XI

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PASADO.

Propuesta:

- ¡Al fin somos libres! -el grito de Estela sonó en todo el restaurante, acompañada de los demás gritos de alegría por parte de los padres.

La universidad había acabado para ambos adultos, con veintitrés años ya eran libres del estrés creado por los estudios para una ocupación en el futuro. 

Estela se especializó en la carrera de derecho, a ella le encantaba esta desde la adolescencia y por suerte sus padres entendieron y aceptaron su decisión. Por parte de Mark, en cambio, se inclinó para ser compositor. Desde los quince años se vio cegado por el mundo de la música, y con el gran aporte de Raymond y Dorine, quienes le abrieron las puertas a ese mundo con la compra de instrumentos.

Ahora mismo se encontraban los padres en unos de los restaurantes de las grandes calles de Los Ángeles, esa misma tarde fue la ceremonia de la graduación de Estela, un día antes, es decir ayer fue la de Mark. Dos títulos y eso significaba una cosa:  ya tenían el tiempo y las comodidades para casarse. Esa misma noche, Mark tenía una gran sorpresa para su enamorada, era el día para pedirle si quiere pasar toda su vida, legalmente, como esposos.

-  Los cuatros estamos muy orgullosos de sus logros y de los nuevos conocimientos adquiridos en estos años. -Dorine los miraba con orgullo. Mark tomaba un poco de sidra.

- Todavía recuerdo cuando Mark era tan solo un bebé disfrazado de. -Raymond fue interrumpido por Mark, quien al escuchar a su padre casi se ahoga con su bebida.

- ¡No, papá!

- ¿Qué? ¿Con qué lo disfrazaban? -pregunta Elena intrigada.

- Con nada Elena, con nada. -los nervios del castaño estaban frente a todos, Ethan interviene.

- Bueno creo que nos dejaran con intriga...pero se merecen un brindis, ¡por estos mocosos! -levanta su copa. Todos lo siguen.

- ¡Salud! -el sonido de las seis copas resonaron en el restaurante y beben de ellas hasta no dejar nada de líquido dentro.

- ¿Qué te parece ir a las maquinitas? -Mark se acerca a su novia quien está sentada a su lado. Le guiña un ojo a los demás, todos sonríen.

- Pero todavía no trajeron los platos. -lo mira con duda, el plan de Mark se estaba estructurando.

- Chicos, de eso no se preocupen. Solo estén pendientes a sus celulares, llamaremos en cuanto el mozo llegue. -Ethan se asegura que se vayan de la mesa.

- Este bien, vamos Markie. -se levantan de la pequeña mesa marrón, sus manos se encontraron y rozaron hasta estar juntarlas con la unión de sus dedos. Directamente fueron hacia las maquinitas del lugar, estas se encontraban al final del restaurante y era uno de los mejores que conocieron desde que fue una de sus citas.

Estela notó que las manos de Mark sudaban más de lo normal, el nerviosismo lo sentía como si fuera ella quien lo sintiese, pero decidió ignorar el hecho de que su novio este alterado. Debe ser inconsciente, eso pensó. Debe ser.

- ¡Woow! Mira la decoración. -se soltó de Mark y sola fue adentrando a la habitación, había unos globos blancos alrededor de este. Una tela del mismo color de las bolsas (globos), tapando algunas paredes de color durazno. También se veían afectados algunas de las máquinas, excepto una, la de Street Fighter ll. Una de las favoritas de los novios recién recibidos, era tan cotidiano jugarlo juntos.

- ¿Por qué debe ser? -su cuerpo dio media vuelta, un Mark la miraba tan nervioso pero feliz que lo demostraba con una sonrisa de ángel para ella.

:・Dear basketball・: | Mark Tuan | ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora