Someone else might love you too...

1.3K 90 22
                                    

|Si quieren saber cómo Erik sabe de Dörte, las invito a leer "Tercer Vagón" es una fic de él que hice, está en el capítulo de "Estación 8." En los comentarios les dejo el link| 

20.

—Es la mejor cafetería de la ciudad, hacen el mejor café que hayas probado en todo el mundo —levanto sus manos mostrando emoción y Mats solo carcajeo un poco—. Algún día voy a trabajar aquí —sus palmas y rostros están pegados en el ventanal del local admirando su interior.

—Solo tienes catorce años Dörte. Ni te dejan entrar —el castaño se burló y la pecosa lo golpeo en el pecho.

—Algún día me verás por lo menos atendiendo las mesas mientras atrás me tomó todo el café que quiera —sonrió.

—Ya deja de fantasear y acompáñame a mi entrenamiento —la haló lastimándole el brazo.

—¡Auch! —se quejó tocando su pequeño pedazo de porcelana.

—Lo lamento, pero recuerda como mi padre es en los entrenamientos, en ese momentos no es mi padre es el respetado Hermann Hummels —al decir el nombre de su padre lo hizo con un tono de voz ronca.

—Claro el respetado director técnico del Bayern juvenil —sacó su lengua y camino con su mejor amigo por las calles.

Un día de mierda para Dörte, primero en la escuela la suspendieron por escaparse y luego Mats presentando a su nueva novia. Pero eso quedo atrás cuando pisó la cafetería que tanto le gustaba. Sonrió con alegría al momento en que sus papilas gustativas sintieron el café.

—Eres un poco pequeña para trabajar aquí —le dijo un hombre con sombrero escocés.

—Tengo dieciséis, no soy tan pequeña señor —sonrió arrugando las comisuras de sus ojos y retiró su pedido.

Volvió a la parte de atrás y volvió a degustar el café pero tuvo que dejarlo para más tarde porque la campanilla de la puerta sonó. Organizo sus cabellos rebeldes y plancho su delantal con sus manos. Camino mirando las hojas en donde anotaba los pedidos y llego a la mesa.

—Buenas tardes. Mi nombre es Dörte y ...—dejo de hablar cuando empezó a escuchar unas risas, levanto su vista y apretó la mandíbula.

—Vaya, vaya veamos a quien tenemos aquí —dijo Mats con una sonrisa totalmente falsa.

—Les mandare otro camarero —se dio la vuelta pero Mats descaradamente tomó de su codo y la giro.

—Queremos que tú nos atiendas ¿Estoy en lo cierto, lieb? —le pregunto a su acompañante dándole un beso quien luego la miro y acepto mirándola de cabeza a pies, Dörte tomó el pedido de mala gana y le entregó la hoja a alguno de los otros camareros para ella no los atendiera más.

"Mats Hummels eres un idiota" dijo tirando una taza de chocolate en el callejón atrás del local, se quedó esperando a que anochecerá para que ella cerrará el local, escuchaba Nirvana mientras fumaba un cigarrillo que se lo había quitado a su madre.

Limpio las lágrimas que había derramado por Mats —¡Oh Dörte esas no iban a ser las únicas!—. Cuando anocheció completamente entro y le informaron que ella cerraría la tienda hoy.

Apago el letrero rojo que decía "open" y empezó a acomodar las sillas y limpiar las mesas.

—Ya cerramos —dijo cuando escucho la campanilla sonar.

—Eso lo sé, solo vengo a recogerte —ella no se dio la vuelta pues reconocía esa voz desde que era pequeña.

—Pierdes tu tiempo —le informo. —, se caminar a casa.

Mats camino a paso rápido para tomar sus muñecas y recostarla en la pared roja del café. Rozo su nariz por su cuello y luego fue dejando un camino de besos hasta llegar hasta su oreja.

—Haz estado fumando —susurro ronco—. Eso es malo para tu salud Dörte.

—Suéltame —se liberó de su agarre y lo miro con asco—. Primero me tratas como una mierda delante de tus amigos y delante de tu novia igual y luego venís acá me besas el cuello y te preocupas por mí. ¡Que te den! —dijo con ira y camino hacia la parte de atrás. Mats corrió hacia ella y la volvió a tomar como hace unos segundos.

—Te trato de indiferente para que las personas no sepan que somos amigos —beso la comisura de sus labios—. Por qué no quiero que sepan que eres solamente mía —beso con fuerza sus labios mientras que Dörte golpeaba su pecho.

—¡Que te pasa! —grito con las mejillas rojas, no sabía si era de la rabia o de la vergüenza.

Mats sonrió mientras tocaba sus labios con sus yemas.

—¿Quién de los dos va a ceder primero? —pregunto lanzándose otra vez a ella.

Las casas habían cambiado, ahora había nuevas cosas en los lugares donde solía pasear cuando era pequeño. Había vuelto a su ciudad natal, caminaba por su antiguo vecindario mientras pateaba una pequeña piedra y admiraba como había cambiado aquellas calles y casa que conocía como la palma de su mano cuando era joven.

Algo de melancolía le recorrió el cuerpo cuando empezó a caminar por un sendero de piedras que lo conectaban al parque de barrio. Trago saliva y se armó de valor para que los recuerdos lo atacaran aunque no eran tan fuertes pues últimamente había sido atacado por una manera en la que le bajaba el ánimo hasta los suelos. "Eres un estúpido Julian" se dijo a si mismo cuando llego al lugar donde la pecosa le había declarado sus sentimientos y él la había rechazado. "Estúpido", se repitió golpeando su cabeza con un árbol y dejando que las lágrimas salieran.

—¿Ella está bien? —pregunto con esperanza.

—Trata de manejarlo —sonrió. —, pero si está mejor que tú.

—¿Esta con alguien? —dijo mordiendo sus labios que temblaban al solo imaginársela con alguien más.

—Solamente te diré que ella está feliz —sonrió de costado y se fue dejando a Mats con la duda en su cabeza.

Levanto mejor al escuchar una risa similar a la suya, su corazón empezó a agitarse, sintió un nudo en la garganta y la esperanza de abrazarla volvía a él junto con una alegría que no había sentido desde hace mucho tiempo.

—Dörte —susurro dejando salir un pequeño jadeo y una sonrisa de alegría que por fin salía de su rostro—. ¡Dörte!—volvió a decir mientras se acercaba a ella con felicidad.

Tenía una sonrisa en su rostro mientras el sol iluminaba su cabellera y su piel blanca como la nieve, mordía sus labios mientras su sonrisa seguía en su rostro.

—Pero si está mejor que tú.

—No...—dejo salir Mats mientras paraba de caminar y sentía su hemoglobina bajar.

—Solamente te diré que ella está feliz.

Sintió como sus sentimientos que empezaban a florecer cuando la vio se iban resbalando por todo su cuerpo hasta dejarlo desalentado. Torpe, torpe, torpe. Claro que ella estaba feliz y su felicidad de basaba con la persona que estaba abrazando con una sonrisa. Con la sonrisa que él conocía, con una sonrisa que a ella solamente se le salía cuando lo besaba, abrazaba y lo acariciaba.

Haz perdido ser el motivo de su sonrisa Hummels.

FRIENDS | Mats HummelsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora