y cerró los ojos por un momento, ya que se sentía tremendamente mareada.

—¡Suéltala, las estás ahogando! —gritó Camila y Austin la soltó con fastidio, Lauren comenzó a toser.

—¡Cof, cof, cof!—se sujetaba la garganta mientras observaba de reojo a Camila.

La castaña parecía querer acercarse para frotarle la espalda, pero todos estaban mirándola. Camila tuvo que resistir la urgencia de tocarla y apretar las manos sobre el regazo, sin dejar de mirar los ojos esmeraldas.

—Lucy ... —murmuró Lauren por debajo, pero no veía a su amiga.

Logró encontrarla, al verla salir por la puerta de la cafetería, seguida de Verónica. Lauren se preocupó e intentó irse, pero Luis le capturó la mano y la obligó a sentarse.

—¿A dónde vas, bonita?—le dijo sosteniendo su mano entre las suyas mientras Lauren seguía tosiendo.

Camila clavó sus ojos asesinos en Luis y este de inmediato soltó la mano de Lauren, sentía un frío helado recorrerle el cuerpo y podía jurar que eran por los fulminantes ojos chocolate de Camila.

—¿Ibas con tu novia?— preguntó Austin, riéndose, al ver la pobre cara de Lauren.

Lauren comenzó negar mirando a Camila a los ojos, quería asegurarle que no tenía novia y al hacerlo,

Camila sonrió de forma alegre. Austin se dio cuenta de eso y la llamó.

—Amor, ¿sabes que te amo? —le dijo dándole un guiño y Lauren hizo una mueca, quería irse. (Adiós a mi desayuno)

Camila no lo miró ni una sola vez y asintió, sonriendo.

—Yo también te amo—dijo mirando fijamente a Lauren a los ojos, la ojiverde sintió la piel cosquillearle y el corazón en la garganta

¿Se lo estaba diciendo a ella? Camila, después de haberlo dicho, abrió los ojos y se sonrojó como una loca, agachó el rostro y comenzó a balbucear

—. Yo... Mmm... supongo... bueno... también... bueno... claro— término con la cara roja, Austin frunció el ceño, observando como las dos chicas se miraban.

—Bueno, rarita. Me contaron por allí, que estás enamorada—comentó Austin, burlón, y logrando que todos en la mesa soltaron un "Uhhhhh".
Camila no la dejó de ver ni un segundo.

—Yo... bueno, no te importa—dijo con el rostro sonrojado e intentó irse de nuevo, Austin la tumbó por los hombros y la hizo sentarse.

—¿Quién es? Confiesa, ¿es Vives? —preguntó burlón, observando a su novia con intención. Lauren lo pudo ver, en los ojos chocolate había dolor.

—No y si fuera así no te lo diría—gruñó para luego volver a ver a Camila, la castaña le devolvía la mirada y no escuchaba a nadie más.

Austin ya estaba sintiéndose amenazado por la estúpida cara que hacía su novia al ver a la ojiverde, no le gustaba la manera en que se mirada no y su orgullo masculino estaba siendo dañado. (¿Tiene alguno?)

—¿No tienes amigas? Podrías largarte de una vez—le dijo irritado mientras iba al lado de su novia y se sentaba junto a ella, rodeándole los hombros con el brazo.

—Pero, tú... —comenzó un confundida por su actitud y sus ojos verdes se volvieron fríos, al ver el brazo del chico sobre Camila.

Austin sonrió triunfante, pero, no duró mucho, cuando Camila se revolvió incomoda y se alejó un poco del chico, cortando el abrazo sobre su hombro. Él la miró sorprendido y después con enojo a la causante de todo esto, que ahora sonreía.
(Lauren: 1 — Austin: Mahone)

—Quita tu asquerosa cara de mi vista, antes de que te la rompa en dos— amenazó y Lauren abrió los ojos, intentando por todos los medios levantarse.

—¡Austin!—lo reprendió Camila, mirándolo con reproche y después volteó a ver a Lauren, que ya se había ido, y soltó un suspiro.

Lauren salió corriendo rápidamente de allí, para volver a su mesa ¿Qué le ocurría a ese idiota? ¿Estaba en sus días o algo así? Que bipolar, fue mucho para el gusto de Lauren, que seguía un poco alegre por haber visto a Camila. Lo mejor de todo era que esta vez no le había insultado. Tal vez, este lograra ser un gran año.









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