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Jaskier sentía los malditos latidos de su corazón martilleándole en la cabeza, demasiado asustado como para lograr asimilar lo que ocurría a su alrededor. La gente le arrojaba cosas, algunas demasiado duras —tal vez piedras— que le hacían ver borroso unos segundos, y como tenía las manos y rodillas sobre el lodo sólo veía los pares de pies de quienes lo sostenían bruscamente, lo sacudían y pateaban, gritando todo tipo de insultos por el monstruo que era.

Un rincón de su mente se dio cuenta de que lo habían descubierto, que todos sabían que amaba a un hombre, que su mundo giraba alrededor de Geralt, pero la negación empujaba este pensamiento como si hubiera alguna posibilidad de que no fuera cierto, que no moriría aquí y que pronto estaría en los brazos de su brujo, recibiendo caricias e intercambiando besos.

Era imposible negar lo obvio, pero el miedo de ser castrado en público y morir desangrado como un pobre animal era mayor a toda realidad, y se limitó a llorar dejando que sus lágrimas se confundieran con la lluvia, el lodo y la comida descompuesta que lo cubría de pies a cabeza.

No supo si fue una de las patadas, una piedra en su cráneo o la sangre que ya le empapaba los ojos, pero de pronto su visión se volvió oscura, y sólo pudo sentir, sin tener idea de qué pasaría con él.

Luchó por resistir el dolor en un estado entre la consciencia e inconsciencia, pero no supo cuándo ni cómo el escenario a su alrededor cambió. Ahora eran menos personas las que lo golpeaban, y frente a él había una gran hoguera que luchaba por sobrevivir bajo la lluvia.

Sonrió, pensando que lo estaba haciendo mejor que él.

✺✺✺


Geralt no era fácil de alterar, pero nunca se sintió más fuera de sí que ahora.

La espada de acero apareció en su mano, y tanto la lluvia como los gritos de esos enfermos hombres cubrieron sus pasos, por lo que no se dieron cuenta de su presencia hasta que atravesó el estómago del primer tipo, obteniendo una horrorizada mirada de todos los demás.

Retiró la espada con brusquedad y lo dejó caer, y alcanzó a rebanar el cuello de otro antes de que el resto corriera lejos de su alcance. Él no iba a perseguirlos por ahora, no cuando Jaskier estaba frente a él al borde de la muerte.

Cayó de rodillas a su lado y soltó la espada, temblando fuertemente mientras trataba de enfocarse en los latidos de Jaskier que, débilmente, aún podía escuchar. Nunca lo había visto tan herido antes, nunca, ni siquiera cuando de manera testaruda se entrometía en alguna de sus cacerías.

Su ropa estaba destrozada, su rostro desfigurado y la lluvia lavaba rápidamente la sangre que no paraba de salir por todos lados. Geralt no se atrevía a tocarlo, temía que sólo un roce moviera peligrosamente alguno de sus huesos rotos. Frenéticamente, comenzó a preguntarse si tendría alguna hemorragia interna, si alguna costilla le habría perforado un pulmón o... si Jaskier sobreviviría a ésto.

Se negó a incluso considerar la posibilidad de que no lo hiciera. Con movimientos torpes buscó entre su ropa el xenovox que Yennefer le había dado, y llamó a la hechicera tan rápido como pudo. No supo qué salió de su boca cuando le gritó por ayuda, pero Yennefer y Triss aparecieron por un portal a su lado y sus sentidos decidieron anularse casi por completo mientras ambas trabajaban nerviosamente en Jaskier.

No supo cuánto tiempo pasó mientras sentía su pecho desgarrándose como si lo hubieran abierto a la mitad, pero finalmente Triss se volteó a mirarlo con mirada agotada, sin dejar de trabajar, y el ruido blanco en sus oídos se detuvo por completo cuando ella abrió la boca.

«Vivirá» leyó en sus labios, porque no confiaba en que sus oídos hubieran escuchado bien. Creyó sentir la tierra moviéndose bajo sus rodillas, pero sólo era el mareo de estar experimentando el peor terror de su larga vida.

Asintió bruscamente, volviendo a mirar cómo el pecho de Jaskier subía y bajaba. No se atrevió a pestañear, temía que, si lo hacía, cuando abriera los ojos no hubiera ningún signo de que estuviera respirando.

✺✺✺


Yennefer reprimió con dignidad sus ganas de llorar, no podía quebrarse y menos cuando Geralt era el más afectado por ésto. Nunca creyó que alguna vez lo vería así, tan destrozado, pero rogaba por que no volviera a suceder. Parecía a punto de desmoronarse, y eso la asustaba.

Jaskier estaba irreconocible, y una enorme furia hizo ebullición en su interior al saber la razón. Ésta era una de las razones por las que despreciaba a los retorcidos seres que pisaban esta tierra, ésta era la fuente de su odio, y se negó a quedarse de brazos cruzados sabiendo que el montón de escoria que había dañado a su amigo seguía libre. Porque sí, habían dos cadáveres cerca, pero ella sabía que ésto había sido obra de un número más grande, y no dormiría hasta encontrarlos.

Sin dejar de transferirle su energía a Triss, volvió a mirar la triste imagen del brujo y, ahora que sabía que Jaskier viviría, se permitió sonreír. Estaba segura de que Geralt querría venganza, y ella estaba totalmente dispuesta a ayudarlo.


Hate and Love | GeraskierDonde viven las historias. Descúbrelo ahora