âme • renmin

05

1793

hyiying paseaba por los alrededores del gran patio cuando los vió, los hombres llegaban con caballos elegantes cómo los que tenía la señora na en el establo.

corrió cómo pudo hasta el cuarto de jaemin y contó hasta tres antes de abrir la puerta y cerrar los ojos en cuanto esta se abrió.

el grito de su hermano - ¡toca antes de entrar!- igual si ni la escucharía - ¡no abras los ojos, hyiying! ni se te ocurra abrirlos - la pequeña adolescente oía los cuerpos moverse, las ropas ser puestas y sintió asco al imaginarse lo que su hermano estaba practicando con el hijo de los na.

cuando sintió que ya podría abrirlos lo hizo así, su hermano llevaba puesta la camisa de jaemin y estaba apunto de colocarse los pantalones para cuándo su hermana abrió los ojos.

jaemin dejo salir una pequeña risa y se acercó al cuerpo de renjun abrazándolo por la espalda - déjala, si nos vino a buscar es porque pasó algo importante- renjun se estaba muriendo de la vergüenza, esperaba que ese asunto fuera muy importante.

hyiying movió rápidamente su cabeza asintiendo. - unos hombres llegaron a la puerta de su casa, jaemin. su madre los debe estar atendiendo pero tenían un porte de soldados-. las palabras de la adolescente alarmó a jaemin.

el castaño dejo un rápido beso en los labios de renjun y le dijo a la niña que se quedara con él. sus pasos se escuchaban por la casa, visualizó la sala y escuchó la voz de su madre.

apenas su cuerpo entró al espacio la voz del hombre se hizo presente - su esposo o hijo debe ser participe de la revolución-.