:･Dear basketball･: | Mark Tuan | ✓

I

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PRESENTE.

Abrí lentamente los ojos, las suaves pero salvajes manos de Mark estaban ubicadas en mi cintura, cuál estrujaba con una fuerza mínima. Nos encontrábamos solo a diez centímetros de distancia, cara a cara, nuestras respiraciones se mezclaban al igual que las miradas.

Veo la ventana que se encontraba detrás de Mark, luego al reloj. Este marcaba las siete y media de la mañana, me dirigí al chico y le sonreí, él me correspondió al instante, saqué lentamente sus manos de mi cuerpo para darle un pequeño beso en su frente y así poder ir al baño.

Al encontrarme en ese lugar espacioso hice mis necesidades y salí con todas las energías posibles, ya afuera me encontré con Mark, él llevaba una camisa blanca y un pantalón azul de vestir. Nos acercábamos lentamente.

- Buenos días nena. - Mark sonreía mientras sus manos se posaron en mis mejillas y las apretaba un poco.

- Buenos días nene, perdón por haber estado tanto tiempo en el baño. -poco a poco junté nuestras frentes.

- Mmmm voy a pensarlo. - lo miré con ternura, saca sus manos de mis mejillas y se las pone en su barbilla. Desde que nos conocimos me di cuenta que siempre hace eso para causar ternura: sus labios se forman en un hermoso puchero, sus ojos se mueven en círculos y para luego quedar en un lado fijo.

Al terminar de hacerlo me mira a los ojos, haciendo pucheros. Lo agarro de las manos y le doy un beso en la punta de su nariz.

- Ahora sí, no hay problema nena fui al baño de invitados. - su personalidad cambia a la de antes. Las manos del chico se posaron en mis caderas, juntamos los labios y duramos solo unos segundos.

EL OTRO MARK.

Intente separar mis labios de los suyos.

Con "el otro Tuan" me refiero a mi hijo con Mark. Tyler Tuan Scott; tiene seis años, va a primaria y básicamente es el consentido de todos en las familias Tuan y Scott.

- Ma..Ark. - sus labios no se separaban.

- Mmm. - murmuró él. - solo un rato más Ela.

- Mark Yi En Tuan. - me separé, lo miré seria para que se concentre. - sabes que a Tyler le cuesta levantarse, es igual de flojo que vos.

- Está bien. - suspira mientras se da la vuelta. - voy a despertar a Ty. - levanta los brazos para luego ponerlas detrás de su nuca y así se fue caminando hacia la habitación del niño.

- Muchas gracias amor. -le sonreí de manera tierna. -Cualquier cosa voy a estar en la cocina, suerte con mi bebé.

Me dirijo al lugar antes mencionado, miré por segunda vez el reloj ubicado en una esquina de las escaleras, eran las ocho de la mañana, me adelanté hacia los utensilios para comenzar el desayuno. Mis mañanas siempre son complicadas y cortas, soy abogada y siempre tengo que estar en casos tras casos, algo que odio y amo a la vez. Hago lo que me gusta, pero pierdo tiempo con mi familia.

No me tomó ni veinte minutos para terminar el dichoso desayuno.

- ¡Mark y Tyler!, ya está el desayuno.

- ¡Ahí vamos! -Los dos chicos gritan desde alguna habitación de la gran casa. A los dos minutos y ya estaban detrás mío, sentados en las sillas de la mesa y mientras jugaban con sus manos, algo típico en ellos.

Me acercó a mi pequeño hijo, me agacho a su altura, lo lleno de besos y abrazos.

- Buenos días bebé, ¿Cómo dormiste?