Capítulo 6.

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El tiempo es el peor enemigo de la humanidad, eso es lo que todo el mundo dice, pero no se dan cuenta que ellos malgastan el tiempo. Tenemos el tiempo justo y más si eres un mortal.

Avery, había llegado esta mañana, no venía con su pareja lo cuál me pareció raro.

Fui a verla al salón principal, ella estaba sentada un tanto preocupada ¿Porqué? No sabían. Me paré frente a ella y alzó la mirada.

-Tengo cosas que preguntarte.

-Lo sé, Sol me ha dicho que tienes curiosidades por cosas sin sentido pero creo que está equivocada-suspiró-, dime que quieres saber.

-Todo, quiero saber todo.

-Pues pregunta, no tengo todo el día, Dan.

-Quería saber so...-uno de los ayudantes de Avery entró rápidamente en pánico-.

-¡Señorita! Los infectados se escaparon y llevaron a Gerar-se refería al egocéntrico-.

-¡¿Cómo qué se escaparon y porqué se llevaron a Gerar?!-se levantó  angustiada- ¡Busquenlos ahora y traiganmelos aquí!.

-Sí mi señora-dijo perdiéndose en el pasillo-.

-Dan, dejemos esta conversación para más tarde, ahora ve con los mellizos y vayan a buscar a Gerar, traiganlo a salvo y dejen al otro equipo matar a los infectados-mencionó enojada para luego irse-.

Asenti y fui a la entrada, convoque a Adán y Edén para que me ayudaran, el segundo equipo se aproximó a nosotros y fuimos al bosque a buscar al egocéntrico.

Luego de un rato habíamos alcanzado a los infectados, ellos tenían al egocéntrico dentro de una caja muy rara.
Al infectado que le había arrancado una pierna apenas y podía moverse, estaba siendo ayudado por las dos chicas de el día anterior.

Miré a la infectada que estaba desde hace ya muchos días en la mansión, estaba con una sonrisa de victoria.

El equipo que había mandado Avery se aproximó a los infectados y comenzaron una batalla, mientras los mellizos y yo fuimos a rescatar al egocéntrico.

La infectada la cuál tenía que cuidar la caja era la desquiciada rubia con la cual jugaba Gerar, los mellizos la atacaron mientras yo intentaba abrir la caja.

-¡No lo intentes tocar, Dan, te quemara!-gritó trantando que lo escuchara Gerar-.

-¿Porqué no?-pregunté tontamente mientras mis colegas estaban luchando-.

-¡Sólo no lo toques!-volvió a ordenar-.

Ignore las advertencias de el egocéntrico y toqué la caja, al tocarla, mi piel comenzó a quemarse haciéndome sentir un dolor muy fuerte.

Intenté curarme pero no podía, empecé a gritar del dolor y Sol apareció delante de mí, sentí mis ojos muy pesados y luego de un rato me quedé inconciente.

Desperté en una cama y a un lado estaba Sol, intenté mover mis brazos pero no podía, ella se percató que me había despertado y se aproximó a mí.

-No te muevas, estás muy herido, necesitas descansar-me miró y luego la puerta-.

-¿Qué pasó? ¿Dónde está Gerar?.

-Hablaremos cuándo estés mejor, Avery, vendrá dentro de poco. No te muevas o lo harás peor-se alejó y salió por la puerta-.

Me quedé ahí ya que me sentía muy débil, no podía hablar demasiado, luego de unos minutos Avery se hizo presente en la habitación.

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