Capítulo 3

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Ya habían pasado 3 meses desde la última vez que dormí con esa diosa... Y aún mi cuerpo sigue extrañando su tacto. No puedo creer como es posible que se haya ido. Si no tuviera esa pulsera, pensaría que fue un sueño que tuve. Esa pulsera que guardaba con tanto celo en mi caja fuerte...

Ese era el único recuerdo que tenía de esa hermosa noche.
¿Como era posible que esa diosa había desaparecido y me había dejado? ¿Qué me quedaba más en esta vida? Tenía que volver a encontrarla.

—señor Chiba— entraba mi secretaria

—dime Molly.— le decía mientras me sacaba de mis pensamientos.

—Pues sólo venía a recordarle de la cena que usted tiene en unas horas, va a ser en el restaurante "milenio de plata."— cierto esa cena...

—esta bien Molly, gracias— le decía mientras recogía mi portafolio. Esa cena era importante ya que iba a conocer a unos inversionistas.

Así que tendría que estar ahí, lo bueno era que tenía mi ropa aquí ya que sólo así agarraría mi ropa he iría a esa dichosa junta...

Cuando estaba arreglado tome mi auto y me dirigí al lugar, no era muy lejos era sólo un restaurante lujoso, era este tipo de lugares donde me gustaba ir para negocios, aún que jamás iría a comer... No que la comida no esté buena. Sólo que el ambiente no es algo de mi agrado.

Cuando llegue al lugar había ahí el capitán de el lugar. —buenas tardes señor, tiene alguna reservación— Me decía viendo su agenda.

—si, tengo una reservación para Chiba, Darien Chiba.— le decía mirando el lugar.

—oh si, aquí esta... Por favor por aquí— me decía mientras me señalaba a mi mesa.

Por lo que notaba ahí estaban los invitados, lo que no podía creer es que ahí estará mi rubio tormento.. Esto debe ser un sueño.

Si, otro de esos crueles sueños donde la encuentro y luego desaparece... —buenas tardes señor Chiba— me decía el señor Tsukino mientras se paraba —le presento a mi adorada hija Serena— me decía señalando a serena que también estaba igual que sorprendida que yo...

—y este es su prometido, Seiya Kou. El hijo de mi socio— decía señalando a un joven que abrazaba a mi princesa... Estaba equivocado. Este no es un sueño. ¡Esto es una pesadilla!

—mu... Mucho gusto— trataba de que mis palabras salieran bien... Como era esto posible. Yo tenía que llegar al fondo de esto.

—papá, señores si me disculpan me retiro al tocador— decía Serena mientras se paraba agarrando su bolso.

—¿quieres que te acompañe mi amor?— se paraba el estúpido ese abrazando a mi princesa.

—no mi amor, ahora regreso—
le decía mientras le daba un beso... Tenía que aguantar todo de mi para no golpearlo y llevarme a Serena.

—disculpen que los deje un momento, pero tengo que hablar con mi secretaria por teléfono... Ustedes saben asuntos de negocio.— decía mientras me paraba e iba a buscar a mi hermosa princesa... En este momento me daría cuentas...

Estaba afuera de el baño de mujeres esperando a que Serena saliera... Le pediría cuentas de que estaba pasando, y ¿quién era ese tipo? Estaba aquí parado cuando miraba a esa hermosa rubia que salía de el baño se ve que iba distraída y esa era mi oportunidad. Aprovechando que no había nadie cerca le tape la boca con mi mano evitando que ella hablará y me la lleve a un cuarto que había ahí.

—tranquila princesa soy yo— le decía mientras le destapaba la boca.

—Darien— me decía mientras me miraba con sus ojos de plato, ella no sabía pero yo me moría de oír su voz gimiendo mi nombre otra vez.

—¿que haces? nos pueden ver— me decía mientras miraba alrededor.

—princesa, necesito explicaciones. ¿Por qué después de haberte entregado a mi, y darme la mejor noche de mi existencia desapareces? ¿Para luego encontrar que estas comprometida y te vas a casar? le decía mientras miraba sus ojos.

Ella solo volteó la mirada evitando mi súplica. —tú no entiendes, yo y Seiya... nuestros padres han decidido esto. Además que es más que eso... Seiya es... no puedo decirte...
Lo siento.— me decía mientras unas lagrimas escapaban sus ojos

—entonces por que no detienes la boda, dile que tu no lo amas— le decía tratando de entender por que estaba con él si no lo amaba.

—tu no entiendes... Mis padres me tienen mi vida echa, siempre fue así, en los mejores colegios solo tenía amistades que ellos aprobaban. Nunca nada que yo quería además Seiya... no puedo dejarlo nunca.— decía mientas lloraba más

—princesa— le decía mientras agarraba su rostro en mis manos —quiero que sepas que desde que la noche que estuvimos juntos, yo no he dejado de pensar en ti— le decía mientras veía que solo se le salian las lágrimas.

—¡Darien por favor, No me compliques la vida! yo solo quise olvidar todo esto cuando fui al bar, quería que tal vez... Al estar con otro hombre este vacio que tenía se iría— me decía mientras agarraba su pecho.

—Serena, realmente no as recordado lo bien que la pasamos... Yo no se para ti que significó. Pero para mi fue todo. Fue mágico... Serena, yo siento que te amo— le decía mineras quería besar sus labios.

—Darien, yo también no te he olvidado... Pero tienes que entender que yo tengo un deber que cumplir. No puedo desoveser a mis padres— me decía mientras salia corriendo sin dejar de terminar.

Tenía que regresar a la mesa. Sabía que notarían que yo no estaba y podria sospechar... Tenía que ser más precabido... si es que quería tener a Serena... Y eso es lo que haría.

—bienvenido de vuelta señor Chiba— me decía el señor Tsukino... Mi futuro suegro...

—muchas gracias— le decía mientras tomaba asiento.
—disculpen el que me tardara, pero ya saben cosas de la oficina— les decía mientras empezábamos con la comida.

En ese momento llegaba Serena, todos se paraban para recivirla y el idiota aquel la abrazaba. —mi amor ¿te encuentras bien? Te noto un poco mal— le decía el idiota agarrando su rostros, ese lugar que habían ocupado mis manos hace un momento.

—Si, estoy bien sólo un poco cansada, ya sabes por los estudios— le decía mi reina mientras se sentaba. Si que sabía disimular bien.

—bueno, señor Chiba... quiero que sepa que su propuesta me encanto... Y si quiero que seamos socios.— me decía el señor Kenji dandome la mano.

—genial, eso me encantaría... Y no quiero que sólo me vea como un socio. Quiero que me vea como un amigo. Me gustaría mucho ayudarlo con su empresa— le decía mientras le daba la mano... Mi meta era esa... Sabía que si me acercaba al padre me acercaría a la hija.

—eso estaría perfecto, bueno señor Chiba, creo que usted y yo seremos bueno amigos— me decía dándome la mano mientras se despedía.

—bueno serena hija, despidete— decía Kenji mientras Serena se me acercaba tímida mente.

—adios, señor Chiba... Gusto en conocerlo— me decía Serena dándome la mano.

Yo solo le agarraba su mano y la besaba. —el gusto es mío, señorita— le decia con Una sonrisa de oreja a oreja.

—felicidades señor Kou, tiene una hermosa... Prometida— le decía dándole la mano... Pobre no sabía que ella pronto regresaría a mis brazos.

Escápate conmigo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora