Cap.9

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Llegué a mi cuarto en el sótano y comencé a recoger todo, suerte que tenía la costumbre de trabajar y guardar el dinero, sí no, no sabría qué hacer, tengo suficiente para mantenernos por un año si vivimos cerca del bosque y casamos en él, así que prácticamente no tengo mucho, salí de mis pensamientos y fui al despacho del Alpha, es mi único amigo después de todo, y la persona que me crío, no podía simplemente irme sin despedirme, además de que su hijo probablemente le mienta y luego él terminara odiándome, así que quiero verlo una última vez, en cuanto llegué toque la puerta

-Pase –contestó y entré –Valeria querida ¿por fin te dejas ver? ¿Espera... por qué tienes esa mochila? –pregunto suave a lo que yo le sonreí

-Alpha de mi corazón ha llegado mi hora de partir –hablé, me miro confundido y luego agrando los ojos mientras negaba

-No iras a ningún lado, así tenga que encerrarte en los calabozos –dijo haciendo que yo me riera --¿de qué te ríes niña estúpida? Soy capaz de obligar a mi hijo a que se case contigo incluso si no es tu mate, tú no te puedes ir –hablo haciendo que parara de reír

-Este... –dije incomoda –era la mate de su hijo –dije y él sonrió

-Es una gran noticia, pero...espera dijiste ¿era? –preguntó confundido y yo asentí

-Ahhh, sí, por alguna razón me rechazó y por otra razón yo acepte su rechazo y me desterró –dije tratando de sonreír --pero no venía a hablarte de eso, venía a despedirme, buscare mis verdaderos orígenes –vi como miraba el suelo

-Pensé que este momento nunca llegaría –admitió

Desde la muerte de su esposa yo fui la única que estuvo para él, incluso su hijo se alejó de él, dejándolo abandonado y roto, sacó una cajita de las gavetas, tenía un candado

-Encontré esto junto a ti el día que te encontramos, se supone que te lo daría mañana, pero parece que se adelantó –me la ofreció, la tome y le sonreí

-¿Sabes que puedes contar conmigo en todo momento? Si me necesitas simplemente tienes que llamarme y dejare todo para venir y verificar si estás bien –dije agarrándolo de las manos y sonriéndole –también cuando tu hijo sea coronado me puedes ir a visitar a donde sea que esté y yo te recibiré con los brazos abiertos, siempre serás bienvenido donde sea que este –le sonreí y él me abrazo –te extrañare mucho, Manuel –dije por primera vez su nombre, siempre lo llamaba Alpha aunque él me decía que no tenía por qué hacerlo, pero me gustaba hacerlo enojar, se separó de mí y me miro con indignación

-No puede ser, tengo toda tu vida diciéndote que me llames por mi nombre, y cuando lo haces es porque te estas despidiendo –dijo y se cruzó de brazos dándome la espalda, quien diría que uno de los Alphas más sanguinarios se comportaría de esa forma tan infantil

-¿Sabes? en 6 meses con la luna en su punto más alto te esperare en el lugar de siempre –dije abrazándolo por la espalda –no importa lo que pase no te dejare solo –murmuré y sentí como me separaba de él, lo mire a los ojos y vi que los tenía cristalizados, sí también soy la única persona que lo vi llorar, fue cuando su mate murió

-Gracias, gracias por ser la única persona que me apoyo sin dobles intenciones y mucho menos por obligación –dijo y le sonreí

-Por ti pelearía contra un ejército desarmada –dije provocando que me mire sorprendido –enserio, sabes que soy buena luchando después de todo tú me enseñaste, prométeme que si sucede algo grave seré la primera persona en enterarse –le dije y vi que asintió

-Lo prometo pequeña –dijo y sonreí, caminando a la puerta

-Si te sientes solo, estresado o necesitas mi opinión llámame y quedamos –dije antes de salir cerrando la puerta, salí de la casa y me dirigí a los límites de la mana

Mientras caminaba la gente hablaba y me señalaba sin disimulo alguno, pero eso no me afectaba en lo absoluto, me detuve por un aullido que se escuchó en toda la manada, era del Alpha, sabía que era de él, pero no de dolor ni nada, simplemente despedía a una amiga, decía que no sería un adiós, sino un hasta luego, sonreí y seguí caminando

Llegue a los límites y me encontré con Vanesa sentada es posición de india, con los ojos cerrados, me seguí acercando y vi como sonrío antes de mirarme, su mirada dejo de lado la tristeza, tenía un brillo especial

-Bien, busquemos a Andrés, y entrenemos duro para comenzar a buscar a tus padres y tu hermano –dije y ella asintió 

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