Seis. Suiza.

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Conducía hacia la casa de Angela cuando un coche surgió de la nada

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Conducía hacia la casa de Angela cuando un coche surgió de la nada. Un minuto antes había visto por el retrovisor solamente la carretera, para después tener un Volvo detrás de mí.

—¿Enserio? —me queje e intente no prestarle mucha atención.

Me siguió hasta que me estacione enfrente de la casa de los Weber. El continuo con su camino.

Me baje de lo más relajada hasta tocar con los nudillos la puerta de Angela, Ben fue el que me abrió se miraba que estaba por irse.

—¡Hola, Elina! —dijo sorprendido de verme.

—Hola, Ben. ¿Cómo estás? ¿Esta Angela? —

—Estoy bien. —me sonrió. —Y Angela esta arriba. —dijo junto en el momento en el que Angela me llamo desde las escaleras.

—¡Elina! —

En ese momento se escuchó el sonido de un coche deteniéndose en la entrada, haciendo que Ben mirara por encima de mi hombro.

—Ya viene Austin. —le dijo Ben a Angela cuando ella estuvo a su lado.

—Te veo luego. —le prometió Ben, tomándola por el cuello y acercándola a él para darle un beso. —Ya te extraño. —

Angela que se encontraba con el rostro sonrojado solo lo despidió con un saludo de mano. Se volvió hacia a mí y me sonrió con arrepentimiento.

—Te agradezco con toda mi alma este favor, Elina. No solo me salvas de que mi mano se entuma y me duela, sino también de una película de artes marciales mala, sin argumento y mal doblada. —

—No hay problema, eres mi amiga y además me gusta ayudar. —

Comenzamos a caminar hacia su cuarto.

—¿Dónde está tu familia? —

—Mis padres llevaron a los gemelos a un cumpleaños en Port Angeles. Sigo agradecida de que me ayudes en esto. Ben a fingido tener tendinitis. —

—Ya te dije que no hay problema. —dije mientras entrabamos a su cuarto y vi las grandes torres de sobres que nos esperaban. —Wow. —dije asombrada.

Ahora sabia porque Ben no quería ayudar.

—Pensé que bromeabas con la cantidad. —dije.

—¡Es lo que quisiera! ¿Segura que quieres ayudar? —

—Si, vamos a trabajar. —dije frotando mis manos.

Angela dividió en dos un montón y coloco la agenda de direcciones sobre el escritorio, en medio de las dos. Nos concentramos por un buen rato en el cual solo se escuchó el sonido de la pluma raspando el papel.

—¿Adónde ira Edward esta noche? —pregunto Angela.

—Se va a ir de excursión con Emmett. —conteste mientras terminaba de poner la dirección en el sobre.

As if it's your lastDonde viven las historias. Descúbrelo ahora