Capítulo 6: Un nombre

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Abro los ojos y continúo viendo igual de nubloso que cuando caí desfallecida, o todavía peor, si cabe. Miro a mi alrededor y observo a Mila sentada en un sillón con Zulema en brazos. Al mirar todo mi entorno caigo en cuenta de que estoy en un hospital.
-¿Cómo te encuentras?-me pregunta la mujer que ha cuidado de mi bebé mientras yo permanecía inconsciente con preocupación.
-Bien, tranquila-respondo educadamente.-¿Qué ha pasado?-pregunto algo confusa.
-Ibas a decir el nombre de tu hija cuando Fabio te golpeo por detrás con un utensilio de cocina. No entiendo porqué hizo eso, y que sepas que le he obligado a irse de casa; no quiero convivir con alguien así. ¿Por qué debió hacer eso? No lo entiendo.
-Ni yo...-finjo no saber el motivo por el que lo hizo, cuando en realidad sé que se dio cuenta de que él es el padre de Zulema; las cuentas no fallan.
-Pero, aún así, hay algo que se me escapa...-continúa Mila.
Queda reflexiva durante unos segundos hasta que me pregunta:
-¿Vosotros os conocíais de antes?
Trago saliva sintiéndome algo intimidada.
-No-niego descaradamente acompañando la respuesta con un ligero movimiento de cabeza de lado a lado.
Su movimiento de cabeza asintiendo me hace creer, por un instante, que me ha creído, pero enseguida observo en su mirada que no ha quedado del todo convencida. Quedo a la espera de que ella me diga algo más.
-¿Cuál es el nombre del padre de tu hija?-me pregunta sin temor a la respuesta, sin saber que la verdad le dolería.
-¿Perdón?-respondo con un tono de sorpresa fingido.
-Fuiste tú la que me lo quiso decir, es justo que ahora me lo digas-me argumenta.
Es cierto. No veo fallos en su lógica; debe saberlo, pero ahora no veo el momento ni las palabras de plantarme frente a ella y decirle que su marido es el padre de Zulema.
La pequeña se despierta y se hace notar; con un pequeño grito, que me salva de decir la verdad, ambas nos damos cuenta de que quiere algo.
-Quizá tiene hambre-sugiere Mila levantándose con la pequeña en brazos.
-Será eso-le afirmó convencida.
Me incorporo con algo de dificultad y Mila me coloca a Zulema sobre mis brazos. Me la apoyo contra el pecho y me bajo la ropa por tal de dejarme un pecho fuera. Es ahora cuando la pequeña empieza a alimentarse y a saciar su hambre. Miro a Zulema por tal de evitar la de Mila, ya que ya no sé que cara ponerle para evitar el tema del padre de mi hija.
-Necesito un nombre-insiste Mila.
No la miro, tan solo acurruco a mi hija sin articular palabra.
-Maca, un nombre-continúa.-Sé que es algo que me afecta, de lo contrario no hubieras montado esa escena antes de decírmelo.
-No nos conocemos-respondo levantando la vista.
-Lo sé, pero también sé que hay algo que nos une, ¿no es así?
No puedo mentirle, pero tampoco soy capaz de decirle la verdad.
-Un nombre, Maca, un nombre-insiste con los ojos vidriosos.
-Te va a afectar más de lo que crees, Mila-hago una pausa con una mirada de compasión.-Por eso te quiero evitar el mal trago.
-¡No quiero que me evites nada, joder!-grita escandalizada.-Solo quiero saber porqué es tan importante para mí quien sea el padre de tu hija-termina esta última frase con una lágrima deslizándose por su mejilla derecha.
La miro con deseo de decirle la verdad y dejar que respire tranquila evitándole esa angustia que ahora mismo le reconcome por dentro, pero soy incapaz de ello.
-Fabio-respondo.
-¿Qué?-grita escandalizada.
-Quiero que me traigas a Fabio-corrijo.-Quiero hablar con él.

𝐌𝐚́𝐬 𝐚𝐥𝐥𝐚́ 𝐝𝐞𝐥 𝐎𝐚𝐬𝐢𝐬 (✍️)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora