Tu Gatito Sempai/ Yoonmin

La promesa en nuestros cuerpos

La pareja se apresuró a dejar el parque rápidamente, la urgencia de sus cuerpos por unirse era demasiada y ansiaban estar juntos de aquella forma tan íntima por primera vez.

Cuando llegaron a la casa de Yoongi por ser la que estaba más cerca, nomas entrar, los besos apasionados no se hicieron esperar, con un Jimin temblando de placer arrinconado en la puerta de la entrada y un Yoongi besando y mordiendo aquellos dulces labios color cereza que lo tenían cautivado y lo estaban volviendo loco.

—Hueles de maravilla, mi pollito —susurró en el oído contrario, estremeciendo el cuerpo de un sensible y tembloroso Omega de pollito.

—Hazme tuyo, Hyung —dijo Jimin, rompiendo el beso más apasionado que jamás en la vida había tenido y acariciando los suaves cabellos negros  y la mecha blanca que sobresalía por sobre ellos —. Tomame.

Y Yoongi no lo pensó más, arañando la  tela del pantalón del pollito y rasgando justo en aquella parte que los uniría en aquel sublime placer que ambos deseaban, arrancando con la suave tela de algodón una parte del boxer, pasando sus dedos por la piel expuesta y acariciando superficialmente.

—Tus deseos son órdenes, mi cielo.

Y Jimin se lanzó a besar los suaves y delgados labios de su Hyung favorito mientras con manitas temblorosas se dedicaba a quitar el broche del cinturón y a bajar el ciper del pantalón de Yoongi y masajear el tesoro que entre aquellas suaves, delgadas y blancas piernas se ocultaba.

El aroma a leche achocolatada estaba en toda la habitación mezclándose con el tenue olor a concentrado del pollito, quien feliz de la vida, no podía quitar sus manos de aquella caliente y roja extensión que deseaba ser enterrada en lo más profundo de su intimidad.

Se estaban volviendo locos. Locos del enorme placer que el cuerpo contrario les estaba brindando, y Yoongi ya no podía esperar ni un segundo más, con la desesperación y el dolor del celo en su vientre queriendo ser reventado en el interior cálido de su amado.

—Ven —la simple palabra sonó como una súplica dolorosa salida de la garganta del gatito, así que Jimin tomó la mano que se le ofrecía y juntos llegaron a la habitación principal en donde Yoongi se dedicó a levantar al pollito de manera que las piernas de este quedaran sujetas a su cadera y topandolo a la puerta cerrada, metió dos de sus largos dedos en la entrada ya lubricada del pollito, ganándose un gemido de parte de este
—. Mi pollito me necesita —susurró sintiendo como su pene se erguia de una forma inimaginable —. Puedo sentir como succionas mis dedos. Ya no puedo más —dijo volviéndose cada vez más loco al sentir la fuerza con la que el ano de su amado apretaba sus dedos, poniéndole a pensar en que lo quería sentir con otra parte de su cuerpo —. Voy a meterlo.

—Es-espera Hy... ¡Ah! —un largo gemido salió de entre sus gruesos labios al sentir como un intruso se aventuraba a entrar a aquel lugar en el que nadie ni nada había entrado jamás —. Despacio, gatito mío — se sujeto de la ancha espalda de su Hyung cuando sintió que se caía porque este había comenzado a moverse.

Yoongi estaba siendo apasionado, fuerte pero a la vez romántico y dulce en la forma en la que tomaba su cuerpo y le mimaba al mismo tiempo pasando sus grandes palmas por su cabello.

—Es-Esto se siente tan bien —susurró con voz ronca en el oído del omega, sintiendo como este se excitaba aún más y le apretaba entre los suaves pliegues de su intimidad.

—Lle-llevame a la cama —suplicó —, y desnudanos, quiero sentir tu piel a plenitud no tu ropa.

Yoongi se sonrojo de escuchar aquellas palabras tan atrevidas de una persona tímida como lo era su amado Jimin, pero aún así le hizo caso y sin parar con las embestidas que los hacia sentir en el séptimo cielo, lo llevo a la cama, en donde se aproximó a su rostro y le beso nuevamente para luego quitar aquella camisa que le privaba de una muy buena vista.

—Mira que lindos botoncitos tenemos aquí —Yoongi tomó entre sus dedos índice y pulgar aquel hermoso pezón de color rosa y lo apretó un poco sacando a relucir un lindo pillido de su Omega. Chupando, mordiendo y apretando, Yoongi se aventuraba a conocer aquel paisaje que hasta ahora era desconocido de la sexualidad en pareja.

—Alfa, no me tortures —pidió Jimin sintiendo como el placer aumentaba con cada beso y lamida de su pareja —. Tomame por completo, marcame y llename de tu fertilidad.

Con aquella sublime petición saliendo de los labios de su amado pollito, no pudo resistirse más y se desvistio en tiempo récord para luego hacer lo mismo con su Omega, quedando sin ropa y reconociendo la suave piel contraria al tacto de su pareja contra la suya.

—No hay nada más que deseé en esta vida que estar junto a ti, mi amado Jimin —dijo Yoongi comenzando a moverse al ritmo de las alocadas palpitaciones de su corazón y de los pillidos de placer que salían de los esponjosos labios rojos del omega que entre sus brazos se deshacía de placer y amor.

Ambos sumergidos en la locura del amor y el reconocimiento de sus cuerpos y corazones, con sudor cubriendoles como una manta y los sonidos más sucios que jamás habían escuchado antes, comprendiendo que todo lo que había pasado en esos años de oscuridad que estuvieron separados, había sido para llegar a este presente en el que ambos de forma sincronizada ansiaban anclar sus vidas y pertenecerse el uno al otro para siempre. Caminando de la mano, justo como ahora Jimin apresaba entre sus dedos pequeños los grandes de Yoongi y entrelazar sus caminos, como el Omega lo hacía con sus piernas alrededor de las caderas de su alfa, fuertes, amables y con mucho amor.

—Casate conmigo, alfa —dijo inesperadamente Jimin el pollito, mientras sentía como el pene del alfa se engrosaba en su interior y parecía espinar todo a su paso en cada embestida —. Prometo hacerte muy feliz.

Yoongi reconoció el pinchazo de placer picar en su vientre y por las succiones fuertes del cálido interior de su amado, sabía que este tambien estaba a punto de llegar a aquel clímax que ambos ansiaban, comenzando a moverse mucho más despacio y disfrutando con besos de los labios contrarios, las palabras dichas por su amado.

—Cla-claro que sí, ¡Ah! —dio su respuesta mientras un gemido ronco salía seguido de ellas —. Nada me haría más feliz que estar contigo para siempre, mi adorado pollito.

Y con un beso se dedicaron a sellar las palabras que tantos años habían quedado suspendidas entre sus labios, sin poder ser dichas y al mismo tiempo muriendo por salir.

Comprendiendo que por fin aquellas promesas hechas con lamidos alguna vez en el celo del pollito, ahora estaban completas y grabadas en la piel del omega por medio de una hermosa marca en su cuello en el exterior demostrando un vínculo permanente de parejas destinadas y una en el interior del omega, quien estaba en ese preciso momento siendo llenado por el amor líquido de su amado siendo está una unión íntima entre sus cuerpos.

Fin.

Ok no.

NOTA

Espero les haya gustado, no soy buena con el lemon pero ando practicando XD

Saludos 😁🤗