Ya no soy el de ayer

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Ojalá pudiese volver a su vientre y nacer Omega, que su padre sea un fino abogado que al llegar a casa acaricie su cabello, desearía que su madre sea una bonita Beta, de esas elegantes que salen en las revistas de cosméticos, con fina ropa, donde el pudiese hundir su nariz cada vez que el miedo le gobernara, ojala tuviese unos brazos donde refugiarse en estos momentos,

Jungkook siempre estaba solo, aun con una madre, el no tenía a nadie, y su situación que había mejorado meses atrás, ahora era un tormento, por que es mejor ser pobre siempre, a serlo, conocer la gloria y luego volverlo a ser.

No se refería a esa lujosa casa, o aquella comida cacera que la ama de llaves preparaba cada mañana, ni siquiera le importaba esa bonita y acojinable cama con aroma a limón, Jungkook extrañaba las nobles manos, la voz serena y el fino cabello negro de su amado Omega.

Verlo en la escuela era lo peor, no podía acercarse, no debía, estaba cumpliendo su palabra, pero se preguntaba hasta que punto podría resistirlo, Jin estaba con ese Beta al que despreciaba, y por primera vez en su vida, sentía el impulso insano de marcar el cuello de SeokJin para que Namjoon ya no pudiese tocarle.

Y luego estaba "eso", una sensación de malestar que oprimía su pecho de vez en cuando, entonces, al ir a la cama escuchaba una voz que le llamaba, que le rogara ayudarle, abrasarle y consentirle.

"Dame un nombre" pedía el desconocido

Jungkook no creía en fantasmas, pero si en la diosa luna, sabía que si existía entonces no iba a permitir que su pobre y puro Omega sufriera, y le rogaba todas las noches por su bienestar, no había más que decir.

Le agradecía todo, el que estuviese viviendo solo, aun en aquel barrio marginado, pero solo, que sus padres le ayudaran con sus estudios, y que al final el señor Yoongi le prometiera un trabajo decente, se preguntaba como Jin había convencido a sus padres de darles todo esos favores, pero no iba a preguntar, en su lugar agradecía en silencio.

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Aunque Jin jamas fuera suyo, de verdad quería verlo feliz, pero la opresión en su pecho solo le hacía ver que quizá el Omega no se la estaba pasando bien, y sumado a esto, el Omega había faltado varias semanas a la escuela.

Hundido en sus pensamientos la puerta fue tocada, no había quien le visitara, por lo que espió por la rejilla de la puerta y su boca casi se desencajó por la persona que estaba ahí.

—Hola Jungkook, ¿como has estado? —

—¿Que haces aquí Hoseok?, es peligroso, podrías morir aquí —Jungkook no exageraba, en el lugar vivían varios Alfas, que no eran como él, eran brutos y no dudarían en tocar a un Omega tan bello como el chico de cabellos rojos frente a él.

—No vine solo —Sonrió, y Jungkook estaba más asustado que asombrado ahora.

Taehyung, el menor de los hermanos Min estaba detrás de él.

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—Estoy bastante confundido —habló el Alfa

—No hay nada que no puedas entender idiota —dijo el menor de los tres

—No seas grosero —Dijo Hoseok

—Yo, pensé que te habías ido —le dijo al pelirrojo

—En eso estaba, pero —hizo una pausa —este lugar me agrada, además, después de romper el compromiso, mis padres no querrán verme así que decidí pasarla bien en lo que ellos encuentran a otro Omega para mi —

Jungkook miró a Taehyung

—Bueno, Hoseok el lindo y claro que iba a protegerlo de un asqueroso Al—se pauso al sentir los ojos furiosos del Omega— Hoseok y yo nos volvimos amigos y vine a acompañarlo, además, ya no eres un enemigo para mi y mi Hyung, así que me das un tanto igual ahora —

—Un... ¿enemigo? —

—Sabes de lo que hablo, ahora que mi hermano está... —Hoseok se apresuró a interrumpir al Beta, no iba a dejar salir el secreto de SeokJin, por mucho que le doliera, o pensara que estaba mal ocultar algo así.

—Está saliendo con Namjoon —aclaró, Taehyung afortunadamente era distraído, por lo que dirigió su conversación a otra parte.

—Entonces ¿vas a ser una basura siempre o vas a hacer algo de ti? —El Beta chillo ante el codazo que el Omega le propinó.

—¿A que te refieres? —

Hoseok lo miró, no era mentira que estaba fascinado con el Alfa, más que un gorila, era como un cachorro, lindo, adorable, masticable y...

—Hay una ley que está a punto de ser aprobada, pero necesitan testigos, Alfas que son capaces de razonar y no solo de pensar en sexo —

—¿Para que sirve? —Preguntó Jungkook

—Es una carta que el gobierno otorga a los Alfas, con esa carta podrás trabajar con las mismas oportunidades de un Beta, claro, siempre que cumplas con la ley —

Jungkook abrió los ojos, lo sabía, había visto aquello en el periódico, pero no le tomó importancia, una marcha, una votación, una portada de periódico, quizá no lo notó por que no le importaba, pero ahora, sabía que podía estar al lado de Jin si lo intentaba lo suficiente.

¿Podía, cierto?

—Gracias, hoseok —Habló el Alfa.

—Oh, no fui yo, fue Taehyung el que lo descubrió —Jungkook miró al Beta asombrado

—No me mires así, no lo hago por ti, solo... Hoseok estaba preocupado —

Mintió... pero claro, Taehyung no iba a decir sus razones.

Mi Querido OmegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora