O7; 𝙳𝚒𝚜𝚝𝚒𝚗𝚝𝚘.

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Ciertos pelinaranjas caminaban por las desoladas calles de Sendai, la brisa fría del atardecer y el aroma húmedo de los árboles impartía cierta calma, que realmente no existía, al menos para ambos hermanos que llevaban abrigos acogedores, y sus in...

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Ciertos pelinaranjas caminaban por las desoladas calles de Sendai, la brisa fría del atardecer y el aroma húmedo de los árboles impartía cierta calma, que realmente no existía, al menos para ambos hermanos que llevaban abrigos acogedores, y sus infaltables paraguas, por si la lluvia decidía regresar por aquéllos lares.

El aliento transformado en vapor al exhalar el aire retenido en sus pulmones era lo único que saltaba a relucir, además de sus narices como mejillas con tonos rojizos, haciéndoles ver no muy diferentes a una verdadera mandarina.

Apesar de haber sido una tempestad algo ruidosa, los cerezos aún retenían a sus pétalos rosados, los cuales tenían restos de gotas cómo decoración natural.

A vista de ambos, saltó a relucir aquél parque al que siempre habían ido junto a sus padres, el sitió era maravilloso, tan solo con algunos juegos para niños y con una generosa cantidad de mesitas con sillas totalmente hechas de piedra. Lo que realmente le hacia hermoso, era su espaciosa vegetación con árboles de flores y al centro de todo estaba una fuente, esta última a pesar de los años aún seguía en pie, por su mantenimiento, así como se encuentra con todo tipo de flores alrededor de ella, desde rosas hasta gardenias.

Ambos se subieron a uno de los juegos más altos que había allí, en poco tiempo, las estrellas resaltarian y cierto pelinaranja quería mostrarle aquello a su pequeña hermana menor.

— Shō-niichan.. —rompió el silencio la más baja, al verse algo incómoda con la situación, ya que fue extraña a su parecer.

— No estoy enojado, si es lo que quieres saber —le dijo con una sonrisa comprensiva, la matices violáceas ya comenzaban a mezclarse con los colores anaranjados del cielo.

— Pero... Tu cara era muy fea Nii-chan —dijo con un puchero, porque eran muy pocas la veces en la que su hermano mayor se enfadaba con ella, y la mayoría de veces fueron por razones que hoy en día no recuerda.

— ¿Fea? Me siento muy ofendido, creí que era bonito, siempre me lo dices —término respondiendo, y calmando el ambiente como solo el sabía hacer, con una resplandeciente sonrisa que le daba confianza a cualquiera.

— Nii-chan es lindo, pero es algo tonto —se burló con una sonrisa, mientras apretaba entre sus manos el paquete de gomitas que su hermano le dió.

— Me conformare con eso, pero sigo afectado —puchereo— pero cambiando de tema, creó que sabes muy bien por que estamos aquí.

— Sí... —dijo apenada, por recordar como a estado tratando a su madre últimamente.

— Si lo sabes esta bien —le dijo mientras desordenaba los cabellos de la menor, y giraba su vista hacia el cielo, en el cuál comenzaban a verse muy levemente las estrellas y la Luna, la cual era una incompleta.

— ¡Pero no desórdenes mi cabello, Nii-chan malo! —dijo enojada, mientras trataba de arreglar sus trenzas.

— Perdón —levanto sus manos en forma de defensa por un posible golpe, ya era experto en el tema, sobre todo cuando compartía espacio con Kageyama — pero, creó que lo que haces con mamá es mucho peor que un cabello mal ordenado.

• 𝗦𝗼𝘂𝗹𝗺𝗮𝘁𝗲𝘀 •  𝐴𝑡𝑠𝑢𝐻𝑖𝑛𝑎𝑂𝑠𝑎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora