Coquetear ||Lumity||

VIII

Vale, Luz sabe que hoy tenía otro plan. Y se supone que debería concentrarse en el, pero simplemente no puede. Ni siquiera recuerda cual era, o como empezaba. 

Solo podía concentrarse en los labios de Amity.

No era algo completamente extraño, suele mirarlos de vez en cuando. Contemplándolos durante unos segundos antes de regresar a lo que sea que esté haciendo.

Pero ahora no podía, no podía obligar a su cerebro a regresar a la anécdota que la joven Blight le contaba.

Pese a que ella realmente le gustaba escuchar su voz, le agradaba mucho. Pero esos pequeños labios la tenían tan absorta, la tenían hipnotizada.

—Entonces Edric saltó..—. Amity continúo hablando suavemente, Luz miró como sus labios se movían.

Labios pintados de un desordenado color rojo, resultado de un helado del mismo color que Amity comió durante el receso. 

Le quedaba perfecto, su color durazno natural combinaba de manera adorable con el rojo suave. Los resaltaba de una manera tan linda, se veían mas dulces que de costumbre.

Mas apetecibles.

—Y tuve que limpiar todo después..—. Mientras seguía narrando, hizo pequeño puchero inconscientemente.

Luz se limito a seguir mirando embobada, disfrutando del lindo puchero de la muchacha. Un sonrojo casi imperceptible empezó a esparcirse por sus mejillas.

No es como si le importara.

No cuando ese puchero se asentó mas, apretándolos uno contra otro. Dándoles un aspecto suave, y muy besable.

—Demasiado besable—. Murmuró inconscientemente.

—Disculpa, ¿qué?—. En el instante en que Luz se dio cuenta de que lo dijo en voz alta, su leve rubor dejó de ser leve.

Su mirada se posó directamente en los ojos de Amity, que la miraron con curiosidad. La morena contó hasta diez mentalmente, recordándose que este es un buen momento para un coqueteo improvisado.

Aún cuando ella era la primera sonrojada, podía con esto.

—Solo pensaba en tus labios—. Dijo, feliz de que su voz fuera tranquila. Pese a que su rostro aun ardía, pero no importaba.

—¿Mis labios?—. La peliverde la siguió mirando curiosa, con un rubor propio floreciendo en su rostro.

—El rojo hace que resalten, se ven suaves—. Mantuvo su tono de voz, sonriendo por el sonrojo de la contraria.

Luz siempre disfrutaba del resultado de sus frases, la calidez que le daba ver el sonrojo de Amity le fascinaba. Le fascinaba como se ponía tímida, como suele desviar la mirada y como se intentaba cubrir la cara.

Cosa que si pasó esta vez, pero duró poco tiempo. Tuvo dos segundos de ver como se sonrosaba, otros dos de como bajo brevemente la mirada.

Y después la miró directamente, con una mirada que no reconoció de inmediato.

—¿Ah si?—. Amity apretó los labios, dando una media sonrisa.

La latina tarareó de acuerdo, intentando no fijarse en los labios de la niña. Fallando después de captar el sutil movimiento.

—¿Qué tan suaves?—. Luz no sabía muy bien que pasaba, pero se perdió en la sonrisita de la Blight.

—Como un malvavisco, un caramelo suave y dulce—. El sonrojo de ambas creció, a la vez que Amity se daba la vuelta en la silla, para enfrentarla directamente.

—Vaya, no lo sabía—. La mas baja volvió a hacer un pequeño puchero, esta vez, deliberadamente.

Con eso, la morena supo que le estaba tomando el pelo. No le molestaba, sobre todo si le daba mas oportunidades de contemplar ese puchero enmarcado con el color rojo tan mono.

Podía soportar convertir su cara en el tomate que es ahora si eso le permitía esa bella vista.

Por otro lado Amity no sabia de donde había sacado el coraje de hacer, bueno no sabía que estaba haciendo. Pero era algo que nunca se imagino hacer, y extrañamente le gustaba.

Al igual que el sonrojo que coloreaba el rostro de Luz, y la atención que recibió de su parte. De decir, aún le daba vergüenza, y pensar que había estado mirando sus labios todo el tiempo la dejaba mareada de una sensación cálida.

Era agradable, se sentía bien de una manera diferente a lo usual.

Y ahora, ella miro los labios de Luz. Sintiendo que la misma descripción aplicarla para ellos, recordando que la morena siempre se pone un poco de brillo labial, sino recuerda mal, de sabor melocotón.

Se pregunta como se sentiran sobre los de ella, como seria experimentarlo en carne propia.

—¿Quisieras comprobar si son así?—

Espera, ¿de verdad lo dijo?. ¡Oh demonios!, lo hizo.

Luz la mira con total incertidumbre y quiere morir en el acto.

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Primero que nada, perdon por tardarme en actualizar. Me quede en una finca sin WiFi, luego se me daño la tableta y tampoco terminaba de estructurar el capítulo. 

Bueno ya que, espero que les haya gustado aunque este medio choto el cap.

Cuidense, tomen agua y shipeen brujitas gays :'3