My Love

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- Soy el puto dueño de tu silla y aquien no le guste que se jodaaaaa - probablemente Taehyung debio pensar que dejar a Yoongi a cargo de la empresa mientras el estaba en París significaba que al volver tendría mucho trabajo que hacer para arreglar lo que él terminará por destruir - que bonita silla, es mía.
- ¿Seguro que él joven Kim lo dejo acargo? - pregunto Solar justo en el marco de la puerta.
- ¿Dudas de él?
- Dudo de usted señor Min. - Ou. Yoongi se acomodó en aquel asiento, subiendo los pies al escritorio, mirando como la mujer lo miraba con molestia.
- Pues si, mi tarronzito de azúcar me dejó, ¿porque? - la chica negó con la cabeza.
- ¿Puedo saber porque no fue con el? Al contrario se llevó a Jungkook.
- Tiene confianza en el, digamos que solo soy... su apoderado en caso de que lo necesite.- la chica asintio, y salió de la oficina mientras este solo sonreía feliz. Amaba esa oficina, no es que fuera pobre, a decir verdad era un reconocido productor musical amante de los amantes a la cama, al sexo y a el, se creía una muñeca Barbie, podía ser lo que él quisiera ser. Unos toques a la puerta hicieron que se pusiera en la mejor postura - pase.
- Joven Kim vengo de parte de ~ - ambos chicos se quedaron serios. Yoongi no esperaba ver a Seokjin ahi, y Seokjin mucho menos. - Señor Min - si, Jin sabía quien era, el perro faldero favorito de Taehyung, lo visitaba muy seguido en la oficina cuando el trabajaba ahi.
- Vaya vaya, pero si es nada mas y nada menos que Kim Seokjin, el empleado favorito de Taehyung, ¿cómo estás? - Jin solo se tenso, ese hombre si que era de temer.
- ¿Y el joven Kim?
- Salió de viaje. ¿Necesitas algo?
- Si, su madre quiere que lea los nuevos documentos para ser figura de más marcas, y autorice. - Jin le extendió el folder, y este lo tomó dando unas cuantas honradas para entrar en contexto. - Son para mañana.
- No podrá firmar - dijo sin quitarle la vista a los papeles - como te dije, esta de viaje, no se cuando regrese y si tenga ánimos de ver que tendrá que trabajar más. - Jin asintió, y tomó de nuevo los documentos.
- ¿A donde fue?
- París.  La cuidad del amor - que coincidencia, Jungkook también estaba ahí. Ambos solo sonrieron, y la puerta de la oficina se abrió, era la rubia. Realmente cuando sabía que Yoongi era el que se quedaba acargo, trataba de ser lo más grotesca que pudiese, sabía que siempre hacia algo para alterar a Taehyung, y ella enserio estimaba al chico, era bueno con ella.- Pasa preciosa esta abierto.

- El nuevo modelo acaba de llegar.
- ¿De dónde? - pregunto con interés el pálido, que hasta se puso de pie, acomodando su traje gris, ajustando más su chaleco del traje y abotonando sus mangas.
- Viene de Londres.- en eso,un lindo rubio con abrigo hasta las piernas bien marcadas , lentes oscuros y labios brillosos se asomó por la puerta dejando impactado a Yoongi.- ¿lo hago pasar?
- Llevalo al estudio donde Taehyung trabaja con el conejo, ahorita voy. - la chica asintió y se llevó al muchacho, y al parecer de Jin, Yoongi era un patán, en ningún momento dejo de lamer sus labios y apretar su brazo para contener sus absurdos pensamientos.- Ya oiste, hay trabajo.
- ¿Le va a mostrar como sentarse de piernas abiertas?
- No no, le voy a enseñar como usar esas bellas piernas.
- Que pervertido.
- Se dice prevenido. Me gusta comer temprano - Min le guiño el ojo, tomo su sacó y paso junto a el  susurrando algo en su oido.- Hoy como.- cuando hiba a cerrar la puerta, miro por último a Jin. Quizá darle un poco de tortura seria perfecta, debía ayudar a su siempre lindo amigo - por cierto, el camarógrafo nuevo de Taehyung se llama Jungkook, ¿tu novio se llama asi ,no? Que curioso. - y se fue dejando a Jin molesto. Además, ¿cómo Yoongi sabía el nombre de Jungkook? ¿llegó a verlo?

Cuando llegó al estudio, Solar estaba con el bello rubio de cuerpo de Dios griego salido de las mismas urnas de las más conservadas. Y cuando está lo vio llegar, se marchó dejándolos  a solas.
- Perdón el retraso, tenía que atender al chico.
- Se dice "Perdón amor mío por ser un estúpido " ¿Cuando pensabas visitarme? - el pálido se acercó sonriente tomando sus caderas para pegarlo a su cuerpo, avanzando hasta quedar en el sofá con el rubio sobre si- ¿Sabes cuanto extraño verte?
- Sabes que no soy hombre de quedarme en un solo lugar Minie, además, ya viniste, con eso basta.- el rubio sonrió para después plantar un besos en aquellos delgados labios.
¿Cómo se conocieron? Yoongi al ser productor buscaba lo mejor de lo mejor en cuanto a talentos, y en una de sus visitas a Londres, conoció a este bello rubio, siendo un minino con nuevo juguete, el más bonito de todos, pero el que menos podía ver porque Jimin era como Taehyung, un arte intocable.

El frío se comenzó a hacer presente en la habitación, teniendo que buscar con sus pies la cobija que lo cubría, y al no tener éxito, tuvo que abrir los ojos para ver donde estaba y taparse, y para su sorpresa, Taehyung no estaba en la cama con él.

Al contrario, había una nota:

"Salí a comprar unas cosas, vuelvo antes de que desyunes"

- Hasta para hacer notas eres bondadoso - la dejo sobre la mesita de junto, y se volvió a dormir , pero su celular no lo permitió al empezar a sonar una y otra vez, y sin ver el contacto, solo contestó. - ¿Hola?
- Al fin respondes amor...- sus ojos se abrieron como dos platos, sentándose en la cama con su espalda pegada a la pared.- te estuve llamando, ¿estas ocupado?- no podía decir nada, o más bien, no quería - ¿Jungkookie?

"Jungkookie..~mmmm...."

Se oía tan diferente su nombre en los labios de Jin y de Taehyung, tan diferente.
- No...am, apenas me levanto.
- Que bien. Amor, estoy molesto ¿porque no me dijiste que viajarías? El hijo de Angelina parece que también está en París. - Jungkook trago en seco, y solo miro el vacío de la habitación, igual de vacía como el. Quizá le estaba haciendo falta despertar con la energía de Taehyung.
- Jin debo colgar. - él azabache miro sus manos, sus ojos comenzaban a picar, mientras menos escuchara ese "amor", más fácil se le haría asumir que falló en la relación.
- Ou am..ok... Te amo.-  Jungkook asintió al vacío, y colgó, dejando el teléfono de lado, mirando aquella nota en la mesa.
- Se oye tan bonita esa mentira Jin...tan preciosa.

BOSSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora