ᴏɴᴇ-sʜᴏᴛ's [ᴊɪʙᴀᴋᴜ sʜᴏᴜɴᴇɴ ʜᴀɴᴀᴋᴏ-ᴋᴜɴ]

Una Apuesta

[Tsuchigomori x Yako]

— Oye, no se tu, pero yo creo que Tsuchigomori-sensei y Yako-san hacen una linda pareja — dijo con sus ojos levemente iluminados, y los cambio a unos molestos al escuchar risas —

— Perdón, ¿okey?, pero Yashiro-San, ellos no tienen nada en común, ambos son profesores, si. Pero eso no significa que puedan tener alguna relación amorosa —

— ¿Eh?, ¡eres cruel Amane-kun!, ¡yo se que ambos están enamorados! — dijo cerrando sus manos —

— Okey, okey, ¿que tal una apuesta? — la otra le vio desconfiada pero después asintió — Si en menos de una semana ellos dos están juntos, o se dicen “te amo”, entonces tu me darás... ¡Tú me darás un telescopio nuevo! —

— ¿¡Telescopio nuevo!?, eso es mucho... —

— Okey... Entonces tu me ayudaras a confesarme con Kou — sus mejillas estaban algo rojas por su petición —

— Ah, okey, aunque no me hubiera molestado hacerlo sin una apuesta, pero, si yo gano... ¡Debes besar a... Un cactus! — esta no sabía que acababa de decir pero de igual manera sería divertido —

— Ugh, esta bien, se que no voy a perder — este extendió una mano frente a la chica — ¿trato? —

— Trato hecho — dijo la chica estrechando la mano de él otro —

— Bien, veamos quien gana, Yashiro-San —

...

Y así como ambos comenzaron aquella apuesta, decidieron cada uno tomarnos sus propias formas de ayudar a ganar por sí mismos.

Yashiro iba tras Tsuchigomori, ya que sería más difícil con él y Amane con Yako.

Poco a poco el de cabellos morados y la de cabellos mostaza fueron siendo más cercanos, claro que a veces peleaban por cosas insignificantes pero al final, todo se arreglaba.

— Oye, zorro —

— Cállate, complejo de araña —

— Tsk, mira, abrirán una nueva cafetería, tal vez podríamos ir a tomar algo —

— Tch, claro, claro, da igual — la mujer era un saco de nervios, desde hace unas semanas atrás se sentía así con el otro, sus mejillas ardían, primero quiso negarlo, pero, poco a poco se fue rindiendo, y al final dedujo que estaba enamorada de aquel profesor emo —

— De acuerdo, nos vemos allí mañana, a las cuatro de la tarde, es sábado, supongo que debes estar libre —

— Claro que no, estoy muy ocupada, pero, puedo hacer unas cosas después para ir contigo a esa hora — claramente la chica estaba libre, pero no quería que el otro pensara que no tenía una vida social y se burlara de ella como siempre solía hacerlo —

— Si, como digas, tu siempre estás ocupada, entonces nos vemos mañana, Yako — este cruzo la puerta con algunos libros en mano, debía ir a dar sus clases —

— ¿Me llamo por mi nombre? — esta no evito sonrojarse aun más, ya que rara vez la llamaba así —

...

El día transcurrió y uno nuevo empezó, una mujer se encontraba en su hogar tratando de encontrar una ropa adecuada para la ocasión.

— Este no, tampoco... Ahg, ¿por que todo es tan malo?  —

Al final logró encontrar unos jeans negros, una blusa manga larga color amarillo pálido, unas botas tengas bajas, dio un suspiro y salió de su hogar.