Prólogo

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"Sólo quiero que te calmes y me escuches"

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"Sólo quiero que te calmes y me escuches"


Esas fueron las últimas palabras coherentes que escuché antes de cesar mi llanto, ni siquiera supe cómo encontré fuerzas para correr en busca de algun consuelo, pero por suerte Félix me extendió los brazos apenas y vió mi histeria como si él lo comprendiera con tan sólo verme. No hicieron falta palabras para explicar lo que sucedió, literalmente no podía hablar, mezclaba cada letra en sollozos y tartamudeos pero él decifró mi lenguaje instantáneamente y me abrazó con tanta fuerza como si de algo intentara protegerme: el maritirio que me persiguió por los pasillos y del que nunca encontraría escapatoria.
Él no desesperó, fue pasciente hasta que logré tranquilizarme, y al fin, explicarle lo que mis ojos vieron.
Hice mi mayor esfuerzo por describir la situación con palabras; verla ahí, dentro de ese ataúd de cristal en el sótano, sin vida. Ví a mi madre muerta.
Inefable, quizá esa esa palabra es la adecuada. Mis piernas y manos temblaban, y de mi frente chorreaba un sudor frío, seguía congelado y con el miedo consumiéndome a cada segundo. Necesitaba respuestas.
Por un momento deseé que Félix me llamase loco o me convenciera de volver al lugar para corroborar aquello, pero sólo se quedó en silencio, un silencio descomunal e incómodo que no ayudó para nada a mis emociones. Como si él ya estuviese enterado de eso.

Sus palabras retumbaban con un eco ensordecedor en mis tímpanos, cada letra que salía de su boca era como una pequeña pieza de un gigantesco rompecabezas que se iba armando en mi mente, y ese mismo retiraba todo rastro de algún sentimiento. Ni miedo, ni furia, ni tristeza y mucho menos alegría, porque no era nada bueno.

No supe a quien culpar, sólo pensaba en mi padre y en el odio que sentí hacia él, su egoísmo y excentricidad acabaron conmigo sin darme cuenta, ocultándome cosas de mi propia familia como la muerte de mi madre y la existencia de mi hermano. Félix.

Ésto es repugnante, dilarante, es una estúpida maldición que nos encadena a todos, que me envuelve a mí como producto de éste erróneo proyecto, haciéndome sentir falso, irreal, perfectamente irreal.

Una maldición que estoy dispuesto a romper, junto a Félix. Mi hermano gemelo.


Mi nombre es Adrien Athanase Agreste Graham de Vanily, y no soy como los otros humanos.
































¡Hola! Éste es un nuevo proyecto que elaboré donde Adrien y Félix son los protagonistas, nos esperan secretos y mucho suspenso sobre la familia Agreste ya que decidí crear un entorno donde ambos resultan ser hermanos.
Mucho ojo con lo que dijo Adrien al final, tendrá sentido conforme avancen.
Los capítulos que siguen serán hechos que sucedieron antes de éste prólogo, por eso al principio de cada capítulo encontraran pequeños fragmentos en cursiva como si Félix narrara sobre esos días, pues recuerden que decidió contarle toda la verdad a Adrien.
Está interesante, ¡disfrútenlo!

Proyecto Géminis [Adrien y Félix Agreste]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora