Doce. Tiempo.

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—He visto

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—He visto...—comenzó Alice pero Edward le dio un codazo en las costillas que ella pudo esquivar fácilmente. —Está bien, es Edward el que quiere que lo haga, pero intuyo que te encontraras con más dificultades si soy yo quien te da la sorpresa. —

Íbamos caminando hacia el coche después de clases y yo no sabía a qué se refería.

—Entendería mejor si me lo explicaras en coreano. —dije con una sonrisa burlona.

—Está bien, pero nada de berrinches, ¿Eh? —dijo igual con una sonrisa burlona.

Tu...bueno. —comenzó en coreano cosa que me sorprendió.

Ahora todo mundo sabrá coreano, eso ya no es divertido. —pensé.

Todos nosotros. —continuo. —Vamos a tener una fiesta de graduación. Nada del otro mundo ni que deba preocuparte lo más mínimo, pero he visto que te iba a dar un ataque si hacia una fiesta sorpresa, y aun no sé porque si a ti te encantan las sorpresas. —asentí de acuerdo a lo que dijo. —Y Edward dijo que debía decírtelo, no será nada del otro mundo.

Sonreí.

Alice sabes que me encantan las fiestas, y aunque intentara frenarte ¿Lo harías? —pregunte.

—Claro que no. —

—Iré y me divertiré tanto como pueda. —dije dándole una sonrisa.

—¡Así se habla! Apropósito, mi regalo es maravilloso. No debías haberte molestado. —

—¡Alice, todavía no lo tengo! —

—Oh, lo sé, pero ya lo tendrás. —

Ahora tenía que pensar bien en lo que le regalaría, no podía ser una pequeñez si es para mi mejor amiga.

—Asombroso. —intervino Edward. —¿Cómo algo tan pequeño puede ser tan insoportable? —

Alice soltó una risita.

—Es todo un talento. —

—¿No pudiste haber esperado unas semanas más? Ahora voy a tardar más en escoger que darte. —dije soltando un suspiro

—Elina. —me llamo Alice con el ceño fruncido. —¿Sabes a que día estamos? —

—A lunes ¿No? —

—Si, lunes cuatro. —

Me tomo del codo para darme vuelta a la pared, ahí había un gran poster amarillo con letras negras que indicaban la fecha de la graduación. Solo faltaba una semana.

—¿Enserio solo falta una semana? —pregunte incrédula.

Alice negó con decepción fingida y Edward enarco la cejas.

—Wow como pasa el tiempo. —dije.

No podía creer que había pasado tanto tiempo, apenas podía recordar lo que había hecho en estas últimas semanas, las veces que había ido a visitar a Jacob, las pláticas con Edward, y todo me llego de repente. No había pensado que en poco tiempo me tendría que ir a la universidad, dejaría mi casa, a mis padres, a mi hermano. Y de repente me entro la tristeza.

As if it's your lastDonde viven las historias. Descúbrelo ahora