IV

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El corazón se le paralizó en el pecho y contuvo la respiración como cuando se entra en un agua demasiado fría. Sentía entumecerse cada músculo de su cuerpo y un cosquilleo similar a un escalofrío le recorrió de punta a punta su espalda. Frente a ella se encontraba una niña que no recordaba pero que fácilmente lograba reconocerse en su mirada, una pequeña de no mas de un metro de estatura con un vestido con volados verdes que hacían juego con el moño que adornaba sus largos rizos. La vio ocultarse con timidez detrás de la falda blanca de Maura y no pudo evitar sentir deseo de correr a abrazarla, Camile esbozó un sencillo "hola mami" que la hizo estremecer.

M- Cariño ¿quieres enseñarle tu dibujo a mamá?- pregunto con sigilo la forense para darle ánimos a la niña que se había adherido tímidamente a la pata de la cama. La tomo en sus brazos ante el asentimiento de Camile y la sentó junto a la detective que no podía consigo misma para aguantar las ganas de abrazarla con fuerza.

C- Es para ti- exclamo al tiempo que le extendía el papel a la morena quien lo tomo con dificultad al sentir que sus manos temblaban por la emoción del momento.

Jane sujeto el dibujo y desenmaraño despacio los bordes de la hoja para dejar ver al final la tierna imagen de ella junto a Maura y a su hija, las tres tomadas de las manos en una vida que sin duda parecía añorada e inmensamente feliz.

J- Es precioso- respondió con ternura sin poder despegarle los ojos a su hija quien la observaba como inspeccionando cada movimiento -¿tu lo has hecho?

C- Si – contesto aún sin animarse a hablar mucho más.

J- No te creo, es muy bueno para que lo hayas dibujado tu sola- la incito la morena para poder oírla un poco mas.

C- Lo hice yo sola, mamá me enseño como hacer que el sol salga por detrás de las nubes, ¿ves?- tomo el dibujo arrebatándoselo de las manos y le enseño el cielo que estaba plasmado en el. Jane sonrió una vez mas al notar el orgullo con el que la pequeña le demostraba que el dibujo había sido obra suya.

J- De acuerdo te creo, ¿Quieres preguntarme algo?- le susurro por lo bajo la morena notando que Camile la observaba con cautela.

C- Mamá dijo que ya no volverás a dormirte, ¿es verdad?- Jane pudo sentir un fuego recorrerle las entrañas, tenía tanto por que vivir y tanto que disfrutar que no estaba dispuesta a permitirse ni por un segundo volver a dejar a su hija sola.

J-No mi amor- dijo con convicción -no voy a volver a dormirme, me quedare contigo y con tu mamá por mucho tiempo.

C- ¿Lo prometes?

J- Te lo prometo cariño- sus ojos volvieron a llenarse de lágrimas y ya no pudo aguantar la necesidad que la invadía, tomo a Camile en sus brazos y la aferró contra su pecho tratando de meterla bajo la piel.

Al ver la escena Maura y Ángela se marcharon fuera de la habitación para dejarles un poco de espacio, eran después de todo dos personas que necesitaban volver a conocerse. La pelirroja las observó desde el marco de la puerta como platicaban, Camile le había contado de sus juguetes, de su escuela, sus amigos y de su tan ansiada fiesta de cumpleaños. Maura no podía evitar tratar de congelar esa imagen en su retina, era sin duda un momento que atesoraría cada segundo del resto de su vida, esa familia desmoronada por un trágico accidente estaba otra vez completa, y ahora la incluía a ella en ese cuadro.

****

Pasaron cuatro días desde que Jane había despertado de su coma, Maura seguía yendo a diario con Camile a la clínica para que estrecharan lazos después de tantos años de ausencia. Los paseos de la morena por la habitación eran cortos pero esperanzadores, había necesitado solo dos sesiones intensivas de masajes para volver a caminar con normalidad aunque se cansaba mucho con solo unos minutos, la forense insistía en que tenía que tomarlo con calma, pero ya la conocía, la palabra calma no estaba en su vocabulario y cada día se esforzaba por transitar las baldosas negras con mas determinación. Su voz, sus movimientos, su risa y su humor estaban cada vez mas parecidos a la Jane que siempre había conocido, cada segundo que pasaba disfrutaba tenerla devuelta y volver a reír con ella incluso cuando era su propia persona el motivo de la risa.

Un pacto para la eternidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora