Amor de verano (Las vueltas del destino)

9- La paz tras la tormenta

Alain corría por el parque seguido de un travieso cachorro de golden retriever...

Tenía cuatro años y era inmensamente feliz, siendo recelosamente vigilado por su abuelo Zaphiri y su tío Kardia...

Milo estaba trabajando y pronto llegaría, por lo que debía entrar para bañarse y esperarlo para cenar juntos como cada noche...

Ese pequeño había cambiado la vida de los Escorpio y lo amaban con locura...

-Abuelo Zaphi, ven que te quiero mostrar lo que pinté hoy...

-Vamos pequeño, deseo ver tu nueva obra de arte...

Sin que nadie lo esperara, Alain tenía un talento increíble para el dibujo y la pintura y a su corta edad, hacía bosquejos sobre el cuadernillo, que luego pasaba al lienzo, tal cual Camus hacía...

Nunca se le ocultó la verdad de lo ocurrido con su padre doncel y guardaba su imagen en su memoria, por las fotografías suyas y una en especial, sacada en el hospital el día de su nacimiento, donde Camus lo tenía en brazos y sonreía feliz... la tenía en un portarretratos sobre su escritorio y una rosa roja en un florero reposaba a su lado...

Amaba el recuerdo de su madre, añoraba no haberlo conocido cuando ya tenía conciencia para recordar su perfume, una mirada, una sonrisa o una dulce palabra de sus labios...

Sabía que lo había amado desde que supo que crecía en su vientre y que, a pesar de su enfermedad, había luchado por mantenerlo a salvo hasta que nació... su abuelo Degel y su papá Surt siempre le habían contado todo...

Además guardaba con mucho amor la carta que Camus le escribió a su papá Milo, agradeciéndole por haberlo conocido y por darle la bendición que era su bebé que acababa de nacer y era todo su mundo...

Tener esa carta de puño y letra de su mamá hablando de su amor por él y su papá, llenaba su corazoncito de felicidad...

Zaphiri se acercó al escritorio y vio el retrato del joven galo, maldiciéndose una vez más por haber tomado la vida de su hijo para incrementar su fortuna, sin pensar en sus sentimientos... lo privó de estar junto a ese hermoso chico que le dio un hijo, dando su vida por él...

-¿Me muestras tu obra de arte, Alain?

-Sí, abuelito... tú conociste a mi mamá?

-Sí, pequeño... lo vi una sola vez y, te le pareces mucho, sabes?

-Creí que me parecía a papá...

-Así es, pero sólo físicamente... a tu papá Camus te pareces en su rostro hermoso, en lo tranquilo, inteligente, dulce... dice Degel que eres igual a él a su edad...

-Me hubiera gustado conocerlo...- sus ojitos aguados se posaron en la foto, que fue acariciada por la pequeña mano del niño...

-Muéstranos a ambos lo que has hecho!- Zaphiri deseaba sacar a su nieto de la tristeza que empezaba a embargarlo...

-Mira, este lo hice pensando en mamá Camus y papá Surt...- le mostró el cuadernillo y su abuelo no podía creer lo que veía...

Era un bosquejo de un hombre en una cama y otro alto, de cabellos semi largos trenzados a los lados, con un niño en brazos... tenían lágrimas en sus ojos...

-Es hermoso, Alain! Pero porqué lloran? Quién es el bebé?

-Porque se está despidiendo de él, de mí... mamá Camus me entregó a papá Surt y él lloraba... yo he tenido sueños con ese día y por eso lo pinté...

Zaphiri sintió que su corazón se oprimía y sus palabras se quedaban atrapadas sin poder liberarse...

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