La Bronca

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¿Austin? ¿Que te has hecho en el pelo? ¡Estas orrible!

Pues anda que tu...- pasaron solo cuatro segundos hasta que estallamos de la risa.

-¿Vas al instituto en autobús?

-Sí-Respondí

-Yo también, ¿me acompañas?- Si no me queda más remedio...

Y como un día más comenzaron las clases.

*En la puerta de la clase*

Me quedo esperando en la puerta y Austin me pregunta:

-¿No entras?

-¿Con estas pintas? Ni loca.

-Pues te espero dentro.

-Vale.

Entré en el baño de chicas y me quité ese estúpido peinado con laca, mojé mi pelo hasta que quedó empapado, me cogí una coleta y me fui hacia la clase.

-¡Es súper mega fuerte! Pero, ¡¿No habrás invitado a la piojosa verdad?! - Escuché nada más entrar en el aula a Ashley, la zorra de la otra vez en el baño. No sé por qué me huelo que yo soy la piojosa...

-Y otra para la más guapa de la clase.-Me dijo un chico rubio a la vez que me entregaba un papel decorado.

-Invitación a mi disfrace's party...-Leí en voz alta.

-Sí, eso mismo, y en ella van incluidas tres acompañantes, porque me han contado que tienes una amiga viviendo en tu casa que está bastante buena.

-Ja ja ja ja, ¿Estás seguro?

-Adiós, y que la guapa no falte, ni tu tampoco.

Me sentó raro ese comentario, no sabía interpretarlo, pero sin duda en cuanto comentara esa fiesta en mi casa se apuntaría hasta el gato, que por cierto, no tengo.

14:25 Hora de salir del instituto, recorro el camino hasta llegar a la parada de autobús y llego a casa, donde la primera cara que veo es la de mi madre al descubrir el nuevo hueco de la pared del baño. Estoy segura de que Nai le ha dicho que he sido yo. Pero la demonia no se saldrá con la suya, quien ríe última ríe mejor. Volviendo a mi madre, nunca había visto esa cara en ella. Nunca había sentido tanta ira procedente de ella. Era extraño, más de lo normal.

… Nunca..., Jamás en tu vida...

¿Qué... qué te pasa mamá?- Dije con miedo a un castigo inminente.

Nunca más... se te ocurra irte sin desayunar pedazo de desastre. 

Su cara cambió repentinamente, ahora tenía mucho más miedo que antes porque no me esperaba para nada que fuese una broma, aun que mi madre es muy bromista, debí a verlo supuesto. Me siento en la mesa a comer con mi hermana, mamá, lisa y Jenny, como no podía ser de otra forma. Cuando entre cucharadas me dice Mamá:

-Por cierto, ¿alguien sabe por qué está mañana había una puerta menos que anoche?

-Pues porque “tu hija”- Le dije mirando a Nai- Bebe mucho “actimel” y tiene energía de sobra como para tirar una puerta o lo que haga falta. ¿Me equivoco?

-¡Eres una mentirosa! Siempre me echas la culpa a mí de todos tus arrebatos de furia porque no tienes amigos, o ¿Por que te crees que salió esta mañana con tanta prisa? ¡Porque no quería llevarse la bronca!

-¡Ya está bien naiara! Estás castigada por mentir y por cargarte la puerta.- Le gritó mamá- ¿¡A caso te crees que no noto cuando mientes!?

Bienvenida al infiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora