Cachorro

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El Beta miró a Jungkook, tenía un bonito reloj en una mano y un aura de superioridad que todo Beta tiene, su madre por otra parte, estaba comportándose como algo que no era, una buena mujer.

A Jungkook le asqueaba un poco la manera en que su madre lucia tan atenta con aquel hombre, de modo en que se preguntó, ¿este era otro amante o no?

-Hay buenas noticias para ti hijo-dijo ella- este de aquí es un buen amigo mio, y esta en busca de un cachorro-.

Entonces todo tomo sentido, Jungkook tragó saliva, era lento pero no estúpido, así que corrió a las piernas de su madre implorando que no tomara aquella decisión.

Su madre trató de alejarle, mientras el Beta le miraba de forma burlona.

-Jungkook, eres un Alfa de baja categoría, si no eres acogido por alguien terminara en un burdel- aclaró su madre- A demás iras a una buena casa, no seas remilgoso y empaca tus maletas-.

Jungkook miró a su madre, y le parecía cruel, puede que no le mostrara cariño, pero era su madre, sabía que los Alfas eran vendidos para la diversión de familias adineradas, pero creía que su madre al menos le tenía el mínimo cariño como para no venderlo, así que rompió en llanto aferrado en su pierna.

-Muchacho- dijo el hombre que continuaba mirándolo- deberías saber que esto no es tu decisión, sino de tu madre, tu solo eres un perro, no tienes voz ni voto, a demás, como tu madre dijo, en el futuro solo te espero o el burdel o el trabajo forzado, aprovecha ahora que eres algo adorable y joven y ven conmigo a las buenas-.

Y lo sabía, era claro que no era un Omega con dinero, o un Beta de buena familia, pero el echo de ir a un lugar con ese extraño lo asustó, pero obedeció, su instinto le dijo que si se negaba, se ganaría una lluvia de golpes por parte de su madre y otras más por el extraño, miró a la mujer que le dio la vida con odio, si parar de llorar y metió a la mochila la poca ropa que tenía.

-La... la escuela- gimoteó mientras subía al lujoso auto del hombre-.

-Eso lo discutiremos con mi esposo- dijo cortante, miró al chico detenidamente confirmando que su decisión había sido correcta, el Alfa era sumiso y algo adorable por lo que su esposo estaría contento, sin embargo no sabía como sus hijos tomarían la noticia-.

***

La casa a la que lo llevaron, estaba al centro de la ciudad, era amplia, de dos pisos, rodeada de un jardín pequeño donde los muros eran tan altos, que salir por ahí saltando no era muy inteligente.

El hombre le guió hasta donde estaba la entrada y al abrir la puerta se encontró con un chico muy joven corriendo descalzo y sin camisa con los brazos en alto por todo el lugar, detrás de el una niña corría gritando, haciendo que sus oídos dolieran.

No necesitó que se lo dijera, aquel chico era un Alfa, que no estaba domesticado, parecía ser de esos que compran desde bebes y les mantienen en casa como juguete de niños ricos, pues el chico era enérgico y no parecía molesto con el collar que en su cuello colgaba.

 Pero al dueño de la casa, no le importó el ruido, pues se adelantó adentro subiendo los escalones sin mirar a la pequeña y al Alfa.

-Sígueme- indicó al chico que tímidamente cargaba una pequeña maleta-.

Tocó la puerta de una de las habitaciones en el segundo piso y un hombre de unas finas facciones delgado y alto salió de ahí.

-¿Yoongi?- el hombre miró al chico detrás de su esposo que se encogió intimidado por su presencia- ¿es el?,  ¿lo conseguiste?- el hombre frente a Jungkook asintió y pasó a la habitación-.

Jungkook fue examinado de arriba a abajo con una mirada rápida.

-¿Ya tuviste tu primer celo?- preguntó uno de ellos, aquella era una pregunta que tenía vergüenza de responder-.

- Vamos mocoso, mi esposo te preguntó algo- repitió con voz ronca el de atrás asustandolo-.

-No... yo... no eh tenido el celo- susurró-.

-¿Cuantos años tienes? -.

-17- replicó-.

-Que raro que aun no tengas celo- dijo curioso el hombre- entonces debo suponer que eres virgen- aclaró casi afirmándolo a lo que Jungkook asintió con lagrimas en los ojos, se sentía humillado, ¿por que tenía que darle explicaciones a esos extraños sobre algo tan intimo?-.

-Bueno, amor, supongo que tienen buen ojo, no solo es dócil, también virgen, el será mas fácil de controlar que el último Alfa-.

El de atrás sonrió mirando a su esposo alegre de su aprobación, estaba feliz de complacer a su esposo.

-Supongo que debo ser yo, el dueño de la casa, quien te explique todo- y dicho esto salió del cuarto, Jungkook se quedó ahí, encogido por lo extraño que todo resultaba, sabía que los Alfas eran adoptados, pero no sabía para qué.

Momentos mas tarde el hombre volvió con ropa en las manos.

-Esto es de nuestro pequeño y adorable Taehyung- mencionó- pero jamás lo usa, así que pontelo en lo que te conseguimos ropa, lo que tienes puesto es algo repugnante- dijo de forma en que Jungkook se sintió mal consigo mismo-.

Se puso aquella ropa que le quedaba grande mientras que el hombre seguía hablando

-Bien somos cuatro personas en esta casa, mi pequeño hijo Taehyung, tiene un año menos que tu, mi adorable hijo Omega que es de tu misma edad, mi esposo, Beta y apuesto que ves ahí, el señor de casa claro está, Min Yoongi, y luego yo, el que toma las decisiones Min Jimin, ya sabes, el Min por que soy su esposo- hizo una mueca alegre-.

-Me llamo Jungkook- dijo inconscientemente creyendo que que era algo descortés no presentarse-.

-Así que Jungkook, bueno, me agrada, mira, tu deber en esta casa, es ser el asistente de nuestro hijo mayor, el va a casarse en pocos meses, con otro Omega, así que eres como el regalo de bodas ¿Sabes la función de un Alfa que es regalo de bodas para Omegas?-.

Jungkook pensó un poco.

-¿Cocinarles?-.

Jimin se rió al igual que Yoongi.

-No querido, los Alfas con perros de cruza, tu deber es premiar a nuestro hijo a su  futuro esposo-.

Jungkook tragó saliva, no sin antes dar un vistazo rápido al cuadro que estaba en la pared de aquella habitación.

-Olvidé mencionarlo, mi hijo mayor, es Min SeokJin-.

Mi Querido OmegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora