CAPÍTULO 9: K.O...

7 1 0
                                    

CAPÍTULO 9:

K.O.


—¡Suelta el arma! —gritó Ethan al taxista. Éste le gritó exactamente lo mismo.

—Jade, busca en la guantera, hay un arma y está cargada —habló mi madre aún media aturdida por el desmayo.

—¿Qué? ¿Y por qué tienes un arma? —comencé a revisar la guantera y era cierto, había una pistola calibre nueve milímetros. —Dios, sí tienes un arma. ¿Al menos tienes permiso para portar una jodida arma?

—Dios, claro que sí —respondió. —Asómate a la ventana sin que te vean y disparale al taxista en la pierna, no vayas a darle a Ethan.

—Gracias por la motivación, mamá —dije sarcástica. —Oye, yo no haré ésto, no sé cómo se maneja...

—¿Quieres ver cómo le disparan a Ethan? —preguntó haciéndome pensarlo nuevamente. Claro que no quería eso, no sabía lo que sería capaz si algo le hicieran. —Quitas el seguro, apuntas y disparas —indicó.

Me bajé del auto bajo los reclamos de mi madre, adelante del auto de ella estaba estacionado el de Ethan y pegado a éste el taxi, caminé cubriéndome con los autos y llegué hasta el hombre apuntándole en la cabeza con el filo del arma.

—Baja el arma ahora o te vuelo la puta cabeza, imbécil —dije cerca de su oído, éste levantó las manos y pude quitarle la pistola. —Las manos en la cabeza y ponte de rodillas, ahora —dije ahora apuntandolo con ambas pistolas, una en cada mano mientras caminaba para quedar de frente a él. Ethan se acercó a mí aún apuntandolo, las sirenas de la policía se sentían a lo lejos, eso significaba que no tardarían en llegar.

—¿Que carajos haces? —susurró cerca de mí.

—Salvandote el puto trasero, como ves —respondí mirándolo mal, odiaba el hecho de darme cuenta de que había llegado a mí con mentiras desde el principio.

—Dame eso y entra al auto, creí haberte dejado claro que no salieras de ahí —dijo con voz autoritaria mientras me quitaba la pistola de la mano, me paré de frente a él y lo miré fijamente a los ojos con frialdad.

—Y yo creí haberte dejado lo suficientemente claro que detesto las mentiras, chófer de cuarta —toqué el filo de su arma —Y esto sólo confirma mis sospechas —oímos el rechinido de unas llantas que nos hizo mirar hacia esa dirección, el taxista había escapado. —Genial, se escapó. Hasta parece que debería ser yo tu guardaespaldas y no tú el mío.

—Que te haya dejado tomar el control de la situación no quiere decir que yo esté haciendo mal mi trabajo —¡Bingo! Justo en el clavo. Él cerró los ojos como si se hubiese dado cuenta de que había metido la pata. Reí siendo irónica, lo miré de reojo y me fui al auto nuevamente.

—Jade, debemos ir a la empresa para... —la interrumpí mientras me abrochaba el cinturón.

—Iremos a casa, señora Hart. Por el día de hoy no quiero oír a nadie hablar sobre éste estúpido día y este estúpido negocio, no correré el riesgo de que nos vuelvan a seguir o de que algo te pase —dije con voz autoritaria, me miró con el ceño fruncido.

—¡Jade, soy tu madre!

—Y yo tu jodida hija y te acabo de salvar la vida yo a tí, así que a casa —y sin oír más quejas puse el vehículo en marcha rumbo a nuestra casa, Ethan nos custodiaba desde atrás durante el viaje.

Llegamos y sin esperar por nadie me fui a mi habitación, necesitaba relajarme y darme un buen baño de agua caliente. Miré encima de mi cama, había una bolsa de papel con el logo de una marca de ropa donde la personalizaban a tu estilo, ya había llegado mi pedido. Hoy era la exhibición de Dylan, y me había mandado a hacer una camiseta de basketball larga tipo vestido con un 98 por su fecha de nacimiento y su apodo profesional en la espalda que era "Mike", disminutivo de su primer nombre Michael, decía que  Dylan no era nombre de boxeador, así que se hacía llamar Mike. Busqué mis medias de red y mis plataformas de cuero negro, aparté eso a un lado que sería lo que me pondría para la pelea de la noche, luego fui a darme mi merecido baño.

JADE |•En Proceso•|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora