Capítulo 41 🍭 (Cara a Cara)

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   6 días antes
Narra Sebastián

Espero con ansias la llegada de Elizabeth. Lo pensé muy bien y llego la hora de que le cuente toda la verdad. Decidí primero llevarla a una pista de autos, mas bien a mi pista, para que la conociera; luego la llevaría a cenar y de regreso a casa le contaría toda la verdad.

Estoy en mi oficina desde que Elizabeth se fue, han pasado alrededor de dos horas. Estoy ansioso por escuchar el auto llegar e ir a abrazarla.

Estoy metido en los estados de cuenta y el enojo aparece en mi cuando veo la cantidad de dinero que saco Sara de mi cuenta. Tomo mi teléfono y marco para llamar a Sara. El teléfono no suena mas de tres cuando contesta.

— Hola amor... — No la dejo continuar —

— Amor una mierda, como es posible que hayas gastado entre esta semana y la anterior al rededor de 200,000 dólares. En ropa y zapatos.

— Amor, — Gruño detesto que me llame así — eso no te hace falta, lo utilicé porque  tu mamá me dio permiso. Dijo que podía usar cuanto quisiera.

— No me hacen falta tienes razón, pero el propietario de ese dinero, cuenta bancaria y empresa soy yo. Por tanto, es a mi a quien debes pedirme el dinero.

— Pero...

— Pero nada, a partir de mañana dile adiós a tu tarjeta de crédito. — Dicho esto colgué, no quería escucharla hablar mas. —

Justo después de esto escuche el motor de un auto, sabía que Ricardo había llegado. Salí de mi oficina y fui directamente hacia la puerta de la entrada. Iba con una sonrisa enorme, quería verla abrazarla, besarla. La amo, tanto que siento que me hace falta sino no la tengo cinco minutos conmigo.

Mi sonrisa se desvaneció al ver bajar a Ricardo solo. ¿Dónde esta Elizabeth?

— ¿Dónde esta Ricardo?

— Señor ella me dijo que me llamaría cuando deseara que la buscase.

— Yo te dije que no la dejarás sola. Debías quedarte con ella, vigilarla.

— Sebastián hay algo que te tengo que decir.

— Primero búscala, la quiero aquí ahora. Sana y salva.

_ Sebastián debes escucharme. — Esto tiene que ser serio. Nunca me llama por mi nombre — Estuve vigilándola una hora, y ella- ella estaba con sus papás. — ¿Qué? Ellos no regresaban hasta unas semanas después — Sebastián lo saben todo.

— ¿Cómo estas tan seguro? Puede ser idea tuya. — Ella no me va hacer nada. Ella no lo haría —

— Estoy seguro de que su padre te mando a la policía, tan pronto los vi me fui tenía que contarte que estaba pasando. Lo creo porque ella estaba muy rara en el camino. No lo se, la sentía así.

— Tienes razón, cuando la besaba y abrazaba la sentía distante.

Camino al interior de la casa y me siento en uno de los sofás, apoyo mi cabeza sobre mis manos. Elizabeth no me haría algo así.

— Policía, abran la puerta ahora.

Eso alteró mis nervios, estaba en shock tanto así que no puede impedir que Luna abriera la puerta. No se en que momento, pero estaba en un auto policía, esposado y con mis pensamientos perdidos en Elizabeth.

Tiempo actual

Han pasado seis días, en los cuales Elizabeth, la risa y labios de Elizabeth estaban en mi mente. Trato de meterme a como de lugar que ella no me hizo esto. Pero todo parece indicar que si. Metido en estas malditas rejas sin poder salir a darle la cara y contarle como fue todo.

Agresivo y DulceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora