Extra VI

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Camila estaba muy alegre, más de lo que recordaba haber estado alguna vez.¿Cómo no? Hace unos dos días, la noche del baile de invierno, fue el momento más emocionante y hermoso de su vida. Pasaron muchas cosas, ella terminó bebiendo, comiendo alegremente y felicitando a Vero y a Lucy por ganar como reinas del baile.

Aunque el acontecimiento principal de aquella noche, fue la declaración más tierna y hermosa que le había dado Lauren Jauregui, su Lauren. Bailaron juntas muchas veces, mirándose a los ojos con dulzura e ignorando las miradas curiosas de los otros compañeros. Sobra decir que también se dieron varios besos, Camila amaba los suaves labios de la ojiverde. (¿Quién no?)

Y no, no fue un sueño. Esa noche, después de que Lauren la despidiera tímidamente frente a su casa, ella se lanzó un balde de agua fría para asegurarse de no estar dormida. En realidad, fueron dos baldes, para rectificar. Una nunca sabe. Al día siguiente no lograron verse, para la desgracia de las dos chicas. Camila tuvo que asistir a una reunión familiar y estuvo todo el día de muy mal humor. Andrea alzaba una ceja, riéndose un poco. Camila evitaba mirarle a los ojos, como su hermana llegara a enterarse de lo sucedido con Lauren, en cuestión de segundos toda la familia lo sabría. (Hasta estaría en el periódico)

Y lo menos que necesitaba era que sus padres se enteraran sorpresivamente, Sinu seguro estaría montando una fiesta de celebración (Con tortas cubanas *guiño*) pero a Alejandro no la agradaría la idea. Prefería decirles por su propia boca, cuando sesintiera preparada, o cuando Lauren se dignará tener ovarios y fuera a la casa a hablar con sus padres.

El domingo fue lo mismo, Lauren no podía dejar sola a sus padres, ya que querían almorzar juntos. Lo único positivo fueron los mensajes de texto que intercambiaron. Camila sonrió al recibir el primero, preguntándose donde había encontrado su número la ojiverde.

Sospechaba de cierta latina.
(Nah, fue Andrea)

Y aquí estaban, un lunes, en el instituto. Ya a estas alturas, todos debían saber que entre Camila Cabello y Lauren Jauregui había algo. No eran amigas, aún no, eran mucho más. (Super amigas harmonicas ¡Yey!) Camila estaba sentada en una de las mesas del patio, mirando hacia el aparcamiento, esperando a cierta chica de ojos verdes y sonrisa angelical.

—Estoy frustrada—fue el comentario inútil que hizo la chica castaña.


—¿Por qué?—Vero estiró los brazos, ella también esperaba a Lucy.

—Hace dos días que me he besado con Lauren y le dije que la amaba, no la he visto desde entonces—su tono fue sarcástico, se cruzó de brazos, mientras movía la pierna—. ¿Qué se supone que somos ahora?

—¿Rivales con ciertas actitudes cariñosas?—la latina tentaba a la suerte con su chiste, vio los ojos chocolate asesinarla y alzó las manos—. No me mates, era broma. ¿No querrás dejar a Lucy soltera, verdad?

—La haría un favor—rodó los ojos.

—Pff, claro—chistó con gracia, echándose el cabello hacia atrás—. Ya quisiera ella encontrarse otra novia como yo. (Todas quisiéramos)

—No le deseo tanto mal, Verónica. Espero que no existan dos como tú, con una me basta—Camila movió las manos, esperando que la latina se picara.

—¡Oye! Que tú no eres Miss simpatía—le dio un golpe en el brazo, la castaña sonrió —. Soy increíble y estoy segura que Lucy piensa igual.

Una voz tras ellas respondió, divertida.

—Tienes razón, Vero—Lucy sonreía con dulzura a su novia, la sonrisa resplandeciente de la latina se mostró en sus labios—. Eres maravillosa—se sonrojó.

—Aww, gracias, Lu—la latina le hizo ojitos.

Veronica se lanzó a abrazarla, dándole besos en las mejillas y finalizando con un beso en los labios, Lucy reía como idiota, aún ruborizada. Camila rodó los ojos, tanto amor por las mañanas le hacían sentir diabetes nivel III. Si es que existía. De todas formas, eran empalagosas.
(¿Qué te pasa? Si tú eres igual, querida)

—Ya, esperen estar a solas—sonrío a las dos chicas, Lucy asintió más la latina alzó la barbilla.

—Tu te callas. Es mi novia y puedo besarle cuantas veces quiera— rodeó el cuello de su chica con un brazo, cariñosamente, plantándole un beso en la oreja y dejando a una atontada Lucy junto a ella. Alzó una ceja—. Al menos nosotras tenemos un título ¿no?

(Uh, hasta a mí me dolió)

Camila hizo una mueca amarga.
—Yo no fui la que tardé meses en aceptar que estaba enamorada—los ojos miel se abrieron, Camila sabía jugar sucio.

Lucy volteó a ver a su novia, entre divertida y sarcástica.

—¿Meses?

—Ehh, cariño. No la escuches, quiere lavarte el cerebro—sonrío nerviosa, lanzando dagas imaginarias a la cabeza de su mejor amiga.
—¿Segura? No parecías pensar eso cuando... —la gran revelación de Camila fue cortada por la latina.

—¡VAYA! Hablando de Lauren ¿Dónde está la rarita? —Verónica logró zafarse, ya que la atención de Camila fue completamente en dirección a Lucy.

Los ojos chocolate observaban a la otra castaña, con expectación y emoción. Lucy no pudo evitar sonreír ante el rostro de Camila.

—Ah, Lauren.

—Sí, Lauren—repitió Camila, esperando respuesta.

—Exacto, Lauren—Lucy siguió el juego, con una sonrisa enigmática.
Camila perdía paciencia, no pensaba desquitarse con Lucy puesto que le caía bien, por ella intentó sonreír.

—Esa misma.

rivales | camrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora