Ciertos pelinaranjas caminaban por las desoladas calles de Sendai, la brisa fría del atardecer y el aroma húmedo de los árboles impartía cierta calma, que realmente no existía, al menos para ambos hermanos que llevaban abrigos acogedores, y sus infaltables paraguas, por si la lluvia decidía regresar por aquéllos lares.
El aliento transformado en vapor al exhalar el aire retenido en sus pulmones era lo único que saltaba a relucir, además de sus narices como mejillas con tonos rojizos, haciéndoles ver no muy diferentes a una verdadera mandarina.
Apesar de haber sido una tempestad algo ruidosa, los cerezos aún retenían a sus pétalos rosados, los cuales tenían restos de gotas cómo decoración natural.
A vista de ambos, saltó a relucir aquél parque al que siempre habían ido junto a sus padres, el sitió era maravilloso, tan solo con algunos juegos para niños y con una generosa cantidad de mesitas con sillas totalmente hechas de piedra. Lo que realmente le hacia hermoso, era su espaciosa vegetación con árboles de flores y al centro de todo estaba una fuente, esta última a pesar de los años aún seguía en pie, por su mantenimiento, así como se encuentra con todo tipo de flores alrededor de ella, desde rosas hasta gardenias.
Ambos se subieron a uno de los juegos más altos que había allí, en poco tiempo, las estrellas resaltarian y cierto pelinaranja quería mostrarle aquello a su pequeña hermana menor.
— Shō-niichan.. —rompió el silencio la más baja, al verse algo incómoda con la situación, ya que fue extraña a su parecer.
— No estoy enojado, si es lo que quieres saber —le dijo con una sonrisa comprensiva, la matices violáceas ya comenzaban a mezclarse con los colores anaranjados del cielo.
— Pero... Tu cara era muy fea Nii-chan —dijo con un puchero, porque eran muy pocas la veces en la que su hermano mayor se enfadaba con ella, y la mayoría de veces fueron por razones que hoy en día no recuerda.
— ¿Fea? Me siento muy ofendido, creí que era bonito, siempre me lo dices —término respondiendo, y calmando el ambiente como solo el sabía hacer, con una resplandeciente sonrisa que le daba confianza a cualquiera.
— Nii-chan es lindo, pero es algo tonto —se burló con una sonrisa, mientras apretaba entre sus manos el paquete de gomitas que su hermano le dió.
— Me conformare con eso, pero sigo afectado —puchereo— pero cambiando de tema, creó que sabes muy bien por que estamos aquí.
— Sí... —dijo apenada, por recordar como a estado tratando a su madre últimamente.
— Si lo sabes esta bien —le dijo mientras desordenaba los cabellos de la menor, y giraba su vista hacia el cielo, en el cuál comenzaban a verse muy levemente las estrellas y la Luna, la cual era una incompleta.
— ¡Pero no desórdenes mi cabello, Nii-chan malo! —dijo enojada, mientras trataba de arreglar sus trenzas.
— Perdón —levanto sus manos en forma de defensa por un posible golpe, ya era experto en el tema, sobre todo cuando compartía espacio con Kageyama — pero, creó que lo que haces con mamá es mucho peor que un cabello mal ordenado.
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• 𝗦𝗼𝘂𝗹𝗺𝗮𝘁𝗲𝘀 • 𝐴𝑡𝑠𝑢𝐻𝑖𝑛𝑎𝑂𝑠𝑎
FanfictionLa mamá de Shōyo llevaba años sin enamorarse como alguna vez lo hizó. Pero alguién lo suficientemente capaz de quererle como se lo merecía se le presenta en su caminó, con el tiempo, las desiciones importantes vendrían, y debería decirle a sus hijos...