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CAPITULO 16
Me remuevo incómoda, abro poco a poco los ojos sintiendo como grandes puntazos invaden mi cabeza.
Doy vuelta en la cama en donde me encuentro, equipos médicos están conectados a mi cuerpo.
Cuando mi vista deja de estar borrosa, me fijó en mis alrededores. Estoy en un hospital.
¿Pero qué hago aquí?
Pasan los segundos y me siento todavía muy desorientada.
Me trató de recostar en la cama en el mismo instante en que una persona entra a la habitación.
Cuando se acerca más puedo reconocerlo.
— ¡Papá!
Él se sobresalta y al notar que le habló sale corriendo a mi encuentro, enrolla sus brazos y me abraza fuertemente, provocando que un dolor agudo surja por toda mi espina dorsal. Me quejo y él se despega de mí con una sonrisa.
— Claipooh...cariño pe-ense te juro por Dios que pensé que no despertarías.
Frunzo el entrecejo confundida.
— Espera, ¿cuánto tiempo dure aquí?
Al terminar de decir esa oración, dos personas más entran a la habitación.
Visualizo a mi hermano entrar junto a un hombre de aspecto juvenil y sonrisa carismática.
Ellos se acercan a mí en grandes zancadas.
— Hermanita, me alegra mucho que estés bien.
Dice dándome ahora en comparación con mi padre un abrazo cálido y sin dolores.
— Duraste dos semanas en coma, los doctores decían que las probabilidades de que despertaron eran muy bajas, pero...despertaste.
Le doy una sonrisa y posó mis ojos en los del chico de sonrisa carismática.
— Hola. — digo agitando mi mano al lado de mi cara.
— ¿Cómo te llamas? Es un gusto conocerte.Le ofrezco mi mano, en la toma mientras que la sonrisa carismática bonita se borra de su rostro.
Él se tarda unos instantes en responder.
— Me llamo Misael, también es un gusto conocerte.
***
Luego de presentaciones mi padre sale del cuarto junto con Misael y me quedo conversando con Jason.
— ¿Qué fue lo que me sucedió?
Él se acomoda mejor en su silla y me toma de las manos.
— Tuviste un accidente, un auto te arrolló, entraste en coma por la fuerza al impactar el carro en tu cabeza, el accidente dejo algunas costillas rotas, pero con estas dos semanas se han recuperado un poco.
El doctor entra con una planilla en sus manos.
— Buenos días señorita Adams, vengo a hacerle unas sencillas preguntas... ¿tiene alguna dolencia en alguna parte de su cuerpo?
Asiento y me señaló la cabeza y la espalda.
— ¿Me permite examinarla?
Dice y doy un pequeño cabeceo como confirmación.
Sube la camisa de hospital que traigo puesta para que mis costillas queden al descubierto. Palpa algunas zonas específicas provocando que me duelan arduamente.
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Algo Parecido a un Cliché.
Teen FictionClaire ha enviado notas de amor a chicos que le han gustado sin saber que luego ese acto se convertiría en "Algo Parecido a un cliché." Pasados los años, entra a trabajar a una magnífica empresa sin pensar que uno de los chicos a los que le escribió...