Capítulo XXVII

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Al día siguiente, Lauren entró a la escuela un poco más relajada, llevaba unos shorts negros y una camisa negra manga larga. Era lo más cómodo que había encontrado en su armario. Su cabello estaba suelto y entrelazaba su brazo con el de Lucy.

Su amiga le daba fuerza, hablaban con Dinah y Nora sobre salir al cine la próxima semana, eso hasta que el grupito de chicas se colocaron justo frente a ella.

—Hola, a mis raras favoritas—dijo Verónica abriendo los brazos mientras intentaba buscar los ojos de Lucy, ella sólo miraba al suelo.

—¿Qué quieren?—preguntó Dinah, fastidiada.

Lauren miró a Camila brevemente, vestía una falda de mezclilla y una blusa que dejaba ver su abdomen, junto con unas zapatillas en conjunto.

Tan linda que dolía.

Sus ojos se encontraron y Lauren apartó la mirada, sentía aún el agua sucia en su garganta.

—Yo, yo quería hablar con Jauregui—dijo la castaña, capturando la atención de todas.

—Yo no quiero hablar—rebatió Lauren y vio un brillo de tristeza en los ojos marrones, eso la debilitó.

—Pues tienes que, vamos—le dijo tomándola de la muñeca y jalándola fuera del grupo.

Lauren les hizo señas a sus amigas para que no las siguieran, Camila la llevó hasta una esquina junto a los casilleros y comenzó a hablar torpemente, mirándose los pies.

—Ayer... ayer me ignoraste—dijo más como una afirmación, dándole pequeños vistazos.

—Sí, ¿y?—intentó hacerse la indiferente, pero no le salió muy bien.

—Nada, olvídalo—soltó un poco molesta, aunque después comenzó a jugar con sus manos—. Nosotras... bueno, tenemos que terminar el ensayo... y podríamos hacerlo esta tarde, en mi casa.

Lauren abrió los ojos ¿La estaba invitando a su casa? ¿Era un sueño?
¿Debía de tener fiebre? Oh, por Dios, su casa, era su casa y ellas podrían... ¡Para ya, Lauren!
(No, sigue, quiero saber)

—¿T—tu ca—casa?—preguntó como una tonta y Camila la miró como si en verdad lo fuera.

—Si. Mi casa, Lauren—dijo y Lauren se sonrojó.

—Me... me llamaste... ¿me llamaste por mi nombre? —preguntó, abriendo los ojos.

Camila rodó los ojos, aunque sus mejillas estaban ligeramente ruborizadas.

—¿Vas venir o no?—preguntó impaciente, Lauren pareció dudar.

—Yo, bueno... —comenzó a indagar ya que no debía estar cerca de Camila, Austin la mataría, pero en parte, también quería conocer la casa de la castaña.

—Te recuerdo que vale mucha nota—dijo cruzándose de brazos—. No vemos en la salida, te vienes conmigo—zanjó, dándose la vuelta y volviendo con sus amigas.

Lauren no pudo decir nada, tendría que ir y ya. Durante el resto del día estuvo muy nerviosa, no le dijo nada a sus amigas ya que comenzarían a delirar y a decirle que no fuera. Lucy le preguntó que sucedía y no tuvo más opción que decirle, pero su amiga no hizo nada más al respecto ya que era una nota muy importante, le advirtió que tuviera cuidado y dándole un fuerte abrazo. Sus bajas y altas con la chica de ojos miel la tenían mal y Lauren entendía, también le devolvió el abrazo aún con más fuerzas.

En la hora de la salida, intentaba buscar a Camila sin encontrarse a
Austin, fue fácil ya que últimamente no se les veía muy juntos (comparado con el año pasado). Sus amigas se habían ido con Dinah y sintió a alguien tocándole el hombro, dio un brinco y al voltear se encontró con Camila, que la miraba con una ceja alzada.

rivales | camrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora