Capítulo 4.
MINDY
-Entonces se lo enseñe, le gustó y me dijo que podía quedarme con mi trabajo -hablo sin parar sobre los recientes acontecimientos que han pasado en mi vida.
El otoño cada vez más hace presencia en la ciudad por lo que el frío no es normal. El viento es como si el mismísimo Jack Frost me soplara en la cara y es por eso que me refugio más en mi bufanda y blazer.
-La verdad es que Matthew, o mejor dicho, el "señor McClaren" -ruedo los ojos- es bastante difícil de manejar. La verdad es que no tengo dudas que es un idiota porque, o sea, ya como se ha comportado todo este tiempo lo demuestra. Parece ser de esos tipos empresarios solitarios toma vino, y pues, a mí ni el vino me gusta, por lo que ya sabrás cómo me cae.
Resoplo como cual toro mal humorado. Retiro con mi mano cubierta de mi guante, una entrometida hoja que acaba de caer en la lápida. Le doy unas palmaditas limpiándola y suspiro volviendo a guardar mi mano en el bolsillo de mi blazer.
-¿Hay mucho frío, no? -soplo y veo como sale aire frío de mi boca-. Recuerdo que esta era la estación del año que más odiabas, siempre te daba resfriado. Y ve, justamente a mí me terminó por encantar. ¿Recuerdas esas tardes en donde salía a jugar con los montones de hojas y terminaba por resfriarme? Siempre me reprochabas por eso, pero jamás dejaste de hacerme esos tés de hierbas, que más bien a mí me parecían de pasto -sonrío ante el recuerdo, pero la nostalgia hace que la sonrisa se borre y en cambio quede un vacío en mi estómago-. Te extraño mucho, lo sabes, ¿no? Ya nada es lo mismo sin ti. Sé que dije que trataría lo posible de que no me doliera tanto tu partida, pero... es difícil, eh. Lo intento, si, pero es difícil. Te necesito, me he esforzado pero a veces necesito esos abrazos motivadores y esas caras raras cuando me quejo de todo -un nudo se va creando en mi garganta, y las lágrimas que retuve todo este tiempo empiezan a nublarme la vista y a picarme los ojos-. Quisiera poder verte una vez más. Quisiera...
Easier de 5 seconds of summer empieza a sonar a todo volúmen, interrumpiendo mis palabras. Seco mis ojos aguados por las lágrimas que por poco se salían, y tomo un respiro tratando de despejar el nudo en mi garganta. Carraspeo al tomar el teléfono. Es un número desconocido por lo que tomo cierta cautela al contestar.
-¿Hola?
-¿Mindy?
Arrugo las cejas al notar la voz de hombre al otro lado de la línea.
-Si, ¿quién es?
-¿No tienes mi número registrado?
Veo de nuevo el número en la pantalla, pero nada llega a mi mente.
-¿Debería? ¿Quién es?
-Es Matthew McClaren, tu jefe.
Eso definitivamente hace que me enderece en mi lugar. Abro los ojos de la sorpresa y por un momento dejo de respirar. Los nervios se presentan sin invitación alguna, más por el hecho de pensar en que quizás la llamada sea para contarme algo que he hecho mal que por estar hablando por primera vez con él por teléfono. Olvido la situación en la que me encontraba y me centro más en la inquietud que me crea el querer saber lo que el señor McClaren tiene para decirme.
-¡Oh, señor McClaren! -digo instantáneamente-. Lamento mi despiste, ¿qué necesita? ¿Lo puedo ayudar en algo? -las palabras salen de mi boca de una manera automática.
-Quería confirmarte que efectivamente tu idea del electrodoméstico ha sido aceptada. Ha maravillado a los del Goltnius, la otra empresa -avisa dejándome sin aliento.
¿Se puede estallar de emoción pero quedarse sin palabras a la vez? Ya lo creo.
-¡Eso es genial! Que bueno que les gustó -es lo único que logro decir.
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Repulsivamente limpio
Teen FictionTrastorno obsesivo compulsivo: es una condición en la que la persona tiene pensamientos, imágenes o ideas intrusivas. Se relaciona con la ansiedad y pueden asociarse sensaciones de angustia, temor y estrés continuado.