La mamá de Shōyo llevaba años sin enamorarse como alguna vez lo hizó. Pero alguién lo suficientemente capaz de quererle como se lo merecía se le presenta en su caminó, con el tiempo, las desiciones importantes vendrían, y debería decirle a sus hijos...
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Atsumu miraba atentamente el ventanal del restaurante, según su padre faltaba poco para llegar al sitió donde su pareja vivía junto a sus hijos, pero no estaba demás, parar a almorzar algo, aunque sinceramente ya habían estado comiendo durante el viaje entero, pero el mayor era muy exigente con respecto a que debían estar siempre muy bien alimentados.
Les trataba como menores.
De cierta manera no le molestaba, ya se había acostumbrado con el tiempo, al igual que Osamu, el día que no les tratase como sus bebés recién nacidos, sería porqué está molesto con ellos. Y para que su padre se enfadara, era porqué hicieron algo realmente malo.
— Atsumu —llamó el pelinegro a su hijo menor, para que reaccionase y siguiera comiendo.
— Sabes que a veces su única neurona se va de viaje por ahí, papa —contestó Osamu mientras terminaba de comer lo que había encargado del menú.
Que si no fuera porqué Shōta puede pagarlo, ya estaría en banca rota, Osamu comía como diez hombres grandes y aún así no engordaba ni nada por el estilo.
— Te estoy escuchando —murmuro con molestia el rubio hacía su gemelo, mientras seguía comiendo de su hamburguesa con papas fritas.
— Digan queso —dijo el pelinegro mientras colocaba en una buena posición su celular para sacarse una foto junto a sus hijos.
— jdkso —dijo Osamu con la boca llena.
— Queso —dijo en una fugaz sonrisa, mientras le hacía una seña de dedos en la cabeza a Osamu — luego dices que no tengo modales en la mesa —se burló Atsumu.
Osamu solo le ignoró, la comida era más importante que las burlas de su gemelo.
— Estaremos media hora más, y seguiremos con nuestro camino —habló Shōta, mientras mandaba la foto a Dogyeom, junto a una visible sonrisa, hace al menos un mes que no le ve, y era demasiado para el.
— Si —contestaron al unísono.
El viajé volvió a su curso normal, luego de que pagaran sus consumos claramente, así como también, algunas cosas más, como unos postres, snacks y jugó fresco. Porqué Osamu se moriría en ansiedad si no tenía algo que comer en el camino.
Tres horas, era mucho para el peligris.
Mientras tanto, Atsumu se había colocado sus auriculares y los conectó a su celular, para escuchar algo de música, que le acompañase a matar el aburrimiento, pero en ello, se dio cuenta que su celular tenía apenas algo de batería, estaba a punto de morir, en sus manos, casi podía sentir las lágrimas caer por su rostro. Terminó dejando de lado sus cosas, y prestó atención hacia el frente, no le gustaba viajar con esos climas, hacia bastante calor, lo que es algo raro, porqué estaban en Enero y debía hacer tiempos más frescos, a lo que terminó deduciendo, que no tenía suerte en nada.
