El amanecer de un nuevo día no tardó tanto en hacerse notar, porqué de forma literal los rayos del sol se proyectaron sobre mi rostro atra vez de la ventana que olvidé cerrar...
Y yo que pensaba las casualidades no estaban en mi contra, maravilloso.
Un refrán decía que quien madruga, dios le ayuda, pero la verdad no sabría decir si esto podría considerarse ayudar. Me ardían los párpados...
Al ver mi celular sobre la mesa de noche a mi derecha, recordé los mensajes que recibí una hora antes de dormir al estar terminando la tarea, eran de mi profesora:
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-Hey Kimura, necesito que vengas mas temprano mañana, quiero que hablemos de algo.
-¿Quién eres y cómo conseguiste mi número?
-De tus datos personales, soy yo Reika Matsuoka! O pensabas se trataba de un D-Mail del futuro?
-No, ya sé que el futuro será deprimente... ¿y qué necesitas?
-Solo hablar, no preguntes antes de tiempo, te estaré esperando! <3
-Perdón eso lo puso el corrector, te veré mañana.
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¿Qué tantos mensajes de amor mandó para qué se registrara el corazón? Dudo que quiera saberlo...
Por alguna razón ella quería que la visitara en la sala de maestros antes de las clases, y no especificó el motivo, ¿Será para reprochar mis constantes quejas durante clase? ¿O de nuevo insistir su deseo de ayudarme? Ojala lo segundo por favor, no quiero perder las quejas de clases...
A diferencia de Fukui ella no parecía hacer nada respecto a eso, dejandole todo a la susodicha, supongo al ser profesora tampoco es que tuviera la libertad de ayudar todo el tiempo al mismo alumno. De todas formas recordarlo me hacía sentir incómodo, pero sea lo que sea estaba obligado a verla.
Para ser mi profesora, si que estuvo atenta a varias de mis acciones, contrario a todas las pasadas que ni sabían de mi existencia. Esto del mensaje me pareció demasiado... no lo esperaba, y a la vez me aterraba.
Por consecuencia, tenía que salir mas temprano que de costumbre. Usualmente mi hermana me despertaba, o al contrario cuando me levantaba primero. Luego desayunaba la comida que nuestra madre dejaba preparada, empacaba el bento hecho por mi hermana desde ayer, y finalmente me largaba a clases. Como hoy fué diferente esperaba hacerlo todo sin ella, sin embargo ella despertó antes de que me fuera por lo que despedirme no se descartó de la mundana lista.El metro a estas horas no estaba tan lleno a diferencia de la tarde, solo que ahora noté a mas alumnos que de costumbre, claramente era normal madrugar por lo visto, ¿cuál era la ventaja? Solo te quedarías mas tiempo esperando haciendo nada hasta que sonara la campana... no espera ese solo sería yo, los demás hablarían con amigos...
Carajo.
Igual no me gustaba tanto usar el metro ante la posibilidad de tener que compartirlo con tanta gente, si bien no era posible por mi horario escolar el pensamiento me perseguía.
Si tan solo tuviera mi bici...Recordé todos los días que la usé para ir a clases, me reconfortaba sentir el viento sobre mi cara, imaginando que corría tan rápido como Sonic, o un ciclista profesional por la sensación de velocidad. Deseaba poder repetir la costumbre desde el primer día de este año, ya hasta tenía el permiso; pero mi bici seguía en reparaciones.
Hmp, no recuerdo que tan fuerte fué el choque, pero dijeron que tomaría dos semanas. Bueno no faltaba mucho.
Al llegar frente al colegio presencié nuevamente la escena rutinaria de bienvenida. Varios alumnos recién llegando acompañados, mientras hablaban entre risas o enojos, ¿Que tanto conversaran?
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Mi Vida No Puede Ser Mas Errónea
RomanceYûshin Kimura es un estudiante de 17 años que debido a problemas del pasado se convirtió en un joven solitario, cínico, y antipático, con un gran odio a la sociedad. Hasta que un día, conoció a dos jovenes que poco a poco cambiarían su vida, a la ve...