Narra Elizabeth
Mierda, mierda, mierda porque le dije eso. Ahora si que me muero lo se porque me voltee a donde se encontraba Omar y solo me miraba con una mirada de querer fusilarme; a mí y a Sebastián. Por parte de Sebastián no recibo ningún tipo de acción.
— ¿Qué carajos dijiste Elizabeth? — Dice Omar muy enojado. Me quedo callada.— Así que Sebastián si pudo con lo que yo no. — Dice caminando lentamente hacia donde él está — Lamento decirte Elizabeth que, bueno... — Saca su arma y la toca - tu eres mía y eso no cambiará. — Para de caminar y mira su arma. — Por tu parte Sebastián... — Le apunta. No, no por mas que me quiera entregar a Omar el sentimiento que tengo por él me hace vulnerable al sentir que le pueden hacer daño. — hoy te mueres. — Termina de decir y apunta hacia Sebastián. A lo que yo reacciono parándome frente a él y su arma apunta hacia mi. —
— No lo hagas, o si no... — Me interrumpe —
— O si no que. Me vas a matar. O mejor me harás una de esas mamadas que tan bien te salen para no hacerle daño. — Si le hace daño a Sebastián juro que lo mato. —
— No, de hecho no. — Piensa rápido qué harás. Ya se — Creo que te quedaras sin lo que más deseas de una puta vez. — Su cara es de confusión. —
— No te entiendo. No hay nada que me importe en la vida más que tu. Y no te perderé. — Dice seguro —
— Si, te quedaras sin mi. — Tomo el arma que está enganchada en la baqueta de Sebastián y me alejo de ellos tan rápido como puedo y me apunto en la cabeza. — ¿Quieres quedarte sin mi? — Espero que reaccione como quiero. No soy capaz de matarme. —
— No, espera ricura que estas haciendo. — Se acerca a mi —
— Aléjate o me disparo. — Él se detiene. Sebastián me mira y a la vez me dice algo según puedo leer en sus labios dice que no me haga nada. —
— Sebastián dile algo carajo. — Voltea hacia él —
— Muñeca. — Lo ignoro — Mírame. — Lo miro —
En eso llega un hombre corriendo.
— Señor debemos irnos. Los hombres de Kenoby vienen por usted. — Le dice a Omar —
— Si, vamos al aeropuerto debemos salir de aquí. — ¿Debemos? — Vamos Elizabeth, deja de jugar con eso y larguémonos. — Se acerca a mi —
— Crees conveniente llevarte a la mujer que amas cuando estás más en peligro que nunca. — Dijo Sebastián parándose frente a mí evitando que Omar me toque.—
— Esta bien tu, ganas. Solo por esta vez. Pero volveré por ti ahora que sé que no te has ido de Los Ángeles. — Dice y se va corriendo —
Por su parte Sebastián tan pronto Omar puso un pie fuera del garaje este me alzo en sus brazos cargándome como un saco de papas.
— Suéltame — Grité e hizo caso omiso a mi súplica. Continué gritando y él seguía ignorándome — Eres un animal, un bruto, me das asco. Te odio Sebastián. — Me baja —
— Que te quede muy claro esto, ahora mismo no estoy para tus berrinches ni mucho menos. — Me pega a la pared detrás de mi — No me importa que me digas eso ahora, porque cometiste el tremendo error de decirme que me querías. — Acaricia mi mejilla. Mi respiración está agitada y yo muevo mi cabeza para que me deje de tocar — ¿Por qué,por qué? — Comienza a decir y no entiendo que le pasa —
— Y ahora que te pasa. — Estoy cansada de sus malditos cambios de humor. Me ignora y vuelve a cargarme. Mierda odio que haga esto —
Él continúa caminando hasta que de la nada me baja. Estamos al frente de un nuevo garaje. El pone un código en un tablero que hay en la pared. Y sale un auto, pero no cualquier auto. No se de donde saca tantos autos lindos y caros.
ESTÁS LEYENDO
Agresivo y Dulce
Romance- Pasados oscuros - Adicciones - Odio Lo menos que va haber estos dos meses con el niñero es PAZ. ¿Qué ganará lo agresivo o lo dulce? PROHIBIDO 🚫 LA COPIA O ADAPTACIÓN DE LA HISTORIA.