07.

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07.

Oriana Pérez.

—no quiero hacer maleta otra vez —dije tirándome sobre la cama— ¿por qué hay que hacer maleta?

— para que te bañes, y te cambies de ropa —habló Alfonso— pero cómo tú no te bañas, no sabes lo que es eso.

—¿tú? ¿tú me vas hablar de bañarse? por fa-vor. —dije riendo.

—yo sí me baño —habló Javier y enarqué mi ceja.

—no digo nada solo porque serás juez —habló Pablo— pero después de la competi hablamos.

Escuchamos que alguien llamó a la puerta, Chemi se levantó y fui abrir, por la sala apareció el malagueño nuevamente, pero ésta vez venía acompañado por dos personas; Ginés y Michelle.

—hasta que apareces tío —habló Bruno— ¿por qué no viniste a desayunar? —Ginés se quedó en silencio, mientras yo veía directamente a Michelle, que sonreía con grandeza.

—tiene que ser un puto chiste —dije en voz baja.

—creo yo ya entendí —habló Alfonso— en fin, ¿estás listo para mañana? Salimos a las siete. —le avisó.

—sí, justo venía hablar de eso —comentó el murciano— no estoy muy seguro de presentarme mañana. —todos miramos a Ginés, esperando que de su boca salga una justificación aceptable.

—¿cómo que no estás seguro? Ginés, la competencia es mañana. —inquirió Chemi.

—dime que no has llamado a los organizadores —intervino Bruno— a ver tío, es que no puedes cambiar así tan rápido, mañana empezamos con todo lo del evento, no puedes hacernos esto.

—es que lo pensé bien, y prefiero no participar, ya se sabe qué no voy a ganar. —respondió, se escuchó obligado y triste. Ese que respondió no fue ni Walls, ni fue Ginés, era una persona desconocida.

—Walls, pero ¿cómo que no vas a participar? Vamos chaval, estos eventos te hacen ilusión. —añadió Javier.

—¿qué tiene? Tú tampoco te inscribiste bnet, no puedes juzgarme solo porque vas a estar de juez. —respondió.

—walls —lo llamé, despegó sus ojos del suelo y me miró ¿dónde estaba el brillo de sus ojos? ¿dónde están los ojos llenos de sueños que dejé cuando me fui para Argentina? —vas a participar. —dije, él esbozó una sonrisa sin mostrar los dientes, y pasó su mano por su mejilla.

—no escuchaste que no quiere, tiene clara las cosas. —habló Michelle, cerré mis ojos en busca de paz y los abrí nuevamente.

—mira querida, nunca está demás que las personas escuchemos opiniones de terceras personas, en especial si esas personas son sus amigos, así como cuando tus amigos deberían decirte que dejes de ser tan soberbia —ella me veía ofendida, pero no le dije nada que no fuese verdad— espero que mañana estés a las seis y cincuenta frente a casa, a esa hora llega la furgo.

—así cómo cuando tus amigos deberían decirte que tú solo das tristeza. —me respondió, di tres pasos en su dirección, pero Javier me alzó y me volvió a mi lugar.

—mira pelotudita, ubícate porque ten por seguro que si hago a pegarte ninguno de ellos me detendrá. —la apuntó Victoria, todos dimos un paso atrás dejándolas solas en el medio.

—bueno, bueno —habló mi hermano— Vicky, por qué mejor no vienes aquí a mi lado amor. —decía Pablo mientras la tomaba con cuidado del brazo para que se aleje de Michelle.

—entonces ¿irás? —intervino Bruno— dime, para saber si debo llamar a los organizadores.

—¿seis y cincuenta? —preguntó Ginés y todos asintieron— os veo mañana entonces. —respondió. Bruno iba a decir algo más, pero Michelle salió de casa azotando la puerta, caminé detrás de la chica, escuchando los pasos de Javier detrás de mí, mientras decía una y otra vez “Oriana no, Oriana no.”

—dale hija de puta ¿me vas a pagar una puerta nueva? —le grité, ella detuvo su paso y se giró para venir en mi dirección. Javier pasó a mi lado para ponerse frente a mí.

—hola, Michelle —decía mientras la tomaba por los hombros para detenerla— no le hagas caso a Ori —dijo para después dejar salir una risa nerviosa— solo ten más cuidado para la próxima ¿vale?

—dile a tu amiga que yo tengo nombre. —respondió y se dio la vuelta.

—sí sé cuál es, pero me estresa decirlo, así como también me estresas tú. —hablé, nuevamente venía en mi dirección.

—hostia. —exclamó Javi en voz baja, sin avisarme me cargó como un saco de papas y entramos a casa.

prométeme ; walls. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora