THREE

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Capítulo 3.

MATTHEW

—Buenos días señores, pasen adelante y tomen asiento, por favor —dice de un modo amable Carlos al tiempo que estrecha su mano con cada uno de los hombres que entran. En total son tres.

—Es un gusto por fin poder conocerlo en persona, señor McClaren —me dice uno de los hombres con una gran sonrisa, extendiéndome una mano.

Esta es la parte de mi trabajo que más odio, estrechar manos.

Hoy ya es jueves por lo que la reunión de planificación sobre el nuevo proyecto es hoy. Yo diré que las espectativas no las tengo muy elevadas ya que primero tengo que basarme en hechos para poder confiar en algo que conllevará una parte de mi dinero. Por lo que me ha dicho Carlos, todo según es un proyecto de lo que vale la pena invertir en él y que vale la pena mi tiempo y atención.

Es de mañana, el día cómo algunas personas dirían: "se ve agradable", incluso creo que algunas alabarían y amarían más a Dios solo por ofrecerles y regalarles un día, que por el clima, se ve agradable. Que puede que muchas cosas positivas pasen ese día, hasta podrían decir que como que te entran las ganas de estar feliz aunque tú situación no sea la ideal, sin embargo, para mí solo es un día de la desgracia.

Un día donde mi humor, que por alguna razón desconocida —o quizás no tanto— está por los suelos, pero no ese por los suelos de estar deprimido y con ganas de querer suicidarte sin razón, no, claro que no, es más bien como si quisiera mandar a la verga a todos. Aparte, tengo un dolor de cabeza, que no sé por qué lo tengo, sino que simplemente decidió molestarme el día de hoy, que no me deja tranquilo y que solo me enfurece más.

Y para agregarle más leña al fuego ahora tengo que estrechar manos desconocidas, manos que no se que tocaron o donde estuvieron antes de tocar las mías.

Respira. Respira profundo, no te estreses porque si lo haces puede que la cagues y a ti no te gusta cagar las cosas, pienso en un intento de calmarme.

—El gusto es mío —le respondo, estrechando su mano y conteniendo mis pensamientos que ahora quieren hacer estallar más mi cabeza.

Todos pasan a sentarse en cada correspondiente silla de la mesa grande cuadrada. Tomo asiento en la cabecera y concentro mi atención, al igual que todos en la sala, en Carlos, quién a tomado la iniciativa de hablar.

—Bien, como ya estamos todos presentes hablemos sobre el tema principal. Esta reunión fue convocada con la finalidad de aclarar y llegar a un acuerdo sobre el tema del nuevo electrodoméstico, como ya deben de saber. En nombre de la empresa Altgus Electrodus Corporation estamos dispuestos a escuchar y hablar sobre este nuevo proyecto. Como dicen que su proyecto, el nuevo electrodoméstico, es uno evolucionado, nosotros, como empresa estamos abiertos a cualquier acuerdo con tal de saber mucho más sobre aquello del cual partes de nuestras ganancias irán para construirlo. Así que ya pueden empezar a hablarnos sobre él —concluye y le echa una mirada neutra a todos.

Del bolsillo de mi pantalón saco discretamente mi gel antibacterial para echar una cantidad razonable en mi mano y empezar a restregarlo por cada lugar de mi palma y dedos.

—Bueno, primero que nada empezaré diciendo que hallar idea como la de nuestro proyecto fue una misión algo complicada —empieza diciendo el que reconozco como Albert Peterson, jefe de la otra empresa—. Sabemos todos que la tecnología se ha vuelto la cosa más evolucionada en la historia. Cada día un nuevo aparto electrónico sale a la venta, siempre nos impresionan puesto que en este mundo hay muchas personas con ideas extraordinarias, ideas capaces de hacer la diferencia en este mundo. Cómo existen los teléfonos bastante evolucionados así sea por el número de cámaras, su calidad, su almacenamiento, o duración de batería, o cómo también existen las aspiradoras automáticas o los televisores más grandes de la pared de un cuarto, también existen las lavadoras inteligentes, secadoras, licuadoras, entre otras infinidades de cosas.

Repulsivamente limpioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora