Mi Dios Del Sol [Last Chapters]

La última cena

Por la posición del sol se podía estipular que eran alrededor de las 5 de la tarde. El joven pelirrojo, la joven pelipurpura y la niña pelinegra trataban de seguirle el paso a una mujer. Ella con gran maestría se dedicaba a hacer la ansiada cena que meses atrás le había prometido a la chica.

—Vamos querido no es tan complicado, yo te e visto cocinar– Hablo Shinobu mientras ponía a hervir una olla llena de verduras.

—La cosa está en que es solo para mí, si sale horrible yo seré el único que sufrirá pues es mi comida– Respondió Tanjiro cortando y picando verduras.

—Nezuko ¿Tu has visto cocinar a tu hermano?– La joven de ojos glicina se agacho un poco hasta la altura de la niña. La hermana menor de su prometido le afirmó con la cabeza.

—Dime ¿Sabe cocinar?– Pregunto, Nezuko movía la palma de su mano indicando que masomenos.

—¿Y su comida es deliciosa?– Pregunto de nuevo, pero está vez Nezuko se alteró y movió ambas manos de forma agitada indicando que su sazón era HORRIBLE, TERRIBLE Y MUY MALO !!!

—Rompiste el corazón de tu hermano– Hablo el joven de cabellera pelirroja poniéndo una de sus manos en su pecho fingiendo que le había dolido.

Ante eso su hermana se sintió terriblemente mal y corrió a abrazarlo, su hermano le recibió con los brazos abiertos y le dio un pequeño besó en la frente. —Tu hermano no sé a olvidado de ti, encontraré la manera de volverte de nuevo en humana sin importar lo que me cueste... Te lo prometo–

—Siempre han sido así de unidos querida– Hablo la señora Kowaeta, algo que caracterizaba a la antigua familia Kamado eran sus fuertes lazos de unión familiar.

Verlos tan felices... El recuerdo de su hermana mayor quería consumirla de nuevo pero debía dejarla ir. Solo se hacía daño a si misma. Agitó su cabeza borrando eso.

—Como ya no hay nada que hacer  ¿No les gustaría ayudarme un poco en lo que viene mi hijo?– Sugirió la señora lavando sus manos.

—Claro, no hay problema– Respondió la hashira.

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En la parte trasera de la casa había un gran jardín. El adolescente de cabellos semejantes a las brasas tenía entre sus manos una pala y con ella se dedicaba a hacer algunos hoyos en el suelo. Su prometida junto a la mujer adulta se encargaban de podar las diferentes flores que habían en el basto jardín y finalmente su hermana menor se pasaba el tiempo jugando con los insectos que habían.

—¿Aquí parece bien?– Tanjiro se limpiaba el sudor, miró curioso a Nezuko tenía entre sus manos un pequeño saltamontes.

—Si, en un minuto vamos para haya– Respondieron las dos mujeres terminando ahora de regar las flores.

—Vale– Hablo el joven ojos carmesí tomando rumbo a su hermana menor. —Haber Nezuko–

—Creo así está bien– Se decía a si misma Shinobu tomando semillas variadas las cuales puso en la palma de su mano. —Ahora solo es cuestión de sembrarlas–

—¿Necesitas ayuda?– La señora Kowaeta sujetaba con una de sus manos un trasto lleno de composta.

—No se preocupe y que bien que haya traído ese abono– Respondió la joven de mechones desvanecidos a púrpura cubriendo con la tierra blanda todas las semillas que fue enterrando.

—Nezuko !!! ¡Deja en paz a esas lombrices!– El joven de la alborotada cabellera borgoña perseguía a su hermana quién en sus manos traía una considerable cantidad de aquellos rosados animales. —¡Los necesitamos para que fertilizen el suelo!–