Nightmares (Todoroki Shoto y tú)

01| Examen de la U.A.

Anika Sayaka

Estaba soñando. Lo sabía.

Hacía frío y el cielo era muy oscuro, pero podía distinguir que me encontraba en un prado. Estaba descalza, sentía la hierba y las flores en las plantas de mis pies. Caminaba sin rumbo esperando despertar pronto. Una melodía existía a lo lejos, podía escucharla, y mientras más caminaba, más fuerte era el sonido.

Cegada, seguí la melodía hasta que invadiera mis oídos por completo. Me distraje tanto que perdí el piso. Di un paso y comencé a caer. No sé hacia dónde, pero caía, no había nada sosteniéndome. El aire frío golpeaba mi cuerpo, dándome escalofríos. Abrí los ojos intentando distinguir algo pero todo estaba oscuro.

Entonces, escuché su voz. Él decía mi nombre.

Entré en pánico. Intenté sostenerme de algo que me impidiera caer, aferrarme a su voz, hacerle saber que yo estaba con él, que lo escuchaba, que lo salvaría.

Dejé de respirar.

Entonces desperté.

Al despertar, grité su nombre sobresaltando a todos en mi clase. Todas las miradas se concentraron en mí.

—Lo lamento...—susurré avergonzada encongiéndo en mi cuerpo.

—Volviste a dormir en clase, Anika-san.—habló mi profesor.—Es la cuarta vez esta semana.

Algunos de mis compañeros se rieron, unos en silencio. Solían hacerme varias burlas sobre mis pesadillas.

—Oi, oi, oi, déjenla en paz, malditos extras.—empezó a hablar Kacchan, defendiéndome.—Si ella quisiera los vencería a todos ustedes.

El comentario de Bakugo me hizo apenar, pero al menos pudo acallar las burlas de los demás. Lo miré dándole las gracias y él solo bufó.

—Lo sé, disculpe, no volverá a pasar.—me excusé tallando mis ojos para despertarme.—¿De qué me perdí?

—No de mucho realmente, estábamos hablando de que todos quieren ir al curso de héroes.

—No nos ponga en el mismo grupo, sensei—Bakugo habló con un evidente tono de superioridad.—Yo no estaré con todos estos mediocres.

Las quejas de los chicos empezaron, diciéndole a Katsuki que no dijera tonterías.

—Los extras no deberían hablar.—bufó.

—Oh, si no mal recuerdo, tú quieres entrar a la U.A.

Susurros y murmullos aparecieron al unísono. La mayoría estaba sorprendido de que Katsuki quisiera entrar a la mejor escuela de héroes conocida. Escuché que el perfil de ingreso era bajo.

—Ustedes los extras no entienden nada.—suspiró con una sonrisa ególatra que demostró lo superior que se sentía. Se levantó y subió al pupitre en un instante.—Me ha ido más que excelente en el simulacro, por lo que soy el único de ustedes que puede entrar a la U.A.

—Ahora que lo mencionas...—el profesor interrumpió el momento de gloria de Bakugo.—Anika-san y Midoriya-kun también quieren asistir a la U.A., ¿verdad? Te alegrará tener a tus amigos.

Al escuchar eso, me he sorprendido, Midoriya no me había comentado nada. Aún así, no me importó y le sonreí, tratando de expresarle mi apoyo, pero los comentarios negativos de mis demás compañeros me han hecho enfadar.

—¡Ellos no son mis amigos!—bramó Bakugo a lo que yo fingí estar ofendida.—¡Deku! ¡Tú eres alguien por debajo de los rechazados! ¡Ni siquiera tienes un kosei!—le gritó con molestia Katsuki, quien caminó hasta el asiento de Midoriya.—¿En verdad crees que puedes ingresar a esa escuela? ¿Una persona tan patética como tú? Tienes que dejar de soñar, Deku.