âme • renmin

12

estados unidos de américa, 1930

dejó de escuchar las quejas de jaemin y se preparó para salir de su cuarto.

en el pasillo le encontró, con la camisa rasgada y sin pantalones, su jaemin. rápidamente se acercó y tomó al mayor entre sus brazos, esforzándose para no caer logró llevarlo a su cuarto.

curó sus heridas y puso hielo en los morados, limpió delicadamente el cuerpo poniendo especial empeño en eliminar rasgos de la semilla del hombre mayor.

jaemin lloraba y renjun también, eran jóvenes, ¿por qué su pequeño jaemin tenía que pasar por eso?, con lágrimas escurriendo de sus mejillas le abrazó, el menor desnudo y él con su traje de seda.

su madrastra repetía todos los días que lo que hacía su tío no era de dios, ponía especial empeño en que los hombres no deben estar juntos pero cuando afirmó que con una niña estaría bien, renjun perdió los estribos.

su jaemin era pequeño, niña o niño no le importaba, era un infante aún. limpió las lágrimas de las mejillas del contrario y dejó besos por todo su rostro sin tocar los labios.

jaemin le observó a los ojos y renjun se disculpó, el menor negó con la cabeza, no era la primera vez que el hombre hacía eso, renjun no tenía que disculparse.

soltó un pequeño jadeo cuando trató de levantarse, renjun se asustó al ver sangre en sus sábanas, -a veces pasa no te preocupes-.

-¡dios, jaemin! ¿qué te ha hecho, pequeño?- el menor negó con la cabeza ignorandolo.

-te quiero, renjun- le susurró con el rostro cerca al otro.

-yo también te quiero, jaemin- las lágrimas de los dos no se hicieron esperar, jaemin dejó un pequeño beso en los labios de renjun.

abrazados en una jaemin el menor desnudo y él con su traje de seda, lloraron, queriéndose a su manera.