Maximilien - Guardaespaldas

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Tú eras guardaespaldas de Maximilien, el cómo habías terminado en esa situación era curioso ya que hace meses ocurrió un pequeño accidente que provoco que su guardaespaldas anterior te atacara, a pesar de que era más grande, fuerte y de apariencia más ruda lo tumbaste fácilmente y aunque no querías hacerlo sin querer lo noqueaste. Al ver tu talento el omnico de ojos rojos te contrato y tu aceptaste sin dudarlo, en ese entonces necesitabas un lugar fijo en el cual estar, y luego de darte cuenta para que organización trabajaba supiste que era donde debías quedarte.
—Es una noche hermosa, ¿no lo crees (tn)? —habló mientras veía al cielo estrellado.
—Por supuesto, como la luna esta creciente su brillo no opaca a las estrellas.

Acababan de salir del casino Monaco y caminaban hacia el estacionamiento en donde el chofer de la limusina de Max ya los estaba esperando.
—¡Oye tú! —voltearon los dos hacia un hombre que caminaba arrastrando los pies—. ¡Eres un estafador! —hablaba juntando las palabras, estaba ebrio.

Aunque el sujeto estaba a algunos metros de distancia, al ver que caminaba hacia Max te pusiste enfrente de él y te preparaste para atacar.
—Por favor manténgase detrás de mí.
—Estuve toda la noche apostando y no gane ni una vez —le apuntaba a Max con una botella de alcohol en la mano—. Y tu quítate de enfrente zorra.

Intento golpearte con la botella, tú le diste un golpe en el estómago que le saco el aire mientras sostenías su brazo, lo torciste cuando intentó golpearte de nuevo, tomaste la botella y se la estrellaste en la cabeza haciendo que se tambaleara, luego te diste una vuelta que lo alzo en el aire por encima de ti y una vez que toco el piso lo inmovilizaste. Desde la entrada del casino dos guardias vieron el alboroto y llegaron corriendo a esposar al hombre, luego se lo llevaron.
—Eres impresionante, ni siquiera usaste tus poderes.
—Gracias Max y no fue necesario —luego de un tiempo de trabajar para él te dijo que tuvieras confianza para ser menos formal—. Pero hay que apurarnos o llegaras tarde a la reunión.
—Ah cuidas cada pequeño detalle, eso me encanta de ti.

Una vez llegaron a la limusina partieron con destino a Talon, su guardaespaldas anterior se sentaba al lado del chofer, pero tú siempre te sentabas con él en la parte de atrás, ponía la excusa de que así estaría más protegido para tenerte tan cerca como pudiera. Al entrar a la sala de reuniones te mantenías parada detrás de la silla de Max, a pesar de que estabas al pendiente de si necesitaba algo, también estabas al tanto de lo que decían, aunque esta vez no fue nada muy interesante.
—Ya te he dicho que no tienes que estar detrás de mí, mantente a mi lado —te dijo el omnico al salir de la sala de reuniones.
—Lo siento, es la costumbre —te adelantaste.

Mientras caminaban llego un hombre vestido con ropas llamativas, de colores amarillos y azules, su ropa estaba hecha de tela de buena calidad y sus zapatos estaban lustrados, además tenía un sombrero en la cabeza con un grabado en la orilla de una luna con estrellas y nubes.
—Le ruego me disculpe —se inclinó haciendo una reverencia—. Pero he venido por usted, su alteza —el de ojos rojos dejo salir una pequeña risita.
—No es necesario que te inclines ante mí, ¿a qué se debe esto? —preguntó mientras tu cubrías tu cara con tu mano como señal de que estabas apenada al reconocer perfectamente el grabado.
—Lo siento señor desconozco quien es usted, pero me estoy dirigiendo a la princesa (tn) del reino de Astéria .
—¿Princesa? —volteo a verte—. ¿(Tn) que significa esto?
—La princesa no le debe ninguna explicación —dijo con molestia.
—No le hables de esa manera —no levantaste la voz y alzaste un poco tu mentón.
—Mis disculpas su excelencia, pero no se puede tomar esas libertades con alguien de la realeza.
—Yo decido si puede o no, y Maximilien puede, en definitiva tomarse esas libertades conmigo —el hombre prefirió no decir nada y te dio otra reverencia—. Retírate quiero hablar con él.
—Si su alteza.

A Maximilien le sorprendió tu cambio de tono, estaba acostumbrado a que tú obedecieras sus órdenes no a que las dieras, pero al oírte hacerlo se dio cuenta de que indudablemente provenías de una familia noble y tenías experiencia lidiando con sirvientes. El hombre se alejó para darles privacidad, pero no se fue, supiste que su intención era que volvieras al reino, no se iría sin ti.
—Enserio lo siento —dijiste al ver que el omnico te veía fijamente.
—¿Por qué no dijiste nada? —preguntó sin quitar ese tono de voz suave que siempre tenía.
—¿Me habrías dejado ser tu guardaespaldas si hubieras sabido que soy una princesa? —se quedo callado—. Me escape de mi reino porque me restringían todo, no podía hacer nada libremente, además era muy aburrido estar ahí, no tengo ningún problema con las comodidades, pero las limitaciones que hay son demasiadas.
—Entiendo.
—¿Lo haces?
—Sí, me hubiera gustado que me dijeras, pero supongo que estabas asustada.
—Y ahora lo estoy más —te acercaste a él mientras tus ojos comenzaban a llenarse de lágrimas —. No quiero volver Maximilien, me gusta estar aquí.
—No te preocupes —te abrazó—. Todo va a estar bien, yo te aprecio mucho y en verdad odiaría que alguien te alejara de mí.
—Pero... —volteaste hacia donde estaba el hombre hace unos segundos, pero no había nada.

Luego de eso Max te dijo que te quedaras en su casa, así podrías relajarte y él se aseguraría de que todo estuviera bien, así lo hicieron y estuviste ahí unas horas hasta que el omnico miro su reloj y te dijo que tenía que hacer una llamada importante, mientras el salía de la sala de estar tu mirabas todos los lujosos adornos que había en las paredes y los muebles. Él se dirigió hacia su oficina, se sentó en su escritorio y apareció una pantalla virtual frente a él, hizo una video llamada en la que estaban las mismas personas de la reunión de hace un rato.
—Gracias por contestar tan rápido.
—Cuando le hiciste una seña al guardia del edificio para que noqueara al tipo de amarillo imagine que sería importante —dijo Doomfist.
—Sí, ¿alguien tiene idea de cuál es el reino de Astéria? —él ya lo sabía, preguntaba solo por curiosidad.
—Es un reino muy rico, dueño de más de la mitad de todo un país y además es muy respetado —contestó Sombra.
—¿Por qué el interés? —preguntó Reaper.
—(Tn) es la princesa de ese lugar, pero se escapó y quieren que vuelva a la fuerza.
—Hay que entregarla, ofrecen mucho por ella —habló Widowmaker.
—Eso estaría bien, pero tengo una idea que sería muy beneficiosa para todos.

Maximilien tardo como media hora en volver, tú de mientras veías el menú de comida asiática que podía ordenarse a domicilio.
—Ya solucione tu problema —te sorprendiste—. Ya no es obligatorio que vuelvas a tu reino y ya no te buscaran.
—¿Cómo lo hiciste? —dijiste abrazándolo.
—El ser rico tiene sus beneficios, pero el ser miembro de Talon los tiene aún más, por cierto ya no serás mi guardaespaldas.
—¿Qué? Pero me gusta estar contigo.
—Y aun puedes estar conmigo, pero ya no trabajaras para mí, ahora también eres miembro de Talon, de ahora en adelante se tomaran en cuenta todas las opiniones que tengas durante las reuniones y no necesitas mi permiso para hacer lo que quieras.
—Muchas gracias Max, como puedo mostrarte mi gratitud —le dijiste con tu mentón apoyado en su pecho y él comenzó a acariciarte despacio la mejilla.
—Se me ocurre algo que podríamos hacer.

Mientras el omnico de ojos rojos disfrutaba de tu compañía el plan que había ideado se llevaba a cabo, utilizaron al hombre que te quería llevar para llegar a tu reino, una vez ahí un miembro de Talon que fue elegido para ir se encargó de negociar con tus padres. Estos acordaron el dejarte actuar libremente debido a que tu encuentro con Talon había resultado ser muy beneficioso, ahora el reino de Astéria era su aliado y al ser tus padres, aunque estuvieras lejos y te hubieras escapado se preocupaban por ti, así que pidieron que se reconociera tu estatus real y te trataran como lo que eras dentro de la organización, el ser una princesa también tenía sus beneficios.

Overwatch One Shots x ReaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora