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Jaskier suspiró, sentado en la cama mientras veía la lluvia caer afuera. Geralt acababa de irse y las nubes oscuras habían invadido inmediatamente el cielo, dejándolo en un ambiente idóneo para terminar de perfeccionar su triste canción, aquella que jamás tocaría frente a su brujo para no preocuparlo.

«Every sunday's getting more bleak..., a fresh poison each week. "We were born sick", you heard them say it»* cantó suavemente, procurando que su laúd sonara más que su voz pues, aunque la letra no decía explícitamente lo que sentía, no podía arriesgarse a que alguien lo dedujera. 

Había tenido pocas ocasiones para terminarla, ya que no quería que Geralt la escuchara y supiera que le afectaba todo ésto. Posiblemente se hacía una idea, pero él temía que, si descubría cuánto le dolía en realidad, Geralt no querría seguir con su relación. Y es que era doloroso tener que ocultarse, pero no sería nada comparado a no tenerlo en absoluto.

«My church offers no absolutes, she tells me "worship in the bedroom"... The only heaven I'll be sent to, is when I'm alone with you»** sonrió con tristeza, recordando con amor cada beso en la frente que Geralt le daba cuando nadie miraba. «I was born sick, but I love it, command me to be well...»*** inhaló temblorosamente, sin extrañarse cuando una lágrima bajó por su mejilla. No se molestó en limpiarla, estaba solo de todos modos.

«Amen... amen... amen...» repitió lentamente y, justo cuando cambió a una melodía más rápida y potente en su laúd, la puerta se abrió de par en par y él se puso de pie en un sobresalto.

✺✺✺

Estaba atardeciendo en medio de una tempestuosa lluvia cuando Geralt caminaba de regreso. No había lugar de su cuerpo que no estuviera empapado, pero la caza le tomó menos de lo que esperaba y agradecía llegar a tiempo para dormir en una cálida cama con Jaskier.

Supo que algo andaba mal apenas puso un pie en el pueblo. El olor a ira era más potente, pero sobre todo el miedo. No tenía sentido, a estas alturas las personas deberían haberse medianamente acostumbrado a su presencia.

Caminó hacia la taberna amarrando a Roach en la entrada; tenía un mal presentimiento y no perdería tiempo caminando al establo. Se aseguraría de que Jaskier estuviera bien, que le dijera si había pasado algo de lo que no estaba enterado y, por fin, podría relajarse.

Sin embargo, apenas abrió la puerta el olor del miedo lo golpeó como una patada en el estómago. Unos platos se rompieron contra el suelo, y todo lo que pudo hacer fue dar largos pasos hacia la habitación, usando cada pedazo de su autocontrol para no correr.

Un pitido ahogó su audición en cuanto abrió la puerta; habían pequeñas gotas de sangre en el suelo de madera, y un desorden que evidenciaba una pelea.

Gruñó guturalmente, y bajó los peldaños de la escalera de tres en tres, apresurándose a atrapar al dueño de la taberna en medio de su intento de escape y levantándolo por el cuello de su camisa.

—El bardo —exigió en un gruñido—. Dónde está.

—Yo... él... —tartamudeó, mirando en todas direcciones buscando ayuda—. Unos hombres... tenían el rostro cubierto... subieron y se lo llevaron a la fuerza, ¡no sé nada más! ¡Lo juro!

—¡¿Hacia dónde?! —preguntó agitándolo, ignorando el color morado que estaba adquiriendo la cara del hombre.

—¡No lo sé! ¡Tomaron sus caballos y salieron del pueblo! ¡No sé a dónde! —lloriqueó, sosteniéndose de su brazo con ambas manos para poder respirar. Geralt soltó su ropa bruscamente, provocando que cayera al suelo. No le dirigió otra palabra, casi corrió para montar a Roach y partir en seguida.

¿Por qué demonios querrían llevarse a Jaskier? ¿Era una carnada para atraerlo o se había metido en problemas?

Por la razón que fuese, debía encontrarlo rápido, no quería ni pensar qué tan lejos estaban ya o qué le habían hecho, eso sólo lo alteraría más y no podría contenerse de matarlos cuando los encontrara, y no podía hacer eso. Jaskier siempre disfrutó ver cómo golpeaba a sus secuestradores —desde que se conocían ésto había sucedido varias veces—, pero nunca, nunca lo alentó a asesinarlos.

Taloneó las costillas de su yegua, siguiendo las huellas recientes de otros caballos y rogando que fueran de los que se llevaron a Jaskier pues no tenía ninguna otra maldita pista para seguir, cabalgaba completamente a ciegas y eso no hacía más que incrementar su temor.

Las huellas se desviaron del camino a un sendero más estrecho, e intuyendo que estaba en la dirección correcta no dudó en seguirlo, encontrando al final de éste una escondida casa de madera. Vio que había humo del otro lado, y se apresuró a bajarse de Roach para dar la vuelta, creyendo sentir el olor del perfume de Jaskier y rogando no equivocarse.

Cuando la cruel escena apareció ante sus ojos, Geralt deseó haberse equivocado.

*Cada domingo se vuelve más sombrío, un veneno fresco cada semana. "Nacimos enfermos", les oíste decir.

**Mi iglesia no ofrece dogmas, ella me dice que "la venere en el dormitorio". El único cielo al que seré enviado, es cuando estoy a solas contigo.

***Nací enfermo, pero me encanta, ordéname sanar...

Hate and Love | GeraskierDonde viven las historias. Descúbrelo ahora