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⑉Soldado⑉

age–847

Junto a un montón de bajos recursos; la Muralla Rose se vió afectada por la sobrepoblación en la que nos presentamos una vez que dos titanes llamados "titán blindado u acorazado" y "titán colosal" hicieron aparición tras abrir una brecha en la puerta de la muralla María, logrando así que los titanes se aproximaran en entrar y devorar todo lo que pudieron, destruyeron y se apoderaron del territorio que antes nos perteneció.

Los alimentos aumentaron de precio a pesar de que la mayoría de los ciudadanos fueron enviados a la Cuidad Subterránea bajo Sina. Con descaro los mercaderes se aprovecharon de la situación volviendo todo en una lucha por obtener lo poco que nos ofrecían las personas con poder dentro de estos muros. Lo digo porque tanto a mi madre como a mí —y muchos más—, nos vimos afectados por el terrible martirio que ocasionaban nuestra propia raza.

Y en la muralla Sina, en esa muralla donde el prestigio abundaba con demasía y las personas de alta clase social vivían, solo se preocuparon por tener que recibir gentuza de las otras murallas. Provocando habladuría y malos comentarios e importunando las buenas almas que deseábamos tener un mejor trato y alimentación para nosotros y nuestras familias.

—Los odio.

Dijo la chica a mi lado, envolviendo la cuchara en su mano, alcancé a ver que su nudillos ya estaban blancos por apretarlo con fuerza. No me sorprendió el hecho de que odiara a su propio estatus social, siendo ella una chica nacida en cuna de oro, tratada como una princesa (si es que ese término definía su forma de crianza dentro de Sina) comiera y vistiera bien durante su corta existencia. No, no me sorprendió aquello.

—Yo también los odio.

Ella me miró enseguida y no aparté la mirada de la peli-castaña que podría confundirse con negro ya que este era demasiado oscuro. En sus ojos noté un brillo tenue que fue desapareciendo poco a poco a medida que sus músculos se relajaban, pues incluso su cuerpo daba señales de afectarse solo de pensar que de donde proviene detestan gente como, ¿como yo? Hmm, no, como el trío que se hizo un poco conocido en la Tropa de Entrenamiento.

Eren, por sobre todos.

—¿Distrito Karanese, eh?

—Sí. ¿Que con eso?

Ella negó. Soltando la cuchara y virando hacia la izquierda, estábamos en el comedor, era hora de la cena y la mayoría mantenía silencio y el resto conversaban entablando temas triviales y cosas que no llegaban a mis oídos.

—Si los odias, entonces ¿Me odias a mi?

—No te odiaría, a pesar de saber que eres una niña mimada que vivió bien durante su niñez y comió más que la mayoría aquí presentes—En ningún momento me observó o me mantuvo la mirada, simplemente seguía virando a la izquierda, como si estuviera observando a alguien—porque ¿Quién carajos entra al ejército siendo ya de poder y prestigio?—Giró su rostro y me dedicó una mueca de asombro;—Por lo que veo, estás resentida por el hecho de lo que pasa dentro de esas murallas, y no sé si me equivoco pero esto va más allá de personas de ese círculo social, sino en algo mucho más personal. Cómo tú familia por ejemplo.

No sentí equivocarme en ningún instante, ella no dejaba de verme como si hubiera descifrado la confusión que tenía en su corazón y mente, ¡Vamos! Creo que me estoy pasando de arrogante...